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Desempleo e inflación amenazan con más pobreza en Costa Rica si no hay reactivación, advierten economistas

Aunque se visualiza el final de la pandemia y las cifras de crecimiento económico llegaron a la etapa previa a…

Por Rodrigo Díaz

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Desempleo e inflación amenazan con más pobreza en Costa Rica si no hay reactivación, advierten economistas
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Aunque se visualiza el final de la pandemia y las cifras de crecimiento económico llegaron a la etapa previa a la emergencia sanitaria, hay dos preocupaciones que pueden afectar a los costarricenses.

Se trata del desempleo, que aún con la recuperación se mantendrá más alto que antes de la crisis por el covid-19. También se estima que la inflación estará por encima de lo observado en los últimos años.

Así se desprende del estudio de perspectivas económicas para el 2022 que presentó este miércoles el Colegio de Ciencias Económicas.

Aunque positivo en términos generales, los resultados del estudio están condicionados por la mundial. Además, se debe tomar en cuenta las variables internas, incluido el cambio de gobierno, previsto para mayo.

“El 2022 debe ser un punto de inflexión entre una economía costarricense frágil y una resiliente que aprovecha su potencial”, apuntó el economista.

Para él, el mayor desafío es balancear la salud pública y la salud económica, así como atender las finanzas públicas.

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Crecimiento sí, pero sin empleo

La expectativa de crecimiento económico para el 2022 es de 4,5%, consideró el grupo de economistas. Esta tasa es menor que la del 2021, que fue de 5,4%, atribuida en parte al efecto rebote tras la situación presentada con la pandemia.

La cifra de crecimiento es mayor al promedio mundial (4,1%) aunque menor que la de Estados Unidos (5,2%), nuestro mayor socio comercial.

El crecimiento, en su mayor parte, es impulsado por el régimen de zonas francas, Mientras, el régimen definitivo (empresas locales), muestra un comportamiento muy dispar.

El nivel de exportaciones se mantendría similar para este año. No obstante, se debe tener la mirada puesta a la crisis de contenedores y la posible volatilidad en los mercados de capitales, expresó Rodríguez.

Se espera que se mantenga el flujo de inversión extranjera directa al nivel del 2021 (4,3% del PIB); seguirán siendo las zonas francas el mayor receptor de esa inversión.

Este incluso podría aumentar si el país aprovecha mejor las oportunidades del “nearshoring” conforme se redefinen las cadenas de suministros con mayor cercanía a los mercados de destino.

Se espera que, en 2022, la razón deuda/PIB sea de 71,7% y el déficit fiscal de -3,91% (superávit primario de 1,10%). Lo anterior se daría bajo el supuesto de mantener la disciplina fiscal y el crecimiento económico.

Pese a estas cifras, el empleo no crece igual. La tasa de desempleo se colocará en 13,9%; esto está por encima de lo que estuvo previo a la pandemia, que ya de por sí se encontraba alta (12%).

Este indicador, sin embargo, no refleja una menor tasa de participación (57,1%), debido a que muchas personas dejaron de buscar empleo.

Las más afectadas son, principalmente, las mujeres (44,6%) y los jóvenes.

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Se espera que para el 2022, el porcentaje de participación laboral aumente al 63% -la cifra de 2019-. A medida de comparación, en Estados Unidos se espera alcance el 80%.

“El nuevo Gobierno tiene el reto de acelerar el crecimiento económico y aprovechar el producto potencial, además de los bonos de género y poblacional”, explicó el economista.

Para acelerar el crecimiento económico se debe aprovechar el potencial que le darían los jóvenes y las mujeres, tanto desde el punto de vista de la empleabilidad como de emprendimientos.

“Deberá darse un impulso a los clústeres productivos con una visión territorial a lo largo y ancho del país y programas para atender las barreras de entrada de jóvenes y mujeres a los mercados laborales”, agregó Rodríguez.

Inflación golpeará a los más pobres

Otro indicador que preocupa es el de la inflación.

La expectativa del crecimiento interanual de precios para este año es de 4,0%, cifra mayor a la del año anterior (3,30%).

Este comportamiento difiere del período entre el 2017 e inicios del 2021 cuando la inflación reportada rondó el 1,7%.

Este aumento dependerá, sobre todo, de factores externos: aumento del petróleo, el problema en la cadena de suministros, la recuperación económica y las políticas de los bancos en el mundo para bajar el ritmo inflacionario.

Para Rodríguez, un aumento de inflación de ese nivel tendrá un efecto sobre las personas que se encuentren en el límite de la línea de pobreza.

Esto se debe a que no se espera que el crecimiento de salarios crezca a la misma velocidad, por lo que este grupo de población la tendrá difícil para soportar ese aumento.

Por su parte, se prevé una mayor volatilidad para el tipo de cambio, aunque su variación interanual sea menor a la del año pasado (2021).

Su comportamiento dependerá, entre otros factores, de los ingresos por turismo y el crecimiento de las exportaciones de bienes y servicios. Además, el ingreso de inversión extranjera directa, los desembolsos de créditos externos y al comportamiento de las tasas de interés.

Justamente, en cuanto a los desembolsos restantes que debe hacer el Fondo Monetario Internacional (FMI), Rodríguez enfatizó que se ha cumplido con creces el pilar cuantitativo del acuerdo. Esto se refiere a los resultados fiscales, que supera con creces las metas propuestas.

Sin embargo, la preocupación cualititativa, que son las leyes que el país se comprometió y que tienen problemas para aprobarse en la Asamblea Legislativa.

Debido a que se acaba el tiempo a la actual administración, “necesariamente serán las nuevas autoridades que tendrán que sentarse nuevamente con el Fondo analizar el acuerdo en el marco de las condiciones económicas y políticas que se den después de las elecciones”, precisó el presidente del Colegio de Ciencias Económicas.