Desde la Columna
Por Natalia C. Alfaro para El Observador
Ustedes se han puesto a pensar la verdadera razón ¿Para qué tenemos un teléfono inteligente o smartphone?
La respuesta parece evidente: para comunicarnos. Hasta ayer para mí era así de obvio hasta que a las 7:00 p.m. me cortaron mi línea celular por falta de pago… ¡que descuido! Mi mundo se paralizó por la siguiente hora, ya que aún no terminaba mi día y mi red inalámbrica se había dañado por las lluvias, así que mis datos móviles eran mi fuente de vida laboral.
Aún necesitaba enviar ese correo electrónico que esperaban desde la 1:00 p.m., finalizar el informe, convocar a mis compañeros para la reunión virtual de mañana, conversar con mi amiga, hacer la videollamada de buenas noches con mi abuelito y terminar de editar el video para mi historias de Instagram que grabé nueve veces.
El hecho de que un mismo aparato realice tantas funciones y genere ese sentido de dependencia es por una simple razón: un cambio en la cadena de valor. Antes, para acceder a vídeo, cámara, computadora y demás debíamos comprar un artefacto a un alto costo. Hoy gracias a los sistemas ciber físicos de la industria 4.0 – tecnologías de información y comunicación integrados e interconectados a través del Internet de las Cosas (interconexión digital de objetos cotidianos con internet) – tenemos un amplio conjunto de aplicaciones y servicios innovadores de manera fácil y asequible.
Con estos sistemas ciber físicos en diferentes áreas de la tecnología se podrán palpar beneficios tanto para las empresas como para la ciudadanía en general:
- softwares más ágiles y seguros, ya que con la optimización de procesos y un grado mucho más alto de interconexión contaremos con programas más inteligentes, dinámicos y flexibles; los servicios basados serán más rentables y lucrativos basados en la nube
- con una mayor interconexión entre cualquier dispositivo, los datos se podrán procesar o distribuir a mayor velocidad, en más cantidad, variedad y con mayor seguridad
- los emprendimientos ofrecerán servicios de mayor calidad, velocidad y adaptabilidad a las necesidades de la sociedad, cada vez más exigentes en términos como la inmediatez, interconexión, comodidad, procesos múltiples o seguridad
Adicionalmente, el concepto de movilidad subirá varios grados en bienestar y facilidades. Se integrarán fuentes de energía renovables con nuevos servicios de valor añadido. Y como ya estamos viendo no será necesaria la presencia física.
Por tanto, ayer me di cuenta que la verdadera razón para qué tenemos un smartphone es para que empecemos a tener consciencia que las interacciones humano-máquina y máquina-máquina son completamente normales, necesarias y no escribamos crónicas de una robopocalipsis anunciada; pensando que los robots son una amenaza.
Si somos capaces de entrenarlos serán nuestros aliados y sino pues nuestro trabajo se lo llevará otro humano que sí se lleve mejor con él y los automatismos.
Natalia C. Alfaro cuenta con más de 7 años de experiencia gestionando proyectos en ciencia, tecnología e innovación alrededor del mundo. Es emprendedora y enseña a niños y adultos a pensar de forma creativa, futurista para que puedan construir una sociedad más próspera Tel: 8898.6226 Web: www.wrlearning.com Email: [email protected]
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