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Deflación: el perjudicial fenómeno que afecta a Costa Rica y que podría “enfriar” la economía

La economía de Costa Rica se podría “enfriar” y salir de ahí es complicado, señalan profesionales en economía.

Por Josué Alvarado

Tiempo de Lectura: 5 minutos
Deflación: el perjudicial fenómeno que afecta a Costa Rica y que podría “enfriar” la economía
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Durante nueve meses la inflación en Costa Rica ha estado en números negativos, y por ende, fuera de la meta que establece el propio Banco Central de Costa Rica (BCCR) como uno de sus objetivos principales.

A este periodo prolongado con inflación negativa se le conoce en economía como deflación. Es el fenómeno que atraviesa la economía nacional en este momento, según la propia Autoridad bancaria.

Aunque muy a simple vista esta inflación negativa (un menor crecimiento de los precios de bienes y servicios) podría parecer una buena noticia, cinco expertos consultados por El Observador explican que esto podría generar efectos dañinos en las economías.

Por ejemplo, enfriamientos de las actividades económicas, del consumo y de la producción. Por ende, atrasos en las inversiones, menor contratación y por ende afectaciones al mercado laboral.

La Tasa de Política Monetaria (TPM) es la herramienta que tiene a disposición el Banco Central para controlar la inflación (ya sea para subirla o bajarla). La entidad la ha movido hacia abajo durante los últimos meses, sin embargo algunos sectores consideran que ahora, a estas alturas, la decisión llegó tardía y la reducción sigue siendo insuficiente.

Para esos sectores (entre academia y sector productivo) el mejor ejemplo de que a la TPM no se le dio el manejo adecuado es que la inflación no esté ni cerca de la meta y más bien se mantiene en números negativos. La entidad bancaria espera que regrese al rango durante el segundo semestre del 2024, aunque esa fecha se ha pospuesto en al menos dos ocasiones.

Costa Rica ha estado fuera del rango de tolerancia en 24 de los últimos 26 meses

En Costa Rica la meta de inflación es 3%, pero con un rango de tolerancia que permite valores entre el 2% y el 4%. El economista Alberto Franco explica que ese rango se establece porque siempre hay choques externos que impiden estar permanentemente en 3%.

Estar dentro de ese rango es lo que se conoce como estabilidad, al menos en esta materia, y es el principal objetivo del BCCR.

"Lo que no es normal son desvíos tan significativos bajo condiciones de relativa estabilidad en las condiciones externas e internas de la economía. Una deflación que persiste durante varios meses no es deseable para el funcionamiento de ninguna economía", comentó Franco.

Durante los últimos 26 meses Costa Rica ha estado dentro de ese rango únicamente en dos de ellos: enero del 2022 (3,50%) y abril del 2023 (2,44%).

En otros 14 meses ha estado por encima de la meta hasta llegar al 12,13% en agosto del 2022.

En mayo del 2023 cayó fuera del rango meta pero se mantuvo positiva: 0,88%. Y a partir de junio reporta números negativos, por lo que ya suma nueve meses consecutivos en esa condición.

"Lo cierto es que se está incumpliendo con el principal objetivo del banco que es que la inflación se ubique dentro de un rango meta que va del 2% al 4%", comentó Franco.

Las consecuencias en la economía

El analista económico y bursátil de Acobo Puesto de Bolsa explica que "la deflación puede ser perjudicial para diferentes sectores de al economía".

Por ejemplo, genera que los consumidores pospongan su gasto pues están espeando que los precios sigan cayendo todavía más. Esto lleva a una disminución del gasto y de la inversión.

Bajo este escenario se propicia un menor crecimiento económico y por ende se incrementa el desempleo.

Además, señala que implica presiones a la baja en los precios por parte de las empresas para tratar de darle rotación a sus inventarios que se acumulan. Esto lleva a que pospongan sus proyectos de expansión.

En otras palabras afecta el consumo, la producción, el mercado laboral, las inversiones de las empresas y las decisiones en los hogares.

"Si los consumidores y empresas creen que los precios van a seguir bajando, pospondrán sus decisiones de consumo e inversión lo que hace que las empresas tengan que bajar precios ante la menor demanda, ajustarán sus costos ante menores ingresos y podría generar desempleo, entrando en un círculo vicioso", explica el analista económico de Mercado de Valores Pablo González.

El economista del Colegio de Ciencias Económicas de Costa Rica, Luis Vargas, señala que el contexto no hace pensar que la deflación está siendo un síntoma positivo o negativo.

Recuerda que a pesar de estos nueve meses consecutivos la economía sigue creciendo. Aunque, también hay quienes han advertido que la inflación negativa coincide con un desaceleramiento de la economía, es decir, se crece pero a menor ritmo.

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"No es deseable que se mantenga en el mediano plazo o largo plazo", comenta Vargas, quien dice que aunque no hay acuerdo al respecto se considera deflación cuando se  registran dos trimestres consecutivos de inflación negativa, plazo que el país cumple.

"Desvíos prolongados de la inflación nunca son una buena señal económica, tanto si los desvíos son hacia el alza como hacia la baja", comenta por su parte Pablo González de Mercado de Valores.

González dice que "de momento" no se observan otros síntomas referentes a ese círculo vicioso, aparte de una menor actividad en el sector construcción.

El diputado del Partido Liberal Progresista (PLP) y economista Eli Feinzaig coincide en que la deflación puede "deprimir la economía" y cree que salir de esa condición es muy difícil. Señala el ejemplo de Japón que en 1998 entró en un proceso deflacionario del que todavía tiene secuelas. De hecho al periodo se le conoce como "las tres décadas perdidas de Japón", comenta.

Feinzaig, a diferencia de otros consultados, considera que sí hay otras señas alarmantes como el comportamiento del mercado laboral, en el que todavía no se recuperan las cifras de ocupación del 2019 y más bien muestra señales de disminución.

¿Toma el Banco Central las medidas pertinentes?

La TPM es conocida como tasa directriz porque guía el comportamiento de las demás, incluidas las de los créditos e hipotecas. Una reducción de esta tasa incentiva el consumo porque endeudarse podría ser menos costoso.

Esto a su vez aumentaría el consumo, lo que quiere decir que las empresas tendrán que producir más y necesitarán de más personal.

En otras palabras, una reducción de la tasa se podría traducir en un dinamizador de la economía. Otro factor que podría dinamizar la economía es la inversión por parte del Estado, por ejemplo en proyectos de infraestructura.

El vocero de Acobo considera que con la reciente disminución de 5,75% a 5,25% en dicho indicador el BCCR está haciendo la tarea y hasta cree que las cifras permiten concluir que el país podría salir pronto de esa situación.

Luis Vargas del Colegio de Ciencias Económicas cree que la reducción es la dirección correcta, pero si esa es la magnitud para hacerle frente al fenómeno considera que se necesitan más estudios para emitir el criterio.

"Es un paso en la dirección correcta, pero es absolutamente insuficiente y llega tarde (...) El Banco Central viendo únicamente los riesgos al alza de los precios, cometió el error de ignorar durante meses los riesgos a la baja", señaló Feinzaig.

El mismo banco reconoció días atrás que en términos inflacionarios persisten los riesgos a la baja, por encima de los riesgos al alza.

"Insuficiente y tardía porque pienso que la tasa de interés de política monetaria debió estar en un nivel más bajo hace ya varios meses un poco para evitar algunos de los síntomas que el propio Banco Central está reconociendo que están visibles en la economía, incluyendo la desaceleración de la actividad económica en algunos sectores", dijo por su parte Alberto Franco.