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Cruzar el Darién pone en riesgo la vida de miles de migrantes y los deja sin dinero para seguir su camino a Costa Rica

Migrantes de diferentes nacionalidades conversaron con El Observador sobre la travesía en la selva entre Colombia y Panamá.

Por Hermes Solano

Tiempo de Lectura: 3 minutos
Cruzar el Darién pone en riesgo la vida de miles de migrantes y los deja sin dinero para seguir su camino a Costa Rica
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Hermes Solano / Enviado especial a Panamá

Miles de personas procedentes de Venezuela, Haití y otros países llegan al Darién, la provincia fronteriza de Panamá con Colombia, luego de cruzar la peligrosa selva. Salieron con vida, algo que muchos no hacen, pero llegan prácticamente sin dinero.

El Observador visitó el campamento donde arriban los migrantes, en medio de la visita del presidente Rodrigo Chaves al lugar, donde se reunió con su homólogo Laurentino Cortizo, mandatario panameño, buscando soluciones a la crisis que se vive.

Todas esas personas que llegan a Panamá posteriormente sigue su recorrido y deben ingresar a Costa Rica. Muchos de ellos se quedan varios días en nuestro país pidiendo dinero o vendiendo cosas, con la intención de sufragar gastos.

En San José, Cartago y otras provincias del país se ven muchos venezolanos, principalmente, buscando dinero para seguir su ruta hacia los Estados Unidos.

Flujo de migrantes llegando a Darién, tras cruzar la selva. (Hermes Solano/ El Observador)

Esto pasa porque en la selva del Darién casi que se quedan sin dinero, debido a que tienen que pagar “impuestos” a la comunidad indígena de la zona, quien además es la encargada de transportarlos por el río, cobrándoles una tarifa.

“Salí de Colombia con $400 y todo se quedó en esa selva”, le contó a El Observador Julio Herrera, un colombiano de 27 años que llegó al campamento Lajas Blancas el jueves.

“Cobran impuestos de $85 en unos sectores, en otros de $200 dólares y si no se pagan no dejan que uno pase”, añadió.

Vendió la casa

Otro migrante, el venezolano Donling Font llegó a Panamá con sus tres hijos, su esposa, suegros y cuñados.

Pasó cinco días de terror y está en el campamento desde hace dos días porque no tiene dinero para seguir el camino.

“Vendí mi casa, era del Gobierno y la vendí en mil dólares”, contó el hombre, quien perdió su bolso donde tenía los recursos y los papeles de toda su familia en el río, ya que uno de sus hijos estuvo a punto de ahogarse.

“Cuando el río se llevó el bolso me quedaban $300”, añadió.

“El río se lo llevó todo. Se me iba a ahogar mi hijo mayor y tuve que soltar el bolso donde llevaba los documentos, el dinero y perdí todo”, relató.

Asegura que en la selva cobran por cualquier cosa y si se quiere avanzar hay que pagar.

“La parte monetaria es mucho, porque se ha vuelto un monopolio. Hasta por pasar en canoa te cobran”, dijo también a este medio otro venezolano de nombre Jonathan González, quien llegó este mismo viernes al Darién.

Este hombre y su familia todavía debe esperar unos días para llegar a suelo costarricense. Por ahora, le recomendaron hacer labor social en el mismo campamento y de esa manera acumular el dinero para seguir su camino.

Paso controlado

En Panamá, los migrantes que llegan pueden salir el mismo día de la zona fronteriza rumbo al otro punto del país, cerca de la frontera con Costa Rica, en Paso Canoas.

Constantemente hay buses que salen llenos de personas. Cada uno de los migrantes tiene que pagar $40, que es el valor del tiquete, mismo costo incluso para niños mayores de cinco años.

Muchos llegan ya sin la posibilidad de pagar esos $40 y por eso se quedan en el albergue, a la espera de conseguir el dinero que les permita atravesar Panamá y llegar a Costa Rica.

Migrantes llegan a albergue en Darien tras cruzar la selva. (Hermes Solano / El Observador)

La salida de ese albergue en Lajas Blancas hacia el otro extremo del país es controlada por las autoridades, y de esa forma evitan el transporte ilegal de personas.

Ya en Costa Rica, los migrantes buscan el dinero para el transporte hacia Peñas Blancas, frontera norte, y muchas veces no tienen efectivo. De ahí la gran cantidad de personas en los semáforos y esquinas pidiendo dinero.

Las autoridades panameñas aseguran que en lo que va del año han ingresado por el sector alrededor de 390.000 personas, superando en mucho lo que se vivió en 2022.

Tapón del Darién Panamá

Tras la travesía por la selva del Darién, una mujer es trasladada en camilla al llegar al albergue habilitado para migrantes en el territorio panameño (Foto Hermes Solano/ El Observador)