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Tannia Moya para El Observador
¡Sobre gustos no hay nada escrito!
Viene Navidad y con ella las bellas tradiciones: el queque navideño, el árbol, el pesebre, el rompope, los tamales; entre otras muchas otras.
Sobre este último tema, al menos en mis redes sociales, siempre se abre una controversia cuando menciono el tema; incluso hay personas que llegan al punto de molestarse.
Algunas personas opinan que el verdadero tamal tico no lleva pasas, ni aceitunas, alcaparras o ciruelas y que lo dulce no se mezcla con lo salado.
Pero además que los que sí acostumbramos comer tamales de este modo estamos atentando contra la tradición y cultura costarricense. ¿Usted qué piensa?
Más allá de cómo nos guste o no comer el tamalito navideño -y repito sobre gustos no hay nada escrito-, este tema lo traigo a colación por algo más valioso y hasta preocupante.
Y hasta que estamos viviendo: opinar en redes sociales, como dicen por ahí, se está convirtiendo en un deporte de alto riesgo.
El pensar y en este caso comer de manera distinta, para algunas personas se torna inaceptable. Y es impresionante escuchar la polémica que se arma alrededor de diferentes temas, algunas importantes y otros sin mucha trascendencia.
Siento que la libre expresión de ideas está siendo alterada por una especie de monopolio de la verdad, en muy diversos ámbitos. Aquí corremos el peligro de ser víctimas de “basureo” o violencia verbal si no pensamos igual que los demás.
¿Estamos viviendo en una sociedad polarizada?
Opinar diferente no es un delito, y menos decir lo que pensamos. No todo debe convertirse en controversia o guerra en redes.
Pero lamentablemente los que más se hacen sentir en ellas son aquellos intolerantes, irrespetuosos e intransigentes que no están a gusto con las visiones distintas de los demás.
La diversidad de opiniones, lejos de dividirnos, debería ser un ejercicio sano de enriquecimiento de una visión.
Y creo que una de las maravillas de las redes sociales es que nos abrieron las puertas de convivencia y posibilidad de relación con personas que no conocemos o que no tenemos cerca; pertenecientes a diferentes culturas, con tradiciones distintos pensamientos.
Siendo así y ante la gran cantidad de polémicas que se arman en redes sociales, me permito compartirles 5 consejos puntuales:
- Respetemos los gustos y puntos de vista de cada quien.
- Recordemos que no hay verdades absolutas.
- Tratemos de comprender el punto de los demás sin alterarnos.
- Ignoremos al troll o sea que nadie robe su paz interior.
- Si piensa diferente, no deje de expresarlo sin miedo y con respeto.
Cierro con esta frase que leí y me llamó la atención: recuerde que las opiniones son como las narices… todos tenemos una. Agrego: lo importante es concentrarnos en lo que nos une y no en lo que nos diferencia.
Así que sea como sea que le guste su tamalito ¡buen provecho!
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