Christine Jenkins Tanzi
El Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) creció a una tasa interanual de 0,9% en marzo, mostrando el primer impacto de la pandemia del coronavirus, según los datos de actividad económica publicados por el Banco Central este miércoles.
En particular, la actividad económica costarricense fuera de las zonas francas se contrajo 1,1% durante el mes en que se declaró la emergencia nacional, la mayor disminución desde septiembre de 2009. Este segmento – conocido como el régimen definitivo – ya presentaba una cifra negativa del 0,5% en febrero, según los nuevos datos.
“La caída en marzo se debió principalmente a la disminución en la construcción, en los servicios de alojamiento (hoteles), servicios de comida y bebidas (restaurantes) y en la educación pública. Estas tres últimas actividades fueron afectadas directamente por el COVID-19”, según el comunicado del Banco Central.
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Por su lado, las empresas de zona franca y en perfeccionamiento activo, que representa el 10% de la producción, crecieron un 12,8%.
“De estos datos se desprende claramente que, como consecuencia de la crisis sanitaria, el proceso de recuperación que presentó la economía hasta febrero del 2020 se revirtió en marzo”, explica el comunicado.
Turismo cae
El turismo receptor se redujo en 51,4% durante marzo, al ordenarse el cierre de fronteras para turistas extranjeros hacia mediados del mes, según datos del Instituto Costarricense de Turismo. Este sector representa alrededor del 6% del Producto Interno Bruto (PIB), de acuerdo con los datos de la cuenta satélite de turismo.
Los servicios de hospedaje, comidas y bebidas presentaron una reducción de 12,5% debido a COVID-19. Dentro de esto estarían algunas de las actividades que presentan más encadenamientos productivos en el país, como servicios de transporte, construcción, bebidas, alimentos diversos, servicios de seguridad, telecomunicaciones y servicios financieros.
Por otro lado, la actividad agropecuaria incrementó su producción en 2,6% en términos interanuales como resultado de mejores condiciones climatológicas durante el 2020, comparado con las que afectaron negativamente a la actividad durante el 2019. El clima favoreció en particular a la producción de banano y de productos destinados primariamente al mercado local como hortalizas, raíces, tubérculos y arroz.
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En términos de manufactura, las empresas ubicadas en los regímenes especiales crecieron 10,5%, favorecidas por la mayor demanda externa de implementos médicos y de productos alimenticios.
Sin embargo, esto difiere del comportamiento de las empresas del régimen definitivo, las cuales decrecieron 0,2%, por la menor actividad en productos alimenticios como bebidas, pollo y azúcar, textiles; papel y productos vinculados con la construcción, como pinturas, barnices, productos de plástico, vidrios, perfiles y tuberías.
La industria de la construcción acumuló 16 meses de variaciones negativas. En marzo, la actividad presentó una caída de 15,6%, en particular por las obras de destino público que decrecieron 19,2%, como consecuencia de los menores presupuestos por parte de las entidades públicas, así como la menor ejecución de los programas del Instituto de Acueductos y Alcantarillados (AyA) y la entrada de la etapa final del fideicomiso para infraestructura educativa del Ministerio de Educación Pública (MEP). Además influyó el atraso en el desarrollo de las obras de infraestructura vial.
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Caída en comercio
La actividad comercial tuvo una caída del 1,6 %, por la menor comercialización de madera, papel, productos textiles, combustibles, productos de cuero y bebidas.
A pesar del cierre de establecimientos comerciales como consecuencia de las medidas tomadas para controlar la pandemia, la emergencia sanitaria provocó un aumento en la comercialización de productos farmacéuticos y las ventas en supermercados de productos alimenticios (granos básicos, productos de panadería y lácteos).
Aunque los servicios crecieron 1%, sería el menor que registra este grupo en toda la serie del IMAE, desde enero de 1991. La fuerte desaceleración se debe a la disminución en los servicios de alojamiento, suministros de comida y la enseñanza primaria y secundaria pública.
Además se redujo el transporte colectivo de personas, debido a la implementación de tecnologías de acceso remoto en la educación y las oficinas, y a la baja del turismo.
Los datos básicos usados en el cálculo del IMAE están sujetos a revisión por parte de las empresas informantes (sustitución de datos preliminares por definitivos). Por esto, o la incorporación de una nueva observación, pueden hacerse ajustes en las tasas de variación de los meses previos.
Christine Jenkins Tanzi
