Sergio Arce
Pablo Vierci nunca olvidará cuando escuchó los 16 nombres. ¡Estaban vivos dos meses después de estrellarse en un avión en los Andes!
Medio siglo más tarde, el filme de Netflix sobre su increíble epopeya honra también a los 29 que murieron.
“Faltaba contar la historia global”, contó a AFP Vierci, productor asociado de la película La sociedad de la nieve.
Vierci también es autor del libro homónimo sobre el famoso accidente aéreo de un grupo de rugby de Uruguay en la cordillera entre Argentina y Chile en 1972.
El avión quedó reducido a trizas: perdió ambas alas y la cola. De los 45 pasajeros que viajaban, solo 33 sobrevivieron. Pero al final solo 16 lo lograron salir con vida dos meses después del accidente.
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¿Qué ha sido de estos últimos?
De los 16 que lograron salir con vida de los Andes, en la actualidad hay 14 vivos.
Los dos que fallecieron son Javier Methol, quien murió en el 2015, y José Luis Coche, cuyo deceso ocurrió el año pasado. Ambos perdieron la vida a causa del cáncer.
Los que siguen vivos son:
- José Pedro Algorta
- Daniel Fernández Strauch
- Roberto Canessa
- Alfredo Pancho Delgado
- Roberto Bobby Francois
- Roy Harley
- Carlos Páez
- Fernando “Nando” Parrado
- Ramón Moncho Sabella
- Eduardo Strauch
- José Luis Coche Inciarte
- Adolfo “Fito” Strauch
- Antonio Tintín Vizintín
- Gustavo Zerbino
- Álvaro Mangino
- Javier Methol
La sociedad de la nieve, del español Bayona, ha sido aplaudida en diferentes festivales de cine (Netflix).
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Canessa conversó con NBC News en noviembre pasado. Este médico cardiólogo pediátrico aseguró que él pensó que moriría.
Él tenía 19 años en aquel entonces. Hoy, a sus 70 años, reconoció que la película de Netflix es la más precisa de todas las que se han hecho.
Esto porque atinó en los detalles más sombríos y hasta el equipo filmó en el propio sitio del accidente, soportando las bajas temperaturas.
“Me sumergí nuevamente en ese lugar. Volví al fuselaje”, dijo Canessa al ver la película.
Canesssa recordó, además, que no había salida: su sobrevivencia dependía de comerse a los muertos.
“Pensé que si moría, estaría orgulloso de que mi cuerpo fuera usado por otra persona”, agregó.
Este médico escribió el libro Tuve que sobrevivir. Fernando Parrado se convirtió en un orador motivacional y escribió el libro Milagro de los Andes.
Por su parte, Carlitos Páez escribió Después del Décimo Día. Por su parte, Inciarte hizo lo propio con Memorias de los Andes.
Otros casos
- Eduardo Stauch se convirtió en un afamado arquitecto
- Pancho Delgado se graduó como abogado
- Gustavo Zerbino se convirtió en director y CEO de la Federación Uruguaya de Rugby. Además, trabajó en el sector farmacéutico.
- Tintín Vizintín siguió ligado al rugby hasta convertirse en presidente de la Unión Uruguaya de Rugby
- Parrado, Zerbino y Algorta lograron ser empresarios
- Inciarte, ingeniero agrónomo
¿Por qué esta cinta es especial?
Doce personas murieron el 13 de octubre en 1972 cuando un avión de la Fuerza Aérea Uruguaya, fletado para llevar de Montevideo a Santiago a un equipo de rugby amateur y a sus amigos y familiares, cayó en el Valle de las Lágrimas en los Andes argentinos. Esto muy cerca de la frontera chilena y a casi 4.000 m de altura. Otros 17 fallecieron luego en la montaña.
Al término de una heroica odisea entre las montañas, dos de ellos lograron llegar a Chile a pedir ayuda. El resto fue rescatado tras haber soportado 72 días de frío extremo y verse obligados a ingerir la carne de los difuntos.
Ese “pacto de entrega mutua” en la inmensidad de la nieve conmovió al cineasta español J.A. Bayona, que leyó el libro de Vierci mientras filmaba “Lo imposible” en 2011.
La impactante historia ya fue tema de la película mexicana Supervivientes de los Andes (1976), de René Cardona, y la producción de Hollywood ¡Viven! (1993), de Frank Marshall, con Ethan Hawke y Josh Hamilton. E inspiró documentales, como La sociedad de la nieve (2007), del uruguayo Gonzalo Arijón.
Pero la cinta de Bayona, que empezó a idearse en 2016, es especial porque cumple “varias premisas imprescindibles”: tiene la anuencia de todos los sobrevivientes y los deudos, es hablado en español y muestra ese “no claudicar” que es parte de la idiosincrasia uruguaya, según Vierci.
