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Onicofagia infantil: un silencioso destructor de sonrisas

En la infancia uno de los malos hábitos más comunes es la onicofagia, conocida comúnmente como morderse las uñas.

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Onicofagia infantil: un silencioso destructor de sonrisas
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Odontopediatra Melissa Rojas para El Observador

En la infancia uno de los malos hábitos más comunes es la onicofagia, conocida comúnmente como morderse las uñas.

Esta no solo afecta la estética de las manos, sino también puede tener consecuencias en la salud oral de los pequeños: desde fracturas dentales hasta infecciones que afectan la salud en general.

Impacto en la salud oral

Desgaste dental: morder las uñas de manera constante puede resultar en desgaste dental e incluso fracturas, que puede facilitar el acumulo de placa, propiciando gingivitis por placa bacteriana y caries a largo plazo.

Afectaciones de la mordida: la onicofagia también puede contribuir al desarrollo de maloclusiones, problemas en la alineación de los dientes y la mandíbula. Al ser un movimiento repetitivo puede desarrollarse un problema que requiere tratamiento en ortodoncia a futuro.

Infecciones y problemas de salud: al llevarse las manos constantemente a la boca, existe un mayor riesgo de introducir gérmenes y bacterias en el cuerpo, lo que puede dar lugar a infecciones bucales y otras enfermedades relacionadas con la salud oral como amigdalitis e infecciones gastrointestinales.

¿Cómo tratar la onicofagia?

Comprender las causas: antes de abordar el hábito, es esencial comprender las razones detrás. Puede estar relacionada con el estrés, la ansiedad o simplemente ser un comportamiento aprendido.

Muchos de los niños inician con el hábito al nacer un hermano, iniciar la escuela o por cambios bruscos en su vida cotidiana. Identificar la causa facilita la implementación de estrategias efectivas que pueden incluir ayuda psicológica.

Hablar con empatía: iniciar una conversación abierta y comprensiva con el niño es fundamental. Averiguar cómo se siente y qué desencadena el hábito puede ayudar a abordar el problema desde su raíz, brindando apoyo emocional.

Proporcionar alternativas: ofrecer alternativas saludables para liberar la tensión, como juguetes para masticar o pelotas antiestrés, puede redirigir el impulso de morderse las uñas hacia opciones menos perjudiciales. Muchas veces el usar esmaltes de uñas funciona ya que quieren mantener sus manos lindas.

Establecer rutinas positivas: fomentar hábitos positivos, como la higiene oral regular y visitas periódicas al dentista, puede ayudar a los niños a tomar conciencia de la importancia de cuidar sus dientes y así evitar el morder uñas.

Un desafío para los niños y adultos

El abordaje profesional puede contribuir de manera positiva al abandono del hábito y el enganche a estrategias para el tratamiento del mismo. Se pueden utilizar refuerzos positivos para incentivar al niño.

La onicofagia en niños presenta desafíos significativos para la salud oral, y es crucial reconocer la importancia de abordar este hábito desde una perspectiva integral.

Reconocemos que cada niño es único, y por lo tanto, las estrategias de intervención deben adaptarse a sus necesidades individuales.

La atención temprana y el enfoque comprensivo son nuestras mejores herramientas para preservar la salud oral y el bienestar general de nuestros pacientes.

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