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Pequeños productores consolidan proyectos con acompañamiento técnico de la Escuela de Agronegocios del TEC

El Programa de Fortalecimiento y Apoyo a los Agronegocios del TEC trabaja para que diferentes grupos consoliden sus actividades económicas

Por Redacción El Observador

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Pequeños productores consolidan proyectos con acompañamiento técnico de la Escuela de Agronegocios del TEC
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El Programa de Fortalecimiento y Apoyo a los Agronegocios del Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC) trabaja para que grupos de zonas indígenas, agricultores, asociaciones de mujeres y pescadores artesanales, entre otros, consoliden y desarrollen sus actividades económicas según los estándares de mercado.

Conformado por profesionales de agronegocios y estudiantes avanzados de la carrera, este programa aplica todo el conocimiento académico y de investigación universitaria, capacitando y asesorando a empresas, grandes y pequeñas, para el fortalecimiento de los sistemas productivos de agronegocios. Enseña buenas prácticas productivas para el desarrollo de sus actividades económicas en un sector tan competitivo y exigente como el alimenticio.

Según el Atlas de Desarrollo Humano Cantonal de Costa Rica de 2022, las comunidades rurales y costeras presentan los índices más bajos de desarrollo humano en el país. Los cantones de las provincias costeras presentan un menor promedio. De ahí la importancia de fortalecer los agronegocios como fuente de empleo, lo cual impacta de manera positiva en las zonas rurales del país.

El sector agropecuario es el motor de las economías rurales. Según datos del Banco Central, un 26,3% de la población rural vive en condiciones de pobreza. De ahí la importancia del fortalecimiento de los servicios de agronegocios, siendo estos un dinamizador social, algo que saben los líderes comunales.

“Los agronegocios siempre están presentes en las economías locales, pero no necesariamente se perciben de manera formal, ya que las actividades de producción se van dando de forma natural en sus inicios, respondiendo a las necesidades de los fundadores, y luego van evolucionando conforme aumenta la producción, los ingresos y la complejidad de una operación más grande”, afirmó Randall Chaves, director de la carrera de Agronegocios del TEC.

Chaves agregó que llega un punto en el que las organizaciones de productores requieren apoyo profesional para realizar ajustes específicos y propios de cada actividad.

De esta forma, el programa diseña un plan de acompañamiento que responda a las necesidades y la etapa en la que se encuentra cada proyecto, para que mejoren su eficiencia y competitividad. Esto se traduce en productos con un mayor valor agregado y rentabilidad.

La capacitación y asesoría contemplan de manera integral cada eslabón de la cadena productiva de los agronegocios. Esto abarca desde el análisis de la agrocadena productiva, el diseño de sistemas de calidad en procesos de producción, técnicas de inocuidad, almacenamiento y manufactura. También se realizan planes de negocios y estratégicos, estudios de prefactibilidad, estudios de aceptación de productos, estudios de mercado, normas de calidad, entre otros.

“Cada capacitación se diseña a partir de los términos de referencia enviados por la organización que nos contrata, y normalmente se basan en necesidades de conocimiento que deben ser solventadas para lograr metas”, explicó Felipe Vaquerano, coordinador del Programa de Fortalecimiento y Apoyo a los Agronegocios del TEC.

Para Vaquerano, el éxito se analiza en dos sentidos: internamente, se revisan indicadores como el número de contratos e ingresos por ventas de servicios. Externamente, el éxito implica la implementación de propuestas, la asignación de recursos estatales a los beneficiarios y el cambio positivo en las agrupaciones o empresas con las que se trabajan.

Pescadores artesanales

Un ejemplo de ello es la Asociación de Pescadores Artesanales del Jobo de la Cruz, Pacífico Norte (ASOPAR). Ellos cultivan y producen ostras, además de pescado, cumpliendo con las normas de sostenibilidad.

La Asociación de Pescadores Artesanales (ASOPAR) está conformada por 35 asociados, todos vecinos de la comunidad del Jobo del distrito Santa Elena del cantón de La Cruz, Guanacaste. Generan empleo de forma directa e indirecta para cerca de 300 personas y sus familias, siendo la pesca artesanal la principal actividad económica de la localidad.

Gracias a la ayuda interinstitucional y la capacitación técnica integral del Programa de Fortalecimiento y Apoyo a los Agronegocios, ASOPAR logró poner en funcionamiento un centro de acopio que cuenta con la infraestructura y equipo para el procesamiento y comercialización de los productos pesqueros y del cultivo de ostras. Cumplen con las normas de procesamiento, inocuidad y calidad para dar un valor agregado a sus productos.

En la inauguración del centro de acopio, Rodrigo Rojas Corrales, presidente de la Asociación de Pescadores Artesanales del Jobo de la Cruz, Pacífico Norte (ASOPAR), afirmó que “contar con la infraestructura y herramientas para procesar el producto es una oportunidad para nosotros. Después de 30 años, podemos mejorar y evolucionar, y competir. Contamos con normas de empaque, sellos de calidad, patentes y etiquetas con información del producto, lo cual agrega valor al producto para colocarlo en el mercado”.

Rojas también resalta la ayuda recibida de las instituciones y las universidades, incluido el apoyo constante del Programa de Fortalecimiento y Apoyo a los Agronegocios del Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC). “Las capacitaciones nos han permitido aprender y empoderarnos”, afirmó.

Actualmente, ASOPAR es proveedor del CNP y de varios hoteles y restaurantes. Este grupo de pescadores artesanales comenzó desde cero y hoy cuentan con un centro de acopio que cumple con los estándares de calidad e inocuidad para ofrecer un producto con valor agregado.

“Normalmente, los actores de las comunidades entienden muy bien la importancia de los agronegocios locales, ya que desarrollan las redes de abastecimiento y comercialización generando fuentes de trabajo y movilización del dinero en la comunidad. Todo esto se vuelve muy evidente en comunidades rurales con bajo índice de desarrollo social”, afirmó Chaves.

Los productores pueden acceder a este servicio por cuenta propia o a través de recomendaciones de instituciones de apoyo social, como INDER e IMAS. Los requisitos también se pueden encontrar en la página web del TEC.

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