Paula Ruiz
Sileidy Bonilla es una niña costarricense que vive en Papaturro de San Carlos de Nicaragua. Ella viaja todos los días en bicicleta durante 30 minutos para llegar a la escuela Rafael Ángel Sánchez Arrieta, en México de Upala.
Ella externó su felicidad porque ahora tendrá un pupitre pues, en ocasiones, se le dificultaba obtener uno, principalmente cuando llegaba de última a sus lecciones.
“Estoy muy feliz por tener nuestro escritorio porque llegamos de últimas. Entonces hay que buscar mesas porque los que llegaron ya los han agarrado, entonces hay que ir a buscar. Así ya no hay que ir a buscar mesas y sillas, ni correr a ningún lado”, relató.
La estudiante de sexto grado es una de las beneficiadas con la donación de 1.400 pupitres a tres centros educativos de las comunidades upaleñas de México, Bijagua y Aguas Claras, todas fronterizas con Nicaragua.
La donación estuvo a cargo de Unicef con apoyo financiero de la Oficina de Población, Refugiados y Migración (PRM) del Departamento de Estado de Estados Unidos.
Javier Martos Mota, representante interino de Unicef en Costa Rica, destacó que este donativo refleja lo que en conjunto puede realizarse entre el Estado y Organismos internacionales.
“Esta entrega de pupitres es solo una de las acciones que realizamos en conjunto con el MEP. Esto para aumentar la calidad y dignificar la educación y lograr que las niñas y los niños puedan disfrutar de su aprendizaje.
“Todo esto sin que dejen de lado que están en un contexto difícil, porque esta es una zona migratoria donde las comunidades reciben muchas personas, entre ellas niñas y niños que, gracias al estado costarricense, también reciben educación”, manifestó.
De Nicaragua cruzan a Costa Rica para estudiar
En la escuela que cursa Sileidy, de los 270 estudiantes hay 50 que son costarricenses, pero viven en Nicaragua por situación económica o familiar. Mientras, hay casi 70 nacidos en Nicaragua con condición migratoria regular que les permite continuar sus estudios en Costa Rica.
“Ha venido a solventar necesidades que tenemos en la escuela porque ese faltante de pupitres hacía que hubiera conflictos porque había que prestarlos a la otra compañera”, relató Maribel Rodríguez, docente de tercer grado en la escuela Rafael Ángel Sánchez Arrieta.
Este centro de estudios también recibe a 64 estudiantes de colegio mediante telesecundaria y 168 estudiantes en colegio nocturno.
Sileidy Bonilla, estudiante de sexto grado manifestó su alegría por la donación. Cortesía Unicef.
¿Por qué un pupitre es importante?
El pupitre se convierte en un espacio importante para el aprendizaje pues es el lugar donde se encuentra la persona estudiante en el centro educativo.
“Este espacio le pertenece, le brinda seguridad y apoyo apropiado a su cuerpo para poder realizar las acciones motoras que requiere para una buena comprensión y desarrollo de la lecto-escritura, el apropiado movimiento de la mano, la adecuada colocación de los cuadernos y libros”, detalló Isidora Chacón, oficial de Educación de Unicef.
Asimismo, la calidad del mueble es significativo y es recomendable que se mantenga limpio, “ojalá estético y fuerte, para que sientan la seguridad que requiere”, continuó.
La viceministra de Educación, Sofía Ramírez destacó la importancia de esta donación y del trabajo conjunto con este organismo, en beneficio de la niñez.
“Aquí no hay diferencias entre niños y niñas nacidos en Costa Rica o Nicaragua o en otro país porque
la educación es un derecho universal y hoy lo estamos garantizando con el apoyo de Unicef”, afirmó Ramírez durante la entrega simbólica.
Además de pupitres, Unicef también entrega computadoras y útiles escolares como medida de apoyo a la educación costarricense.
