Sergio Arce
“¿Cómo uno se va dormir luego de estrenar en una peli en Cannes? Han sido muchas decisiones que han hecho que termine acá. Y mira, que muchas han sido difíciles. Quiero reír y llorar. Pero acá estamos y no nos vamos”.
Con este efusivo mensaje en su cuenta en Twitter, el director de cine costarricense Ariel Escalante resumió el sentimiento que lo embarga.
Esto luego de que su cinta Domingo y la niebla se estrenara este miércoles en el afamado Festival de Cine de Cannes, en Francia.
OBSERVE MÁS: Película ‘Domingo y la niebla’ de Costa Rica se estrena hoy en el Festival de Cannes
Escalante agradeció a su familia y a quienes lo apoyaron y creyeron en su proyecto.
“Quiero agradecer a mis papás, porque sin ellos nada de esto se hubiera dado. Amics que son papás por fa hagan caso a sus hijxs.
“Quiero también agradecer a mi hermano que ha sido una roca que me sostiene. Y a La Titi por que si somos uno somos dos.
“Lo hicimos chingada madre, se hizo. El cine tico está en Cannes. Gracias”, escribió.
Segunda vez en Cannes
La cinta forma parte de Un certain regard —en español, una cierta mirada—. Se trata de una sección del Festival y cuyas proyecciones se realizan en la sala Debussy, paralela a la competición por la Palma de Oro.
No es la primera vez que Escalante participa en una película presentada a Selección oficial.
Hace doce años, el costarricense figuraba en los créditos del cortometraje Los minutos, las horas, de Janaína Marques Ribeiro, como montador.
Esta vez vuelve con Domingo y la niebla, un largometraje en el que participan los actores Carlos Ureña como Domingo y Aris Vindas, en la piel de Paco.
También colaboraron Sylvia Sossa, como Sylvia y Esteban Brenes como Yendrick. El guion de la película es Escalante.
Obsesión del director con el duelo
Domingo y la niebla trata sobre el duelo y la vida después de la muerte, informó el sitio oficial del Festival.
“El duelo es una cuestión que he tratado en todas mis películas. Me obsesiona la necesidad del ser humano de asociar fantasmas a las personas fallecidas.
“Pero nunca había tratado de explorar ‘el otro mundo’ anteriormente. Es por eso por lo que Domingo y la niebla representaba la ocasión ideal para adentrarme en una experiencia cinematográfica sobre la vida después de la muerte.
“Es una oportunidad poética para imaginar el camino que emprenden los “aparecidos”, contó al Festival.
Escalante detalló que la filmación no estuvo exenta de la improvisación o la flexibilidad. Incluso, los actores nunca estuvieron atentos al guion.
“Sabíamos que, si no era posible rodar la escena que deseábamos, pensaríamos en otra cosa, algo incluso mejor que la idea original.
“Los actores nunca leían el guion. Trabajamos juntos los momentos álgidos de cada escena y ellos improvisaban los diálogos rápidamente.
“Lo viví todo como un juego, como una fiesta. Habíamos hecho que el plató se pareciera a un concierto de punk-rock: debíamos gestionar la adrenalina, el autocontrol y la sensación de estar cambiando el mundo, escena tras escena”, mencionó Escalante.
