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Estos son 3 obstáculos que impiden a las mujeres ascender de puesto en Costa Rica

En Costa Rica solo el 10 por ciento de las alcaldías están ocupadas por mujeres, el restante 90% (74) son…

Por Josué Alvarado

Tiempo de Lectura: 3 minutos
Estos son 3 obstáculos que impiden a las mujeres ascender de puesto en Costa Rica
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En Costa Rica solo el 10 por ciento de las alcaldías están ocupadas por mujeres, el restante 90% (74) son alcaldes. Esta es la menor participación femenina en alcaldías durante los últimos 18 años.

De las 46 entidades que son supervisadas por la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef) solo 10 mujeres están en la presidencia del órgano de decisión y cuatro ocupan una gerencia general.

En la Superintendencia General de Valores (Sugeval) de las 89 entidades reguladas solo hay 18 con presidenta y 19 con mujeres en puesto de gerencia general.

Este es escenario no es muy diferente en el sector privado.

Solo el 14% de las empresas tiene a mujeres en puestos de dirección. Y únicamente 18% preside juntas directivas, según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Asimismo, las mujeres ocupan solo dos de cada 10 puestos directivos en empresas o compañías. Así se desprende de un estudio realizado en el 2020 por Poder de México y en el que participó la Universidad de Costa Rica (UCR).

Las cifras evidencian que las mujeres, por el hecho de ser mujeres, encuentran más obstáculos para llegar a puestos de liderazgo, tanto en el sector privado, como en el público.

Los tres obstáculos 

Dos especialistas consultadas sobre las razones coinciden en que la cultura machista es la causa. Y algunos de los obstáculos que llevan a que exista esta brecha ni siquiera son tan fáciles de detectar.

El primero nace cuando se construye el perfil de contratación.

“Lo que hemos encontrado es que existen todavía sesgos inconscientes en los procesos de reclutamiento y tienen que ver con ideas prefijadas de lo que puede hacer un hombre y una mujer”, explica la coordinadora del Departamento de Políticas Públicas del Instituto Nacional de las Mujeres (Inamu), María Picado.

Esto quiere decir que desde que los departamentos de Recursos Humanos crean el perfil que están buscando para los puestos de dirección o gerencia, en algunos casos se descarta a las mujeres, por la falsa y machista creencia sobre la capacidad según el género.

Un estudio hecho por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) encontró que aproximadamente la mitad de los hombres y las mujeres del mundo considera que los hombres son mejores líderes políticos que las mujeres.

Además, más del 40% opina que los hombres son mejores ejecutivos empresariales y que tienen más derecho a ocupar un empleo cuando el trabajo escasea.

La experta en género y derechos humanos Larissa Arroyo dijo que incluso cuando las mujeres logran estos puestos se exponen a un desgaste emocional que no ocurre con los hombres.

“Yo voy a tener que probar lo que no hubiera tenido que probar si soy hombre”, señaló Arroyo a El Observador.

Segundo, como práctica machista a las mujeres se les recargan las labores de cuido, tanto de los hijos e hijas, así como otros familiares como adultos mayores o personas con discapacidad que son dependientes.

Esto hace que tengan menos tiempo disponible para algunos puestos que incluso requieren de más horas de dedicación que otros.

Según datos compartidos por el Inamu mientras que las mujeres dedican 35 horas semanales a las labores del hogar los hombres dedican solo 13.

“Si nosotros no resolvemos los problemas de cuidado, difícilmente una mujer va a encontrar trabajo, pero además no va a poder ascender a otros puestos”, agregó la experta del Inamu.

Y el tercer obstáculo es una constante interrupción de la trayectoria.

A diferencia de los hombres y por razones como las ya expuestas, sobre el recargo de las labores domésticas, la trayectoria de las mujeres tiene más pausas. Y capacitarse o prepararse se les hace más complicado.

“Ingresan más tarde, después de que tienen hijos y salen a algunos periodos para el cuido de personas como adultos mayores enfermas, etcétera. Eso hace que sus carreras sean más discontinuas”, dijo María Picado.

Para Larissa Arroyo hay que intensificar la educación y mejorar los ambientes laborales reconociendo que las mujeres tienen entornos muy distintos a los de los hombres. Pero cree que la principal tarea es eliminar todos los roles de género que siguen minando las oportunidades de las mujeres costarricenses.

“Nuestra sociedad todavía no quiere aceptar esa injusta realidad, si no podemos hablar algo o visibilizarlo no vamos a poder atender esa problemática”, añadió Arroyo, de la Asociación Ciudadana Acceder.