Josué Alvarado
“Banco de la Unión”. Ese fue el primer nombre que se le puso a lo que hoy se conoce como Banco de Costa Rica (BCR).
A 145 años de su fundación, el BCR apunta a un modelo de negocio basado en la tecnología
Un 20 de abril de 1877, hace exactamente 145 años, se fundó lo que para este 2022 es la entidad bancaria en funcionamiento más antigua del país.
Un repaso por su historia permite darse cuenta del importante papel que ha jugado en la historia costarricense.
Estación móvil del Banco de Costa Rica. (Cortesía BCR)
Fue en este banco en 1879 donde se emitió el primer financiamiento a los ferrocarriles del país y donde se gestó en 1884 el contrato Soto-Ortuño, que dio origen a la emisión monetaria costarricense.
En 1890 cuando el país contaba con una población cercana al cuarto de millón la entidad cambió su nombre a Banco de Costa Rica (BCR), con el que hoy le conocen más de cinco millones de habitantes.
Desde entonces ha formado parte de importantes eventos históricos como la inversión en la Compañía Nacional de Seguros, que hoy se conoce como Instituto Nacional de Seguros (INS).
También financia muchas actividades comerciales, entre ellas la de Florida Ice and Farm, otorga créditos a la compañía bananera. Para 1947 el banco reportaba 37.000 cuentas de ahorro y un año después se registra la nacionalización de la banca.
“Empresa tecnológica dando servicios financieros”
Guerras mundiales, recesiones económicas que pasarían a la historia y pandemias pesan sobre la espalda del BCR. Pero el actual líder prefiere no ver hacia atrás.
“Hoy estamos más enfocados en el futuro que en el pasado”, dice el gerente general del banco, Douglas Soto, en una entrevista con El Observador.
Foto histórica del edificio del Banco de Costa Rica. (Cortesía BCR)
Soto explica que el banco tuvo grandes participaciones en eventos históricos del país y que pretenden que su papel se mantenga. Los objetivos van de la mano de “apoyar el desarrollo sostenible del país” y “fortalecer la solidez financiera del conglomerado”.
Para alcanzar estos objetivos en el siglo XXI, explica el gerente general, han tenido que tomarle la mano a la tecnología. Así no solo mejoran los costos de operación del banco, ofrecen mejores condiciones a los trabajadores, sino que ponen en el mercado opciones financieras a la vanguardia para los costarricenses.
“Ya no es un banco dando servicios financieros, es una empresa tecnológica dando servicios financieros”, añadió Soto.
Para el jerarca de la entidad durante los últimos años han dado saltos importantes en materia tecnológica y esto los diferencia de otras opciones, ya sean estatales o privadas.
Una de ellas es su participación en el Gobierno Digital. Es el BCR la entidad encargada de la emisión de los nuevos pasaportes biométricos para salir del país. También de la impresión y entrega de las licencias de conducir.
Sede central del BCR en San José. (Alonso Solano/El Observador)
Durante el año 2021 se implementó la biometría facial como medida de seguridad en el App del BCR y para mayo de este año estaría en funcionamiento la billetera electrónica, tanto para celulares con sistema operativo iOS, como Android.
La historia da ejemplo de este avance tecnológico al que se ha enfrentado el BCR. Por ejemplo, en 1977 inauguró el primer cajero automático y en 1996 lanzó su primera página web.
En el año 2011 se implementó la clave dinámica virtual y en el 2018 se lanzaron los primeros productos ‘wearable’: pulsera y sticker para celular.
Douglas Soto, gerente general del BCR. (Alonso Solano/El Observador)
La sombra del “cementazo”
Durante la administración de Luis Guillermo Solís (2014-2018) y cuando el gerente general del BCR era Mario Barrenechea, la institución se enfrentó a uno de los episodios más complicados en la historia reciente: el financiamiento a la importación de cemento chino, conocido como “el cementazo”.
Para el banco, el principal daño fue en su imagen. Dos de los principales jerarcas del banco eran protagonistas en un supuesto megacaso de corrupción que se habría gestado, en parte, en la sede del BCR.
El caso sigue en investigación judicial.
“El golpe que se dio fue a niel reputacional, no a nivel financiero ni a la solidez del banco. Justamente ese mismo año, en el 2018 cuando se dio lo que se dio, el banco cerró con captaciones más altas que las que tenía antes.
“Salieron 440 noticias negativas en el 2018 del BCR. Recién nombrado me sacaban en blanco y negro a la par de una expresidenta del banco”, añadió Soto.
Además de Barrenechea, otra de las funcionarias involucradas en el cementazo fue Paola Mora Tuminelli, quien para este entonces fungía como presidenta de la Junta Directiva.
A Mora Tuminelli y a otras siete personas se les investiga por el presunto delito de peculado, que podría significar de tres a 12 años de prisión. Además, se le señalaba por un trato diferenciado en el banco al protagonista del cementazo: el importador de cemento chino Juan Carlos Bolaños.
Pero ella también marcó un hito en la historia de este banco, pues en el 2015 se convirtió en la primera mujer en ser presidenta de esta Junta Directiva.
Y recuerda un episodio de 1929, cuando el BCR suspendió a algunos directivos “con representaciones conflictivas”.
Mora sigue bajo investigación, mientras que Barrenechea falleció el 25 de noviembre del 2020.
Fideicomisos y desarrollos
Otro de los elementos que distingue a este banco en su 145 aniversario es la firma de contratos de fideicomiso para la construcción de obra pública, según el actual gerente general.
El primero de estos procesos fue en el 2010 con la construcción de la planta hidroeléctrica Toro II, posteriormente Cinchona, distintas instalaciones de la Universidad de Costa Rica (UCR), la ruta 1, el Poder Judicial y la Junta de Desarrollo Regional de la Zona Sur (Judesur). También el nuevo edificio de la Asamblea Legislativa.
“El banco hace el fideicomiso: hacer la estructura financiera, buscar el proveedor de recursos financieros y construir el edificio y entregarlo llave en mano”, explicó Soto.
Otro de los fideicomisos, y uno de los más importantes es el suscrito con la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS). El banco entregará casi 50 sedes de áreas de salud de todo el país y cuatro direcciones regionales.
