Desde la Columna
Francisco Soto Sagot para El Observador
El trabajo es beneficioso para la salud mental. Pero la actual situación de incertidumbre, miedo, ansiedad, así como otras emociones fuertes que ha provocado el covid-19 como los cambios en la sociedad, la tensión política y la contracción económica afectan la salud mental de las personas e influye directamente sobre su productividad.
Los trabajadores de la salud y los de servicios de urgencias han tenido una carga emocional fuerte. Pero también los trabajadores en la producción de bienes esenciales, entrega a domicilio, transporte, o los que se ocupan de garantizar la seguridad de la población, también enfrentan muchas situaciones estresantes.
La mayoría ha tenido que soportar un aumento de la carga de trabajo, jornadas laborales más largas, poco tiempo descanso y el temor constante a enfermarse y transmitir el virus a los familiares o amigos.
Hay que hablar de salud mental
Por lo general las personas en las empresas no hablan sobre su salud mental, sienten miedo a la discriminación y tienen la sensación de que sus superiores no querrán escucharlos.
Las iniciativas para fortalecer el bienestar emocional de los empleados, era una prioridad en algunas empresas antes de esta crisis, pero ante la situación actual va adquiriendo un gran protagonismo e importancia.
De acuerdo con HR Trends Report 2020 de Top Employers Institute indica: “Si el principal reto de las empresas durante los últimos 50 años fue mejorar la seguridad y la salud física, el de la próxima década es fortalecer el bienestar y la salud mental de los empleados”.
Para combatir este comportamiento, los empleadores no sólo deben escuchar atentamente, sino que deben demostrarle que entiende el mensaje que quiere transmitir y el impacto que tiene para ellos.
Es fundamental que cuenten con mecanismos para detectar problemas depresivos o de ansiedad. La clave, tanto en la detección como en la mejora de la salud mental en el trabajo, es la comunicación sincera.
La salud mental de la planilla es de cuidado
Las empresas que carecen de políticas adecuadas de seguridad y protección de la salud, prácticas eficientes de gestión y comunicación, así como las que tienen un bajo nivel de apoyo a los empleados, horarios rígidos, y carga de trabajo excesiva pueden provocar una afectación en la salud mental de su planilla y se exponen a tener grandes pérdidas.
El año 2017, el Colegio Profesional de Psicológos de Costa Rica (CPPCR) había indicado, “El preocuparse por la condición de salud mental de las personas trabajadoras, beneficia a todas las personas de manera integral.
La persona empleadora contará con un centro y entorno laboral saludable, que hará que las personas trabajadoras se sientan realizadas, con alta estima sobre quiénes son y lo que pueden brindar como valor agregado”
Enfocarse en el cuidado y la prevención de la salud mental se convierte en una herramienta indispensable y eficaz para lograr la calidad de vida de los empleados dentro y fuera del trabajo, además de reducir el estigma que rodea a las enfermedades mentales, aumenta considerablemente el capital social, ayuda a reducir la pobreza y promover el desarrollo de la sociedad.
¿Están las empresas preparadas en Costa Rica en fortalecer el bienestar emocional y la salud mental de los empleados ante la crisis sanitaria, económica y política actual?
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