Juan Pablo Arias
Un carrusel gira lentamente, mientras un grupo de perros -de todas las edades, razas y tamaños- van al volante de pequeños automóviles y mueven sus colas en un alegre ritmo circular.
Si esta imagen le parece fantasiosa o salida de una caricatura, es porque no acudió el pasado 10 de marzo a la última fecha de los Domingos Familiares Sin Humo, en el Paseo Colón.
Ese día, Roy Pérez, de la empresa Carruseles Costa Rica, puso en marcha una ingeniosa atracción dirigida a los peludos de la familia que acudieron al evento: un carrusel para mascotas.
(Cortesía EPA)
El concepto, según explicó, fusiona la alegría de la infancia con la lealtad incondicional de los compañeros caninos.
¿Cómo lo llevó a la realidad? Don Roy relata que todo comenzó con una llamada en la que le plantearon una idea a la que ya le venía dando vueltas.
“Nos llamaron para esta actividad de la Municipalidad de San José con EPA y nos hicieron la propuesta, ahí valoramos cuál carrusel podía ser más adaptable. A veces las cosas se van dando solas, porque yo, como unos dos años antes que se diera esto, le decía a mi hija y a mi esposa: ‘Ahorita tenemos que hacer carruseles para perros, porque ya la gente tiene más mascotas’”, comentó.
Posterior a aceptar el reto, debió valorar cuál carrusel podía ser más adaptable y amigable con las mascotas. “Fue una experiencia bonita, porque no teníamos práctica en esa área. Se ha abierto un mercado grande”, opinó, tras el éxito de esta primera prueba.
(Cortesía EPA)
Uno más de la familia
A Pérez, la propuesta de adaptar un carrusel para el disfrute de las mascotas no lo tomó por sorpresa. La empresa que dirige tiene tres décadas en el mercado nacional y en los últimos años ha visto cómo las familias han ido incorporando a los peludos del hogar dentro de sus actividades.
“Ya nosotros habíamos ido a eventos donde las personas llevan también a sus mascotas. Lo que pasa es que los carruseles no estaban dirigidos a mascotas, sino al público en general, pero por eso es que también ahí vino la inquietud mía”, comentó.
Posterior a tomar la decisión de llevar el plan adelante, el primer reto fue diseñar la experiencia que se quería ofrecer a los perros.
“No sabíamos cómo iba a funcionar; por ejemplo, si iba a montarse un niño con su mascota. Pero al final decidimos que en el carrusel iban solo mascotas. Yo lo que hice fue adaptar el carrusel para ellos, en el sentido de disminuir la velocidad y poner unos seguros para que la ‘pecherita’ la pudieran amarrar”, comentó.
(Cortesía EPA)
Don Roy cree que el resultado fue tan bueno que lo podría volver a poner en práctica y hasta crear nuevas figuras en sus atracciones, pensadas específicamente para pasear animales.
“Nosotros tenemos muchos años de negocio en los carruseles y juegos mecánicos: unos son traídos de afuera, otros son fabricados, entonces tenemos esa versatilidad, de poder hacer algo ya más adaptado, como más propio para ese fin”, dijo.
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Para poder subir mascotas en un carrusel, don Roy debió gestionar dos permisos, primero ante la Municipalidad de San José (que a su vez era uno de los organizadores) y ante el Ministerio de Salud.
“Hubo permiso para montar mascotas, eso sí, mascotas nada más”, aseveró, al tiempo que resaltó que el experimento de pasear animales en un carrusel no estuvo exento de momentos anecdóticos.
“Había un perro muy grande que tuvo que poner unas patitas en el asiento de adelante y las otras en el asiento de atrás, pero ahí iba paradito él, feliz. Y después un bóxer, me chupeteó toda la cara cuando lo amarraba y lo acomodaba; la gente muerta de risa”, relató.
(Cortesía EPA)
Una empresa familiar
La empresa que dirige Pérez es familiar. “Eso ha venido desde la familia, desde mis padres. Mi familia siempre ha tenido juegos mecánicos, entonces de ahí venimos. Yo soy de la segunda generación”, explicó.
“Aunque la empresa tiene 30 años, tenemos unos 15 años de trabajar en el mercado meta de nosotros, que es el de los eventos privados y las actividades empresariales, pero también trabajamos ‘turnos’”, agregó.
