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Melania Trump: una primera dama deslucida, salvo por sus atuendos

Melania Trump dejará la Casa Blanca este miércoles 20 de enero sin una agenda de trabajo relevante. Todo lo contrario:…

Por Sergio Arce

Tiempo de Lectura: 4 minutos
Melania Trump: una primera dama deslucida, salvo por sus atuendos
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Melania Trump dejará la Casa Blanca este miércoles 20 de enero sin una agenda de trabajo relevante. Todo lo contrario: sus 4 años se caracterizaron por la irrelevancia.

OBSERVE MÁS: Melania Trump mencionó una vez a su esposo en discurso de despedida

Lo único rescatable de su paso como Primera Dama son sus sobrios trajes, que solía lucir en sus diferentes apariciones, no muchas por cierto.

La nacida hace 50 años en la antigua Yugoslavia llegó a Washington D.C. en enero del 2017 y tardó 16 meses en anunciar cuál sería su causa. La exmodelo dijo que su interés se centraría en combatir el ciberacoso escolar.

Una enorme paradoja para la esposa de un hombre que hizo del acoso cibernético su principal arma: desde su cuenta en Twitter profería insultos y descalificaciones a diestra y sinestra.

Hasta que después de la toma del Capitolio por parte de fanáticos seguidores de Donald Trump, el pasado 6 de enero, la red social del pajarito eliminó la cuenta del magnate.

Una mujer con estilo, pero a la sombra… ¿pero con influencia?

Melania Trump se mantuvo con un perfil muy bajo, casi perceptible. Sus apariciones fueron contadas, salvo en los últimos tramos de la pasada campaña electoral.

En cada una de sus apariciones eran notorios los diferentes y hermosos atuendos. Ella los lucía con gracia y estilo y, según medios de prensa en Estados Unidos, solían venderse como pan caliente en las tiendas que los ofrecían.

A veces su rostro era pétreo; a veces sonreía, pero no faltó quien asegurara que se trataba de una sonrisa fingida.

Le rehuía a la polémica, incluso cuando “sin proponérselo” la generaba. En plena crisis migratoria en el 2018 ella visitó de imprevisto a un grupo de niños. Se trataba de pequeños que habían sido separados de sus padres inmigrantes en la frontera sur.

Melania Trump llegó al sitio vistiendo una sencilla chaqueta verde olivo de Zara con una frase que dejó boquiabiertos a críticos y a muchos cercanos: “Realmente no me importa. ¿Y a ti?” (“I Don’t Really Care, Do You?”).

Los voceros de la Primera Dama aseguraron que “no había ningún mensaje oculto” entre la elección de la prenda y el motivo de la visita.

¿Una persona superficial?

En octubre pasado se filtró una conversación entre Melania y una de sus existentes. Esta se hizo en julio del 2018, precisamente en esa crisis migratoria.

Ella se quejó de que la prensa solo se centraba en ese tema y no en la decoración navideña de ese año. “¿A quién le importa un carajo estas cosas y la decoración navideña?”, se preguntó en el polémico mensaje.

“Si voy a Fox News van a hacer la historia, pero no quiero ir a Fox News”, agregó Melania Trump sobre la cadena de televisión que ha sido tradicional aliada a su esposo. En realidad al Partido Republicano.

“Dicen que soy su cómplice, que soy igual que él (…) que no hablo lo suficiente, que no hago lo suficiente”, se lamentó la mujer que no quiso cancelar la sesión de fotos mientras el Capitolio era tomado por los seguidores de su esposo.

En un libro publicado el año pasado, la reportera de CNN Kate Bennett dijo que la primera dama es “mucho más poderosa e influyente con su esposo” de lo que el público sabe.

En 2018, ella pidió abiertamente que se despidiera a un asesor principal del presidente. Así se hizo.

¿Un matrimonio feliz?

Mucho se ha dicho sobre la relación de ella con el casi exmandatario.

  • Ambos duermen en camas separadas.
  • En enero del 2017, durante la toma de posesión de Trump como presidente de EE.UU., Melania estuvo taciturna y solo sonrió una vez.
  • Melania no soporta a la Ivanka, la hija favorita de Trump. De hecho la aún primera dama supuestamente se refiere a ella como la “princesa”.
  • Incluso se dice que ella también llegó a calificar de “serpientes” a Ivanka y a su esposo, Jared Kushner.
  • En un episodio, su examiga Winston Wolkoff -quien publicó un libro de memorias de Melania- describe cómo reaccionó la primera dama en el 2016 después de escuchar la grabación en la que su esposo se jacta de poder “tomar” mujeres a placer. En la cinta él dice: ‘Puedes hacerles lo que quieras (a las mujeres) cuando eres una estrella’. Tras saber de eso, la esposa de Trump “estaba radiante, estaba sonriendo”, escribe Winston Wolkoff. “Fue como si nada hubiera pasado”.

Vida de lujos

Nació como Melanija Knavs en abril de 1970 en lo que hoy es Eslovenia. Su madre trabajaba en la industria de la moda y su padre era vendedor de automóviles. 

Estudió diseño y arquitectura antes de partir hacia Milán y París para iniciar su carrera como modelo. Eso la llevó a Estados Unidos en 1996, donde dos años después conoció a Trump. 

La primera dama ha dicho que convertirse en ciudadana estadounidense, en 2006, fue “el mayor privilegio en el planeta Tierra”. 

De hecho, su experiencia estadounidense es realmente un privilegio: una vida de jet-set, que transcurre entre un lujoso apartamento de Nueva York en la Trump Tower y residencias en Florida. 

Al principio, Melania no parecía estar de acuerdo con las aspiraciones presidenciales de su esposo. “Ella dijo: ‘Tenemos una vida tan grandiosa. ¿Por qué quieres hacer esto?'”, dijo en una ocasión el exmagnate inmobiliario a The Washington Post

Melania finalmente se convirtió en la primera primera dama nacida en el extranjero de Estados Unidos desde Louisa Adams, la esposa inglesa de John Quincy Adams, quien fue presidente entre 1825 y 1829. 

Con información de BBC Mundo, El País y AFP