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Nosotros, ellas y la ropa

A nosotros, los hombres, aumentar de peso no nos importa mucho, pero a las mujeres…

Por Blog

Tiempo de Lectura: 3 minutos
Nosotros, ellas y la ropa
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Manuel Guisande

Manuel Guisande para El Observador

Un año es un año como un albaricoque es un albaricoque o una manzana es una manzana. Y cuando llega el verano, y como ha transcurrido 365 días y el tiempo no pasa en balde y comes como un animal, si pesabas setenta kilos igual ahora rondas los ochenta.

Esto, lógicamente, es inevitable, salvo que mueras, que entonces todo resuelto de un plumazo, pero plan plan… no es, al menos para ti, que para tu familia a lo mejor sí, e incluso están deseando verte fiambre. Nunca se sabe.

A nosotros, los hombres, aumentar de peso no nos importa mucho, pero a las mujeres… Una mujer llega el verano, coge una prenda, y tras ímprobos esfuerzos por ponérsela, te dice: “¿qué tal me queda?”.

El amor y la talla XXL

Entonces aquí hay un proceso que no falla, o dices “muy bien muy bien” o dices “muy bien muy bien”, porque como te calles o se te ocurra decir, “bueno…” las reacciones pueden ser de todo tipo.

Desde una llorera porque se siente gorda a un “no me quieres”, que ya me dirás que tendrá que ver la talla X o XXL con el amor, nada. Pero como ellas son así y nosotros ni sabemos cómo somos, para entenderse está el asunto con estas premisas, pero bueno.

A mí cuando me preguntan eso, en lo primero que pienso es si es para un concurso de “A ver si eres capaz…” y una de las pruebas consiste en meterte en la talla 36 cuando usas la 46,  pues que no está mal, pero si no se trata de eso… inmediatamente digo: “muy bien muy bien”.

Yo he visto a mujeres con ropa tan apretada que hasta al pararme con ellas he llegado a separarme un poco por temor a que de repente la blusa estalle y se me incrusten 10 o 12 botones en plan metralla y me quede tuerto. O que el cinturón se rompa y me dé un latigazo que me parta en dos. Una tensión soportan esos cinturones, y yo, otra…

Botones peligrosos

Y, como si fueras policía, estableces un perímetro mental de seguridad, y a veces ocurre que una te comenta: “noto una cierta distancia entre nosotros”. Y tú piensas, “si supieras a la poca distancia que estaría dispuesto… “.

Como estas situaciones ocurren todos los años ya estás preparado, pero hay que tener cuidado porque también es muy normal que tras la decepción te diga: “Me voy a poner adelgazar” y como a ti, por instinto y porque vas con el piloto automático, se te escape, “muy bien muy bien”.

¡¡Dios como se te escape eso!! ¡¡Dios como se te escape eso!! Entonces oirás: “Ves, ¡estoy gorda estoy gorda!”. Y yo no sé si lloran o ríen, pero como se te escape y lo digas, pon tú en 1957, pasan sesenta años y te lo recuerdan, que si te lo recuerdan, te lo recuerdan “muy bien muy bien”.


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Manuel Guisande