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Popcorn506 para El Observador
A Blue Beetle no le habíamos prestado demasiada atención en los últimos tiempos. Era una película que se perfilaba sin potencial y con muy poca expectativa, como muchas de las últimas películas de superhéroes.
Máxime que, hasta cierto punto, estamos un poco cansados de este género, pero no tanto por el género como tal, sino por la calidad de estas.
Además, seguramente lo avanzado del verano en USA y Europa ha hecho mella en la capacidad de retención y la falta de insistencia de muchos medios o de las campañas de marketing, hayan ocasionado que, para muchos, suponga una completa sorpresa.
Tal estado de la actualidad no es tan malo cuando los aficionados al cine tenemos capacidad de respuesta y seguimos pendientes de las carteleras o de las mejores cuentas en redes sociales.
Y por eso Blue Beetle, aunque no fuera la película que más presente tuviéramos en nuestras cabezas, sí que era algo que nos iluminó la mente y nos alegró verla. Para ir más allá y decir, que además de la alegría de verla, tenemos también razones suficientes para recomendarla.
No es de los más conocidos
Este superhéroe, que no es de los más conocidos del mundo de DC, se presenta, además, como el primer superhéroe latino, por lo que los vínculos que nos unen a él son, si cabe, más que temáticos, culturales. Oigan, que no vamos a caer en la subjetividad, pero es cierto que la identificación, de algún modo, queda.
Esto de identificarse con los protagonistas es un truco que muchos guionistas y directores han utilizado para que sus personajes resultaran más cercanos al público.
Pero cuando se trata de superhéroes es complicado. Y aquí, además del origen étnico, nos tenemos que fijar y tenemos que agradecer a Xolo Maridueña, porque es clave en lo bien que funciona Blue Beetle, como personaje y como película.
El elenco
Este joven actor, al que muchos ya conocemos por su papel en la serie Cobra Kai, tiene alguna de esas cualidades tan difíciles de encontrar en intérpretes y tan valoradas por los cineastas.
Hablamos de la capacidad de transmitir cercanía, sencillez y realismo. Verlo en la pantalla, sea grande o pequeña, no nos supone distancia, como sí puede suceder con otros actores.
Y a pesar de que ya sea un rostro conocido, será algo de su mirada o de su rictus lo que nos hace sentir un poco más próximos y, de nuevo, identificarnos, implicarnos, acompañarlo en sus aventuras con mayor intensidad.
A esto hay que añadirle la capacidad de Angel Manuel Soto para hilvanar una historia consistente y coherente, que fluye sin dificultad manteniendo un buen nivel de humor y acción, y, sobre todo, un gran entretenimiento.
Esta es una de las cosas que más nos importan como espectadores de estas películas. Claro que a todos nos gusta ver la película del siglo, pero sabemos de antemano que ésta no aspira a eso, sino a otra cosa.
En otras palabras, Blue Beetle no nos engaña, sino que nos abre sus puertas muy sinceras, para sumergirnos en una historia bastante original que nos divierte durante dos horas, sin excesos y sin defectos. Y esto tampoco es tan sencillo de encontrar.
Otra cosa por destacar
No queremos irnos de esta sala sin reconocer otras cosas que agradecemos tras el visionado, como es la participación de actores famosos, como Susan Sarandon y George López, así como la excelente resolución técnica que permite disfrutar de unas escenas de acción y tensión llenas de magia visual.
Pero que quede claro que, Blue Beetle también es una historia de relatos de origen, de iniciación de personaje, y no se arriesga en nada.
Esta fórmula que funciona tampoco sorprende y, al ser la primera, somos un poco más condescendientes, porque esa ausencia de sorpresas en las tramas y personajes se ve compensada porque todo el universo es nuevo.
Esperamos que haya más aventuras de Jaime Reyes/Blue Beetle y, rogamos, no lo dejen caer en el topicismo. Con un poco de trabajo en algunos aspectos, se le puede dotar a la película de una personalidad tan propia como peculiar es su protagonista. Y esto sería un gran acierto que aplaudiremos.
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