Por Hemes Solano enviado especial a Catar
El inicio de la Copa del Mundo en Catar dejó detalles interesantes. Es el primer Mundial que se realiza en el Medio Oriente y el segundo en Asia, tras el de 2002 en Corea-Japón.
Las tradiciones, religión y política de este país han generado controversias y polémicas en el resto del mundo, que acusan a los cataríes de no respetar los derechos humanos.
Hoy, la fiesta del fútbol fue total en el estadio Al Bayt, un reducto construido en 2015 con capacidad para albergar a 60.000 personas, que queda en medio del desierto.
Es el reducto más alejado desde el centro de Doha. A su alrededor no hay nada más que arena y carreteras, así como algunas dunas.
A la distancia se le suma el hecho de que hubo congestión vehicular para el ingreso. Muchos vehículos particulares, taxis, Uber y autobuses trajeron a los aficionados y la prensa.
Por eso no extrañó encontrar presas para el ingreso, a pesar de la fuerte presencia policial, que intentaban regular el tránsito en la zona.
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Los VVIP y VIP (sí, como leyó VVIP)
En Catar no solo hay personas VIP, sino que también hay VVIP; es decir, mucho más importantes que los primeros.
Así lo reflejaban las señales en carretera, que indicaban los ingresos de vehículos hacia las rutas al estadio.
Todos ellos en sus carros de grandes marcas y últimos modelos. Un dato llamativo de Catar es que las placas de los vehículos tienen 6 números, pero si usted es de un poder económico más alto, su placa tendrá menos; es decir, hay carros que tienen 5, 4, 3, 2 y hasta un solo número.
Eso es señal de poder económico.
De hecho, el Emir de Catar, Tamim bin Hamad Al Thani, presente en el estadio, tiene la placa con el número 1.
Fuerte seguridad
Para ingresar al estadio hubo demasiada seguridad. Por ejemplo, los medios de comunicación pasaron alrededor de tres filtros, dos para confirmar la acreditación y uno más donde se pasan los maletines y demás por las máquinas detectoras.
Muchos policías estaban presentes en las afueras y también al interior del estadio, donde se pudo observar camellos, parte de la tradición catarí y del Oriente Medio, quienes estaban realizando un tipo de escolta.
La revisión es exhaustiva para todos y así será en lo que resta de los partidos.
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Cerveza sin alcohol
En Catar solo se vende cerveza en ciertos restaurantes. No la venden en supermercados y no se puede consumir en vía pública.
Tampoco en los estadios. De última hora la organización informó que no estaba permitida la venta de alcohol donde se jugarán los partidos.
Eso sí, había cerveza, de la marca Budweiser, pero Zero, es decir, sin alcohol, que será la que se venda en los 64 partidos de la Copa del Mundo.
Trajes tradicionales
Muchos de los cataríes en el estadio vistieron los trajes tradicionales del país. Es decir, una bata blanca, hasta los tobillos y el tradicional turbante en la cabeza, principalmente de color rojo con blanco.
Las mujeres, por su parte, vistieron el tradicional traje negro, que les cubría la cabeza.
Así estaban la mayoría de seguidores, que eso sí, con el 0 a 2 abajo desde la primera parte, comenzaron a abandonar el estadio poco a poco. De hecho, en el minuto 90, los claros en las gradas eran muy notorios.
La mayoría se fue antes.
Arrancó el Mundial de Catar con muchas peculariedades, en un país donde el fútbol parece no ser tan apasionante, pero que lo vivirá durante todo un mes.