Redacción El Observador
Informe de la Administración del Presidente Carlos Alvarado Quesada ante la Asamblea Legislativa, 2 mayo 2022. (Cortesía Casa Presidencial)
En su último mensaje al Congreso y al país como Presidente de la República, Carlos Alvarado, aseguró que “las finanzas de la casa están sanando y quedan encauzadas (…) aunque recoció que el “desempleo no cedió”.
“Mi gobierno estabilizó claramente la senda de las finanzas públicas, no desde una visión electorera o de triunfos temporales, sino desde la responsabilidad y el largo plazo” aseguró el mandatario ante 57 diputados, ninguno representante del PAC que lo lo llevó al poder en el 2018.
Así, procedió a hablar del crecimiento económico que logró el país de un 7,8% luego de la estrepitosa caída por la pandemia.
Apuntó al aumento de las exportaciones, y el cierre del 2021 con un déficit primario de 0,27%, y un déficit financiero de 5,03%.
“Es constatable, el gobierno sí puso orden en ingresos y gastos”, dijo y sacó a relucir los elogios que recibió el país de las autoridades del Fondo Monetario Internacional (FMI) por la política fiscal y medidas que adoptó como la aprobación de la Ley de Empleo Público.
El mandatario saliente aseguró, a 8 día de dejar la silla presidencial que de las grandes deudas públicas tienden a la baja y eso se podrá mantener si se avanza con lo que falta de la agenda de acuerdo con el FMI.
“Digo esto, frente a las personas guardianas de este destino, las diputaciones de la República, porque ustedes aprobarán los nuevos ingresos y gastos del Estado”.
“Si debiese sintetizar lo hecho en 4 años, afirmo que: ordenamos las finanzas de la casa para evitar la crisis, protegimos al país de la pandemia, construimos obra pública, combatimos el populismo y promovimos los derechos humanos, posicionamos al país como líder mundial en la lucha contra el cambio climático”, afirmó.
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Informe de la Administración del Presidente Carlos Alvarado Quesada ante la Asamblea Legislativa, 2 mayo 2022. (Cortesía Casa Presidencial)
Grandes deudas
En su informe, Alvarado también habló del reto que el país sigue teniendo para enfrentar la desigualdad. Aprovechó incluso para alertar a las autoridades entrantes de que éste será el principal desafío que enfrentarán.
“Es mi convicción que Costa Rica debe afrontar en los años venideros la creciente desigualdad, que se refleja en pérdida de la cohesión social. Y esto se manifiesta en varios campos.
“Hay quienes preguntarán si este gobierno hizo suficiente en esta materia. Les diría que la base fundamental para enfrentar este problema es asegurar un Estado viable y robusto que pueda acometer la desigualdad. Un Estado quebrado, en default, y una economía en picada solo lo agravarían. Resolvimos primero lo primero.
También habló del desempleo como una de las manifestaciones de desigualdad en el país que más le preocupa al dejar el Gobierno.
“El desempleo, que en nuestro caso tiene la característica de castigar a los hogares de baja escolaridad y formación. Es más fuerte en mujeres, jóvenes y fuera del Gran Área Metropolitana. Es necesario seguir combatiendo esta realidad”, acotó.
Argumentó que la pandemia por el coronavirus es la principal causa del problema de desempleo que tiene Costa Rica.
El otro tema que señaló como una preocupación es el narcotráfico y lavado de dinero. “Hemos presenciado como el narcotráfico ha penetrado comunidades y el crimen organizado se ha acercado a personas en posiciones de poder. Desde el esfuerzo conjunto de los Poderes de la República lo hemos combatido”.
Sobre educación, dijo que una de las tareas pendientes elevar la calidad de la educación pública y recuperar los rezagos generados por la pandemia que dejó en clara evidencia la urgente necesidad de fortalecer el acceso a tecnología.
“Debemos aspirar a que sea tan buena como la privada o mejor. Una educación de oportunidades para todas y todos en todo el país. Esto también requiere una mejor infraestructura educativa, tanto física como tecnológica”, expresó el Presidente ante los diputados.
Al cerrar su último informe aprovechó para agradecer a su equipo, a sus asesores, a su fracción, a su esposa y a su hijo, entre otros.
“Agradezco también a quienes nos lastimaron de palabra. No lo entendí al inicio. Pero a la postre comprendí que eso solo nos hizo más fuertes”, aseguró.
Y poco antes del cierre lanzó un escudo de defensa no sólo para su gestión sino a la de su predecesor, Luis Guillermo Solís.
“Mucho se puede discutir de los últimos 8 años, o de estos 4 años. Con convicción, sé que han sido lo mejor para nuestra casa común, Costa Rica”, dijo el presidente de 42 años de edad.
