Desde la Columna
Samantha Kennedy Acevedo, bióloga con énfasis en ecología y desarrollo sostenible, educadora ambiental, agricultora y fundadora de Sabellico Alimentación Orgánica
Nuestro país es conocido por su biodiversidad y paisajes naturales. Sin embargo, como muchas otras naciones, se enfrenta a los desafíos del cambio climático. Las emisiones de gases de efecto invernadero y el calentamiento global amenazan no sólo a los ecosistemas, sino también a sectores vitales como la agricultura.
En este contexto, la agricultura orgánica ha surgido como una herramienta para abordar los efectos del cambio climático en Costa Rica y promover la sostenibilidad del sector agrícola.
Costa Rica ha sido testigo de un aumento en las temperaturas y variaciones en los patrones de lluvia, lo que afecta significativamente a los cultivos y la producción de alimentos. La sequía y las inundaciones también afectan negativamente, reduciendo el rendimiento y la calidad de las cosechas. En algunos casos, además, pueden aumentar la incidencia de plagas y enfermedades, lo que puede dañar cultivos enteros y la economía del productor.
La agricultura orgánica ha ganado popularidad en Costa Rica debido a sus múltiples beneficios para el ambiente y las personas. En contraste con la agricultura convencional (que utiliza pesticidas), los métodos orgánicos eliminan el uso de éstos y promueven prácticas agrícolas sostenibles que contribuyen a la salud ambiental y la salud de productores y consumidores.
Pero, además, los pesticidas contribuyen al cambio climático a lo largo de su ciclo de vida a través de la fabricación, el envasado, el transporte, la aplicación e incluso mediante la degradación ambiental y la eliminación. Entonces, la agricultura orgánica también contribuye a la acción climática.
¿En qué sentido? Las prácticas de la agricultura orgánica contribuyen con:
- Secuestro de carbono: Los sistemas agrícolas orgánicos utilizan técnicas como la rotación de cultivos y la incorporación de materia orgánica al suelo, lo que aumenta la capacidad del suelo para capturar y almacenar carbono atmosférico.
- Conservación del agua: La agricultura orgánica fomenta el uso eficiente del agua mediante técnicas de riego sostenible y la conservación de humedad en el suelo, lo que ayuda a mitigar los efectos de la sequía en los cultivos.
- Biodiversidad y control de plagas: Los métodos orgánicos promueven la biodiversidad en las fincas, lo que crea un equilibrio natural que reduce la propagación de plagas y enfermedades, evitando así la necesidad de pesticidas nocivos.
El Gobierno de Costa Rica ha reconocido la importancia de la agricultura orgánica como una herramienta para enfrentar los desafíos del cambio climático. Sin embargo, en la práctica no se percibe un apoyo efectivo para implementar más prácticas orgánicas en nuestros campos y educar a la población sobre los nocivos efectos de los agrotóxicos en nuestra salud y en la de nuestro ambiente.
Algunas medidas que podrían implementarse para esto son:
- Certificación y apoyo técnico. Se han establecido programas de certificación orgánica para productores, sin embargo, sus costos son elevados y su proceso engorroso. El productor debería recibir asistencia técnica para adoptar prácticas orgánicas y el proceso de certificación debería ser menos costoso.
- Incentivos económicos. Se pueden ofrecer incentivos y subsidios para la implementación de prácticas sostenibles, lo que facilita la adopción de técnicas orgánicas.
- Educación y concientización. Se debe promover la educación y concientización sobre los beneficios de la agricultura orgánica entre los agricultores y la población en general.
- Implementación de tecnología. Se debe incentivar tecnologías que permitan el uso eficiente del recurso hídrico con sistemas de riego tecnificados, promover la cosecha de agua de lluvias y construir más ambientes protegidos.
La agricultura orgánica es una estrategia clave para enfrentar los desafíos del cambio climático en Costa Rica. Al fomentar la sostenibilidad en el sector agrícola, el país puede proteger su rica biodiversidad, garantizar la seguridad alimentaria y reducir su huella ambiental.
La colaboración entre el gobierno, los agricultores y la sociedad civil es esencial para impulsar una transición exitosa hacia prácticas agrícolas más sostenibles y resilientes al cambio climático.
Al promover prácticas agrícolas sostenibles, se puede proteger el futuro del país y garantizar que las generaciones venideras hereden un entorno próspero y saludable. La apuesta por una agricultura orgánica en Costa Rica es una inversión en la salud del planeta y un paso hacia un futuro verdaderamente sostenible.
Este artículo forma parte del especial 23 voces del cambio climático de El Observador.
Dirigido por Berlioth Herrera. Coordinado y editado por Michelle Soto.
Sobre la autora
Voz #13. Samantha Kennedy Acevedo, bióloga con énfasis en ecología y desarrollo sostenible, educadora ambiental, agricultora y fundadora de Sabellico Alimentación Orgánica
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