Andrea Acosta Feoli para El Observador
La educación comienza en el hogar. No es únicamente responsabilidad de las escuelas y los profesores educar a nuestros hijos, y más cuando se trata de habilidades sociales como los buenos modales.
Sí, es uno de mis sueños que esto se llegara a implementar en escuelas a largo de Costa Rica y el mundo, pero la verdad es que, si vemos el panorama de hoy, no está de más entender que ese esfuerzo adicional debemos hacerlo en el hogar.
Y es que los modales no discriminan. Son una herramienta necesaria y útil para niños y niñas, de cualquier edad y cualquier estrato social.
He tenido la oportunidad de dar clases de Etiqueta en la Mesa desde en colegios privados hasta en comedores infantiles, y mi experiencia siempre ha sido la misma: los chicos lo disfrutan y mientras el enfoque sea en modales prácticos, que de verdad les van a funcionar y a abrir puertas, la experiencia en sí será un éxito.
Los modales a tener en cuenta
¿Qué modales en la mesa deben saber los niños? Pues esto se reduce a qué habilidades es importante que los niños adquieran de acuerdo con su edad.
Lo cierto es que, desde que involucramos a nuestros hijos en la mesa, como por ejemplo, cuando comienzan a comer los podemos iniciar en entender cuáles actitudes sociales son aceptadas y cuales no.
Por ejemplo, a un bebé entre los 6 y 12 meses que empieza a comer solo, le enseñamos a que no tire alimentos al piso. Y así sucesivamente, comenzamos a marcar la pauta entre un comportamiento deseado y uno no deseado.
Aquí les comparto una clasificación de modales y buenas prácticas que los niños deben ir realizando conforme van creciendo.
Antes de los 3 años:
En esta etapa debemos insistir en decir las palabras mágicas: gracias y por favor. También podemos enseñarles a que nos den su plato en la mano cuando hayan terminado y aquí comenzamos a sembrar la semillita para que más adelante aprendan a recoger la mesa.
Entre los 3 y los 6 años:
A esta edad podemos enseñarles a poner la mesa. Para esto podemos imprimir alguna guía que les enseñe con dibujos adónde va cada cubierto, el plato y el vaso.
A los niños les encanta ayudar y si los involucramos en esta tarea, lo podrán hasta ver como un juego. Además, yo recomiendo insistir en que coman con la boca cerrada -el famoso “Ballena, no hable con la boca llena”- ,y practicar tener una buena postura en la mesa.
Siempre les recuerdo: la comida va a la boca y no la boca a la comida. Además, evitemos poner los codos en la mesa. En esta etapa, y de acuerdo con el desarrollo de la motora fina de cada niño, podemos comenzar a hablar sobre la forma correcta de tomar los cubiertos, lo cual es básicamente tomarlos de la misma manera que hacemos con un lápiz.
Entre los 7 y 10 años:
En esta edad es importante seguir recordando todas las anteriores y aquí sí debemos insistir en cómo tomar los cubiertos y qué hacer en ciertos momentos claves: por ejemplo, saber colocarse la servilleta en los regazos, si la misma es de tela y estamos en un restaurante, o qué hacer al final de una comida, por ejemplo, no empujar el plato al frente y saber recogerlo.
La constancia siempre es clave cuando se trata de modales, y más cuando se trata de niños. Recordemos que son esponjas y que si les enseñamos habilidades sociales, como lo son buenos modales, les estaremos dando herramientas que podrán perfeccionar a medida que crecen y esto se logra practicando cortesía día a día.
Andrea Acosta Feoli es consultora en Etiqueta y Protocolo graduada de Protocol School of Washington
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