Desde la columna

Educación y aprendizaje basado en competencias

Aún persiste la norma de memorizar como forma de aprender, un concepto que, por cierto, está superado

Por Desde la Columna

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Educación y aprendizaje basado en competencias
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Willy Chaves Cortés/ Máster en Comunicación Política de la UCR / Especialista en Liderazgo Transformacional de Lead University

Nuestros sistemas de educación deben fundamentarse en la evaluación de las competencias de los estudiantes en todos los niveles de la enseñanza. Aún persiste la norma de memorizar como forma de aprender, un concepto que, por cierto, está superado. Hoy en día, existe un amplio consenso en que debemos enfocarnos en educar en competencias y asegurarnos, a través de la educación, de que los estudiantes sean competentes en su desarrollo profesional futuro.

En relación con la educación y el proceso de adquirir competencias, el concepto de competencia incluye conocimientos, procedimientos y actitudes (saber, saber hacer, saber ser y saber estar) relacionados con la práctica profesional y el desempeño laboral. Estas habilidades permiten actuar con eficacia, es decir, ser capaz de encontrar y aplicar la mejor solución posible en distintas situaciones y contextos profesionales. Esto implica elegir en cada momento la respuesta más adecuada, según los distintos recursos personales, sociales y profesionales disponibles.

Estoy convencido de que el aula debe ser un espacio creativo donde el docente introduzca a sus estudiantes en la búsqueda de conocimientos que no se queden en conceptos rígidos y superados. Debemos aprender a desaprender para moldear en la sociedad el concepto necesario del ser humano que deseamos ser. Para lograr este importante cambio de paradigma, debe producirse también una transformación profunda en la labor docente.

Así, los docentes deben convertirse en facilitadores de aprendizajes significativos por parte de los alumnos, así como en garantes del desarrollo de competencias personales y profesionales, más allá de superar un examen o una serie de pruebas de evaluación. Si aplicáramos la educación basada en competencias desde una pedagogía temprana, podríamos lograr que nuestra niñez se interese de manera amigable por la lectura, las ciencias, la historia, la geografía, la literatura, etc.

Tuve la experiencia de trabajar en una Dirección de Comunicación, donde la persona a cargo tenía claro que organizar su equipo por competencias daría mejores resultados. Por ejemplo, mi primera formación fue en Administración de Empresas, pero al valorar y conocer mis competencias, me permitió explorar el universo de la comunicación, entenderlo y aplicarlo, así como las Relaciones Públicas. Esto me permitió adquirir competencias que luego complementé con formación universitaria. Como estudiante y ahora como orientador, estoy convencido de que debemos apostar por la educación basada en competencias. A menudo nos cuesta entender que el ámbito educativo es cambiante y que requiere un compromiso docente que no le tema al cambio.

El enfoque por competencias se ha consolidado especialmente gracias a organismos internacionales. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) planteó, en su informe “Habilidades y competencias del siglo XXI para los aprendices del nuevo milenio en los países de la OCDE,” un marco de habilidades y competencias destacadas en las dimensiones de información, comunicación y ética, así como de impacto social.

Como país, estamos siendo llamados a ser actores y no espectadores en la ruta de la educación, que es el espacio propicio y participativo donde debemos apostar de manera colectiva por la transformación hacia una educación disruptiva. Esta debe permitir que saquemos la verdadera esencia del ser costarricense, que implica lograr la transformación de nuestra sociedad, teniendo la educación como objetivo de estado. Las aulas deben ser espacios amigables donde se construyan los conocimientos de forma amigable, creativa y participativa. Estoy comprometido con ese objetivo.

Fueron personas visionarias las que lograron que la educación fuera el mejor estandarte con el que el mundo reconoce lo mejor del hombre y la mujer costarricense. Encendamos la luz de la educación para las nuevas generaciones.

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