España, un desastre: confundió el fútbol con el billar… yo, como muchos, estamos aburridos, pero muy aburridos

Manuel Guisande para El Observador

El partido era de fútbol. Lo digo porque más de uno todavía sigue pensando que era una nueva modalidad de billar por equipos y que ganaba el que más pases daba…

Pero, no, como era lo que los clásicos llaman balompié… la Selección de España aburrió hasta las ovejas.

Ya se sabe que en la vida hay muchas formas de perder el tiempo: esperando un autobús, un tren, a que te atienda un médico, y otra, que no falla, ver un partido de España y esperar a que meta un gol.

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El 7 a 0 a Costa Rica, una ilusión

A nosotros ya nos parecía que el 7-0 a Costa Rica no era normal, que debió de ser una de esas cosas que solo se dan una vez en la vida.

Esto cuando se conjugan un par de astros y el cinturón de Orión. ¿Ganar España 7-0?, ¿Ganar a qué, al tenis, para desempatar un tie-break?

¿Y cuál es el sentimiento que tiene el español tras este desastre con la eliminación? Primero: que cualquiera, incluso con ochenta años, puede tirar un penalti, que peor no lo va a hacer, y si la da con la muleta el balón va más fuerte.

Eso yo creo que un día se estudiará en la universidades; ¿a qué velocidad va un balón a una portería si se le da con una muleta… y con un palillo o mondadientes?

Y, segundo: que ni tuvimos tiempo para ilusionarnos. Entre el batacazo de Japón y que estuvimos tres minutos eliminados cuando Costa Rica ganaba a Alemania, más que ilusión lo que teníamos era una especie de parkinson acelerado porque nos temíamos lo peor, y lo peor llegó con Marruecos. Casi 120 minutos y menos de cinco tiros a puerta.

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El español, todo hay que decirlo, siempre ha tenido un cierto sentimiento derrotista “que si ya lo sabía yo…”, “que era lo esperado…”, “que ya estamos como siempre…”.

Forma parte de nuestra idiosincrasia, por eso a nadie extrañó que nos eliminaran. Para los más fieles seguidores, un drama, que seguro que sobrellevarán bien con un carajillo (una bebida).

Para los miles de simples aficionados como yo… pues que nos sentimos oveja, aburridos, pero aburridos, aburridos. Mucho.