Tomás Gómez
La responsabilidad de empujar la agenda del Partido Acción Ciudadana (PAC) – y por ende ligada al Gobierno de Carlos Alvarado – en la Asamblea Legislativa recae en apenas nueve diputados.
El partido oficialista inició la legislatura 2018-2022 con 10 curules. Ahora desde inicios de agosto, en la práctica, se convirtieron en nueve tras la partida de Víctor Morales al Ministerio de la Presidencia.
Se trata de la fracción oficialista más pequeña desde 1949 y es apenas la cuarta ocasión en que el partido que ocupa Casa Presidencial no tiene la mayoría de diputados.
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Un grupo pequeño
Nielsen Pérez, quien desde la semana anterior es la coordinadora de la bancada, apela al trabajo en equipo para poder sacar la agenda.
“La responsabilidad es lo que que nos caracteriza. La agenda que le ofrecimos al país lo vemos como una responsabilidad de equipo”, dijo.
Pérez aseguró qué hay coordinación permanentemente con el Poder Ejecutivo y que se buscan acuerdos concretos con las fracciones opositoras.
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El décimo diputado
Aunque Víctor Morales no renunció a su silla, la prioridad la tendrá ahora en Zapote y no estará permanentemente en Cuesta de Moras.
Consultado al respecto, el Ministro aseguró que irá a votar en las sesiones que se requiera. Pero no existe una lista de eventualidades de ese tipo.
Morales también resta importancia a la limitación numérica que tiene ahora el PAC. “Lo que importa es la construcción de alianzas”, expresó.
Negociaciones respaldan intereses del PAC
Desde Rafael Ángel Calderón Fournier (1990-1994), ningún Presidente ha gobernado con la cifra mínima para la toma de decisiones en la Asamblea: 29 votos.
Con negociaciones según el caso, cada administración ha sacado adelante la agenda, siendo la fracción mayoritaria o la segunda en tamaño.
Las elecciones del 2018 habían dejado para el PAC un panorama aún más complejo, pues su decena de legisladores estaba lejos de los 17 de Liberación Nacional y los 14 iniciales de Restauración.
Pese a ello, en el primer año legislativo se logró negociar la presidencia legislativa y aprobar el Plan Fiscal que tanto urgía a Carlos Alvarado.
A su favor jugó la partición del bloque evangélico en dos grupos – Restauración y Nueva República -, pues cada uno quedó en siete diputados, permitiendo que el PAC ocupara el segundo lugar por tamaño.
Junto con el PLN y Restauración – enemigo durante las elecciones y durante el debate de la reforma tributaria -, el PAC fraguó luego una alianza con la que se ha logrado mantener en el Directorio Legislativo.
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