Hermes Solano
Luego de vivir el año con más homicidios en la historia de Costa Rica, el 2023 inició muy violento.
Hasta el 22 de febrero se habían presentado 129 asesinatos, según las estadísticas del Organismo de Investigación Judicial (OIJ); 37 más de los registrados en el mismo período el año anterior.
Las autoridades enfatizan en que la prioridad operativa para tratar de solventar la problemática está en cuatro provincias, señalando Guanacaste como una que les preocupa por el aumento de la criminalidad.
Así lo hizo ver el director de la Fuerza Pública y viceministro de Seguridad, Daniel Calderón.
“En este momento las prioridades operativas para nosotros están en Limón, Puntarenas, San José y hay una que se ha hablado poco, que es Guanacaste”, señaló, luego de salir de una audiencia con la Comisión de Limón en la Asamblea Legislativa.
“Cerró (Guanacaste) el año pasado como la provincia con el mayor aumento de casos acumulados a nivel nacional y en este momento tiene siete casos más que el año pasado, o sea, se mantiene la tendencia al aumento”, añadió el jerarca policial.
Al 22 de febrero, la provincia sumaba 13 homicidios; mientras que en 2022, a esa fecha, registraba 8.
El año pasado tuvo 60 asesinatos en total, 25 más que los que se habían presentado en 2021.
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Para esconderse
Según Calderón, Guanacaste se ha convertido en un sitio donde los integrantes de grupos criminales organizados que son amenazados, se van a esconder y a raíz de ello, se presentan gran cantidad de ataques y muertes.
“Lo que hemos identificado es que las víctimas eran personas que estaban vinculados a crimen organizado y estaban huyendo de posibles atentados”, dijo.
Por eso, se explica que hay comunidades donde siempre ha prevalecido la tranquilidad, y ahora hayan vivido alteraciones de seguridad.
“Se fueron a refugiar a comunidades tranquilas, alejadas de todo como Tilarán, Bagaces, que se alejan de esos comportamientos”, añadió.
A eso se suma el hecho de que hay disputas por el mercado de droga en los lugares turísticos, principalmente en Nicoya y Santa Cruz.
Eso acrecienta los delitos y los hechos de criminalidad que busca enfrentar la policía.
“Hemos visto casos como en Nicoya y Santa Cruz donde hay una disputa fuerte por apoderarse de mercados atractivos tomando en cuenta la alta visitación turística. Hay estructuras criminales que tienen presencia y están en serias disputas para apoderarse del mercado de droga en el lugar”, finalizó Calderón.
El 2022
El año 2022 se convirtió en el más violento de la historia de Costa Rica en cuanto a homicidios.
Hasta el 31 de diciembre, el país registró un total de 656 muertes violentas, según las estadísticas emitidas por el Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
Es un número histórico, que dejó una tasa de 12,6 homicidios por cada 100.000 habitantes, nunca antes visto en el país.
De ese total, 407 se dieron por ajustes de cuentas o venganza, la mayoría de ellos debido a las luchas narco por territorios y venta de drogas.
El arma más usada por los homicidas es la de fuego; es decir, pistolas y hasta armas de grueso calibre. Un total de 472 personas fueron asesinadas de esta forma.
Además, 106 murieron por heridas con arma blanca; cuchillo, puñal y demás y otras 78 con otras armas.
608 de los muertos son hombres y 47 mujeres; números que tuvieron variación respecto al 2021, año en el que mataron a 531 hombres y a 55 mujeres.
