Avenida O

Reconozco mis emociones

Yaxún Víquez para El Observador Tenemos esa idea a veces de pensar que las emociones son buenas o malas y…

Por Blog

Tiempo de Lectura: 3 minutos
Reconozco mis emociones
Facebook Twitter Whatsapp Telegram

Yaxún Víquez para El Observador

Tenemos esa idea a veces de pensar que las emociones son buenas o malas y de que ya en la vida adulta no podemos trabajarlas, ambas ideas son mito.

En la vida adulta podemos trabajarlo, todo depende de nuestra decisión, de nuestra voluntad. De esa capacidad de conciencia de decir ‘creo que a partir de ahora puedo empezar a hacerlo diferente’. Y lo segundo que necesitamos es entender que no hay emociones buenas o malas.

Las emociones simplemente son todas, absolutamente todas, buenas. Ellas vienen a enseñarnos algo; el tema es que necesitamos revisar nuestras reacciones. Y a partir de hoy elegimos hacerlo diferente.

Conocer habilidad emocional

Lo adultos necesitamos reconocer esa habilidad emocional que tenemos y cuando digo habilidad emocional me refiero a esa capacidad de recocer cuáles son nuestras emociones.

Por ejemplo: ¿cómo me estoy sintiendo en este momento? Y, por favor, no lo vayamos a limitar a “bien” o “mal”, porque estamos hablando justamente de sentir sensaciones.

Entonces: ¿cuáles son las percepciones? ¿cuáles son las sensaciones? ¿cómo me hace sentir esto que estoy viviendo?

Esto que es una acción provoca algunas emociones recurrentes en mí: ¿cómo son?. Ahora sí que las reconozco puedo decir que existen en mí y que esa es mi forma entonces de poder manejarlo.

Del autoconocimiento a la autorregulación

Cuando ya existe ese autoconocimiento, entonces vamos a pasar a la autorregulación, autogestión, sí… porque no todos los eventos provocan las mismas emociones en todas las personas.

Tenemos que entender que no existen las recetas mágicas, que esto depende de cada uno de nosotros y así como no existen las recetas mágicas.

Esto depende de cada uno de nosotros, y así como no existen las recetas mágicas necesitamos empezar a autogestionar.

Necesitamos empezar a entender que esta es mi forma de responder frente a diversas situaciones. Y como yo lo provoqué, yo puedo entonces cambiarlo también.

Para eso es necesario la automotivación: yo necesito sacar esta idea fantástica que tengo de que todo el mundo tiene que hacer primero lo que yo digo y segundo hacer para que yo esté bien.

No, yo necesito empezar a mover todos aquellos recursos que yo tenga o empezar a desarrollarlos para empezar a gestionar esa motivación personal.

Yo no puedo esperar que el mundo cambie, yo no puedo esperar a que sea el mundo que me dé las herramientas. Yo necesito empezar a moverme, yo necesito empezar a hacerlo por mí y para mí.

¡Mucho cuidado!

Ahora, mucho cuidado con este ‘para mí’ y ‘por mí’. Yo no estoy hablando de egoísmo. De hecho, necesitamos desarrollar la empatía. La empatía tiene todo que ver con esta compasión.

Yo nunca he creído que yo puedo ubicarme en los zapatos de otra persona, pero sí puedo ubicarme a la par de los zapatos de otra persona; tratar de entender su situación, acompañarle y caminar junto a ese ser humano.

Es que dicen que ni a nivel de física dos cuerpos pueden ocupar el mismo espacio, por eso nunca voy a entender que se siente al 100%.

Pero definitivamente cuando decido acompañar, puedo entonces generar muchísima facilidad para que las emociones de los otros se empiecen a impregnarme también y empezar a serlo diferente.

Y cuando ya hay ese reconocimiento emocional, autoconocimiento, cuando ya hay autorregulación, cuando ya hay motivación, cuando ya tengo esa empatía que ojo “dependen todas de mí”, entonces puedo restablecer relaciones sociales, de calidad.

Entonces puedo ir a revisar como están siendo mis vínculos y puedo preguntarme constantemente: ¿cómo es que quiero a esa otra persona?, ¿cómo apoyo a esa otra persona? y ¿para qué?

Para estar bien yo y entonces entender que definitivamente vivimos en sociedad, y que somos seres humanos antirracionales; dependemos de los demás, los demás dependen de mí y hay factores importantes: espacio, tiempo y voluntad.