Josué Alvarado
Unos 200 productores de arroz de la provincia de Guanacaste no saben a quién venderán, ni a qué precio, la cosecha que están recogiendo en 3.000 hectáreas sembradas.
Inicialmente los agricultores se la venderían al Consejo Nacional de Producción (CNP), a través del Programa de Abastecimiento Institucional (PAI), mediante el cual se transfieren alimentos a escuelas, colegios, cárceles y otras entidades.
Sin embargo, el 26 de enero, el CNP informó a la Corporación Arrocera Nacional (Conarroz) que comprarán arroz hasta julio del 2023 y no antes.
Uno de los productores afectados, Fernando Rivas, quien tiene sembradas ocho hectáreas, comentó que la otra opción es vendérselo a la industria, pero esto significaría ¢7.000 menos por saco, un precio que calificó como “ruinoso”.
“Estamos muy preocupados porque no se va a salir ni con los costos y entonces vamos a tener pérdidas grandísimas. Se va a provocar un problema social grandísimo en la provincia y económico porque no se le va a poder pagar a bancos, ni a casas comerciales ni todos los compromisos que se tenían,” dijo Rivas en una entrevista con El Observador.
“Nunca se nos dijo que no se nos iba a comprar, hasta que nos mandaron un oficio cuando ya estaba todo sembrado”, agregó.
CNP dice que tiene suficiente
Según el CNP, desde el año 2022 se compró una cantidad suficiente de arroz para abastecerse durante los primeros seis meses de este año.
El presidente del CNP, Adolfo Ramírez, comentó que el grano se adquirió a 278 productores de las diferentes regiones del país. Se procesó mediante un acuerdo comercial con cuatro arroceras, que lo dejaron limpio y listo para distribuir.
“Debido a la incapacidad que tenemos en la regla fiscal no podemos usar los recursos para comprar una sobreoferta que después pueda perjudicar las finanzas institucionales”, comentó Ramírez a este medio.
El CNP agregó que la regla fiscal le impide crecer para comprar más de este grano. Calcula que de estar excluido de dicha regulación podría presentar un crecimiento de cerca de un 30% en comparación con el 2022.
Así consta en el oficio PE-OFIC-044-2023 en el que el CNP anuncia a Conarroz los planes de compra para este año, documento del cual este medio tiene copia.
Menos atractivo
El productor Fernando Rivas dijo que la producción nacional es poco atractiva para las industrias que procesan y dejan listo el arroz para la venta. Lo atribuye a la administración Chaves Robles que disminuyó drásticamente los aranceles de importación de este grano.
Por eso, el grano internacional sustituye la producción nacional en las bodegas de las industrias.
Estos cerca de 200 micro, pequeños y medianos productores de Guanacaste venderían cada saco de 160 libras en ¢27.000 al CNP. Pero ya no será así.
En la industria el monto se reduciría a ¢20.000 por saco, cifra con la que no pueden pagar los costos de haber producido ni generar ganancias, según argumentan.
El grupo de productores está en conversaciones y busca algunas alternativas, como fondos para hacerle frente a las pérdidas que significaría venderle a la industria procesadora y empacadora.
