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Emprender en la tercera edad

Carlos Peña para El Observador Sin ánimo a equivocarme, puedo asegurar que emprender con personas adultas mayores es un acierto…

Por Berlioth Herrera

Tiempo de Lectura: 3 minutos
Emprender en la tercera edad
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Carlos Peña para El Observador

Sin ánimo a equivocarme, puedo asegurar que emprender con personas adultas mayores es un acierto si se dan las condiciones correctas.

Las personas adultas mayores con perfiles emprendedores son los mejores socios que he topado en mi carrera de proyectos de inversión, esto porque:

  1. Son leales
  2. Son honestos
  3. Tienen paciencia
  4. Tienen experiencia
  5. Tienen contactos relevantes
  6. Pueden ver muchas cosas que no se aprecian en la juventud

Mi papá, actualmente de 72 años, siempre me decía que las personas mayores que yo (33 años), me podían enseñar mucho basado en su experiencia y vivencias. Hoy puedo asegurar que tenía razón.

Don Roberto

Esta entrega quisiera dedicársela a un emprendedor que definitivamente está en mi top 3 de empresarios más admirados; me estoy refiriendo al señor Roberto Tovar Faja.

Muchas personas conocen al señor Tovar Faja por su carrera política, conociéndole como un hombre íntegro, honesto y con mucho potencial. El señor Tovar Faja fue canciller de la República, dos veces diputado y mantiene una vida relevante dentro de círculos influyentes del país.

Por casualidades del destino nos conocimos el año pasado y desde entonces entendí el buen consejo que me dio mi papá, escuchar y atender a personas adultas mayores que quieren hacer proyectos conmigo, tenía mucho por aprender de ellos.

El universo confabuló para que don Roberto tuviera una oportunidad del desarrollo de un proyecto inmobiliario en Escazú, en el justo momento que yo estaba buscando mi siguiente proyecto de inversión. Para los continuos lectores de la columna saben que me dedico a la asesoría empresarial y al desarrollo de fincas de madera, ambos negocios ya los tengo algo, bajo control.

Como este año 2021 pretende ser un año de recuperación económica global y hay un gran empuje, desde mi perspectiva, por una demanda por activos de bienes raíces de calidad, pensé que sería buena idea meterme a desarrollar proyectos inmobiliarios.

Una cosa lleva a la otra y a finales del 2020 estaba en la terraza de su casa, junto a su esposa, conversando de cómo darle forma a un proyecto de desarrollo en su propiedad.

Sinceramente, pude entender que trabajar con una persona adulta mayor me podía dar una perspectiva diferente al emprendimiento; ya muchos conocen que he trabajado directamente en asesorías con más de 1.700 emprendedores a nivel regional. Con los años uno desarrolla el olfato para saber quien es bueno, quien es comprometido y quien es realmente o no, un emprendedor.

Don Roberto tiene las habilidades de cualquier emprendedor exitoso, que las enumero:

  1. Paciencia: En diferentes momentos de tensión guarda la calma y busca soluciones
  2. Resiliencia: A pesar de las adversidades en el proyecto se mantiene firme en ejecutarlo
  3. Honestidad: Hasta el más mínimo detalle se habla con transparencia
  4. Madurez: Las críticas y discusiones nunca se toman personal y se entiende que todo es en pro del proyecto
  5. Deja al otro trabajar: Para escalar es necesario trabajar en equipo, por lo que permite flexibilidad a proveedores y a mí en tomar decisiones, ejecuciones y opiniones
  6. Proactividad: El elemento clave de cualquier emprendedor es tener empuje y nunca detenerse

Lo interesante es que hacemos un gran equipo, él trae a la mesa experiencia y una serie de contactos que permiten herramientas que al menos yo no tengo, y dentro de mis limitaciones aporto velocidad, tenacidad y resolución rápida de problemas. Esto ha hecho que a la fecha el proyecto que tenemos en Escazú sea un éxito comercial y prácticamente estamos a un paso de terminar todos los detalles relevantes.

Este proceso, de ya casi 5 meses, me ha hecho reflexionar. Para mi gran pesar, en que las generaciones que vienen detrás de la mía pareciera que carecen de la mayoría de los puntos mencionados anteriormente, especialmente empezando porque somos tan soberbios y creemos que todo lo sabemos.

Este proceso de proyecto con una persona tan capaz y admirable como don Roberto Tovar Faja me ha permitido aprender que no importa el momento en la vida en el que estemos, siempre podemos y debemos exigirnos al máximo; que la vida es un regalo tan corto, que por eso debemos sacar provecho de cada segundo de ella.

Entonces para los lectores jóvenes debemos de reflexionar sobre nuestro caminar, nuestro actuar y nuestra hambre por éxito; y para aquellos lectores que peinan canas saber que la vida siempre tiene algo para ofrecer, todo está en el enfoque que le demos a nuestro día.

Finalmente concluyo; en estos meses, más que un proyecto, gané experiencia, nuevos contactos y por, sobre todo, un nuevo amigo.