Josué Alvarado
Se le llama “descarbonización” al proceso mediante el cual se disminuyen las emisiones de dióxido de carbono (CO2) para que así no lleguen a la atmósfera.
Y Costa Rica tiene que invertir en esa labor. No solo porque le daría un respiro al medioambiente, sino que podría generar miles de puestos de empleo y aceleraría la reactivación económica.
Así lo concluye y recomienda un estudio presentado por el Programa Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Dirección de Cambio Climático (DCC) del Ministerio de Ambiente y Energía (Minae) este miércoles 20 de abril.
Las personas a cargo de la investigación analizaron qué ocurriría en Costa Rica si el país inviertiera tres montos distintos en descarbonización:
- $4.850 millones (1,88% del PIB anual)
- $6.200 millones (2,41% del PIB anual)
- $8.200 millones (3,23% del PIB anual)
Más empleos y reactivación
Uno de los principales hallazgos es que para el año 2025 el total de empleos que se habrían generado gracias a esta inversión ascendería a 75.800, esto si se destina el monto mayor: $8.200 millones.
La misma inversión permitiría generar un valor agregado a los distintos sectores económicos que alcanza 1,1 billones.
Los sectores más beneficiados serían el de comercio y reparación, actividades profesionales y administrativas de apoyo, construcción y administración pública y comunicación.
El detalle por sector se puede observar a continuación:
El ministro de Ambiente y Energía, Rolando Castro, señaló que con estos hallazgos queda claro que "la descarbonización es el camino a seguir".
"Si queremos reducir significativamente la desigualdad y la pobreza debemos transformar la economía. La descarbonización del modelo de producción implica ese cambio.
"Pero el estudio nos avisa que los programas educativos y de formación complementarios pueden aumentar el efecto multiplicador de las inversiones en sectores como el agro", señaló el representante del Consejo Nacional de Rectores, Allan Campos, quien participó en la actividad.
Otros de los hallazgos de dicha investigación son que cinco años de inversión anulan por completo el efecto del COVID-19 sobre el empleo; e incluso el nivel más alto de inversión aumenta el empleo en 3 puntos porcentuales en comparación a un escenario con pandemia.
Además, se reduciría la pérdida de valor agregado debido al COVID-19 en los primeros años y aumenta hasta el cuarto.
