Krissia Morris Gray
Justo antes de comenzar el curso lectivo de 2022, en el Conservatorio de Castella se dieron cuenta que les hace falta 400 pupitres.
La encargada de la dirección dice que se desecharon como chatarra, pero la junta administrativa no tienen claro cómo es que se desaparecieron esa cantidad de pupitres, por lo que presentaron una denuncia al despacho del ministro y a la auditoría del Ministerio de Educación Pública (MEP)
Yorlene Víquez, presidenta de la junta, comentó que la dirección informó, dos días antes del arranque lectivo, que no tenía pupitres para todos los estudiantes.
“Fuimos a revisar y no encontramos los pupitres y no nos han dado una respuesta de qué fue lo que pasó con los pupitres; para hacer una reparación o ver qué comprábamos”, afirmó.
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Víquez aseveró que tras averiguaciones realizadas se pudo determinar, por parte del área de mantenimiento, es que los pupitres se sacaron porque estaban llenos de comején, pero no se tiene certeza qué fue lo que pasó con el mobiliario.
Indicó que le corresponde a la directora informar sobre la situación y, al momento de la entrevista realizada por El Observador, Víquez sostuvo que no la junta no tiene información alguna.
“Nosotros no tenemos ningún documento donde nos digan qué hicieron”, remarcó.
Adujo que el Conservatorio de Castella tiene una matrícula de 1.100 estudiantes.
Para conseguir los pupitres, Víquez explicó que se organizó un “pupitón”, con el fin de lograr donaciones de pupitres para los estudiantes.
Señaló que a eso de las 10:00 a.m., lograron una donación de 50 pupitres por parte del Centro Cultural Costarricense Norteamericano, al tiempo que apuntó que otros centros educativos harían donaciones.
“No, nos van a mandar a lo virtual. Nosotros no podemos seguir en virtual porque el Colegio necesita estar en presencial para las áreas artísticas”, comentó Víquez.
Se desecharon
Ivannia Solís, asistente de dirección, pero que fungió en los últimos años como directora interina del Conservatorio, explicó que el faltante de pupitres se da desde el 2019.
Puntualizó que, cada año, el centro de estudios solicita donaciones a otros centros educativos.
Dijo que para el 2020 no hubo problemas, pues por la pandemia por covid-19, se trabajó por grupos de 15 estudiantes en las aulas.
Solís agregó que el año pasado, el MEP dispuso que las instituciones debían mantener, en las aulas lo necesario para mantener el distanciamiento por covid-19.
Sobre el particular, refirió que se sacaron casilleros y muebles, entre otros que fueron colocados en pasillos de las aulas y que pupitres en muy mal estado se colocaron en unas áreas clausuradas.
Algunos de estos inmuebles estuvieron expuestos al sol y al agua, reconoció Solís.
“Eran pupitres en muy mal estado, con comején, con las varillas en las mesas quebradas y como en octubre, el encargadoo y especialista (en mantenimiento) valoró cuál de ese material, que era chatarra, se podía recuperar para poder arreglar y cuáles había que darles de baja.
“Prácticamente todo era chatarra. Por lo que se tuvo que contactar una empresa autorizada por el Gobierno para que pudiera desechar la chatarra”, dijo Solís.
En una escueta respuesta, el Ministerio de Educación Pública confirmó que debido al deterioro los pupitres fueron dados de baja.
“Al cabo de un tiempo, el mobiliario había sufrido un nivel de deterioro que obligó a darlos de baja, y generó una necesidad que se está tratando de cubrir con premura”, indicó en una respuesta a este medio.
Próxima semana
Solís estimó que entre este viernes y la próxima semana se subsanaría la falta de pupitres, con lo cual se arrancaría el curso lectivo con una presencialidad completa.
Se le consultó si había comunicado la situación del faltante y lo hecho a la Junta Administrativa del Conservatorio de Castella, pero respondió que no lo tenía claro.
“Yo tenía entendido que sí se había mandado la información. Yo no sé si la tienen o no, pero doña Yorlene no ha comunicado conmigo, para decirme Ivannia yo no tengo nada, ¿dónde está?”, acotó Solís.
Krissia Morris Gray
