Visión País

San Miguel de Santo Domingo: un pueblo atemorizado tras el tiroteo en la plaza de deportes

El domingo se dio un ataque en contra de un hombre, que posteriormente falleció en el hospital San Vicente de Paúl.

Por Paula Ruiz

Tiempo de Lectura: 7 minutos
San Miguel de Santo Domingo: un pueblo atemorizado tras el tiroteo en la plaza de deportes
Facebook Twitter Whatsapp Telegram

“Muchacha, ¿por qué está tomando fotos?”, dijo un joven repartidor de comida, quien estaba descansando en las afueras de la Plaza de Deportes en San Miguel de Santo Domingo, en Heredia.

Su tono fue de temor, el mismo que tienen en el pueblo, después del incidente del domingo 22 de octubre cuando dos personas en motocicleta dispararon contra un joven que caminaba por la acera.

Ayer, dos días después del hecho, todas las personas que pasaron por el lugar señalaban el área donde la víctima fue atacada. Dos menores de edad, incluso se sentaron a la orilla de la acera y se decían el uno al otro: “ahí fue donde pasó”.

El domingo las balas iban dirigidas hacia Edwin Campos Figueroa, un costarricense de 34 años, quien falleció en el hospital San Vicente de Paúl, producto de los impactos en el tórax y muslo.

Al momento del incidente, había un grupo de niños que corrió en busca de resguardo, en una línea recta de zacate. Lo lograron, dado que el hombre al que querían matar se resbaló.

Sin embargo, una niña de 12 años recibió un impacto que ingresó por su pierna izquierda y salió por la derecha, impactando órganos situados en la pelvis.

Ella está en el Hospital Nacional de Niños y ayer requirió una segunda cirugía. Está delicada, pero estable, según reportó el director Carlos Jiménez.

“Siempre había pasado que mataban gente y la tiraban arriba (señala hacia la ruta 32), pero no, aquí eso es extraño”, relató una mujer de origen nicaragüense que tiene 32 años viviendo en Costa Rica, quien prefirió resguardar su identidad.

Recordó que el día del hecho la menor fue llevada en un carro particular en busca de una unidad de Cruz Roja cercana.

“Aquí nunca había pasado esto, era el lugar más sano, cosas que pasaban cerca pero aquí no; menos delante de todos los niños y la policía al frente… eso es lo que más asusta a la gente”, continuó.

“Todo el mundo anda asustadísimo; yo no culpo a la policía porque ellos tienen que hacer su trabajo, pero yo digo que qué tan atrevidos venir hasta aquí”, amplió.

Su reacción con respecto a la policía tiene que ver con que a menos de 100 metros del tiroteo hay una delegación policial. Los vecinos aseguran que al momento del hecho, no habían oficiales en la casetilla y presumen que estaban realizando patrullaje.

Marlon Cubillo, director de Fuerza Pública, defendió el accionar policial dado que circuló un video en redes sociales donde se ve una unidad devolviéndose al lugar de los hechos.

“En ese momento ingresa un incidente que le pasan a la unidad por radio, que hay accionamiento de armas de fuego en la plaza, no les dicen características, si se trata de un carro particular o una motocicleta, únicamente el evento como tal entonces, los policías van a ese lugar. Si en el lugar se hubieran topado a los autores del hecho, los hubieran detenido”, manifestó.

Cubillo, aseguró que hay recurso suficiente en el lugar y la patrulla que se observa en las grabaciones, es una de las que da respuesta. Luego, llegan otras unidades de delegaciones cercanas al sitio.

OBSERVE MÁS: Video | OIJ confirma muerte de hombre atacado a disparos frente a plaza de fútbol en Heredia

“Estamos con miedo”

Una adulta mayor que conversó con El Observador aprovechó este martes para salir a reunirse a un grupo de oración. Pero, confesó que lo hizo “cubierta con la sangre de Cristo”.

Frente a la iglesia de San Miguel, contó que tiene 42 años de vivir en el lugar y corroboró que una situación de este tipo nunca había sucedido. Solo asaltos.

El día del hecho, ella fue a misa a las 9:30 a.m. y luego, fue al mismo grupo de oración al que fue este martes. Transcurrido ese tiempo, aprovechó para ir donde una vecina a pie.

Regresó a su casa y para eso, tuvo que pasar por la plaza. Vio que todos jugaban con normalidad. Pero, sus hijas estaban desesperadas porque desconocían su paradero.

“En eso, sonó el teléfono de la casa: ‘Mami, ¿Dónde se metió?’-me dijo una de mis hijas-. No ve que hubo un muerto en la plaza”, contó.

“Estamos todos muy nerviosos todos porque nunca se había visto algo así. Ya estamos con miedo”, manifestó la adulta mayor.

Confesó que su temor es tan alto, que ya no puede ni ver una motocicleta cerca.

A la par de la plaza está la escuela Presbítero Ricardo Salas Campos. La vecina del lugar, cree que los padres de familia no deberían de dejar a sus hijos pasar por la plaza “porque vea a la chiquita que balearon sin tener culpa ella de nada, estaba ahí sentadita y hay que ir a orar por ella para que Diosito la saque con bien”.

Ambas lugareñas, coinciden con que la víctima no era del lugar y que en el pueblo rondan hipótesis de que era un ajuste de cuentas, mientras otros dicen que Campos Figueroa estaba en la plaza jugando y tras una discusión, unos hombres llamaron a los sicarios para matarlo. Eso, ellas no lo saben, lo que sí saben es que se respira miedo en San Miguel.

“No deseo ni acordarme”, dijo la señora.

Matar o morir

Aunque Marlon Cubillo aseveró que el recurso policial que hay en el distrito domingueño es suficiente, para los lugareños no.

“Será traer más policías, aunque tengamos todo el pueblo que pagar algo”, propuso la adulta mayor.

“No podemos pagar un platal, porque no tenemos, pero dice el dicho que de mil en mil se llena el canastita”, agregó.

Los criminólogos Erick Villalba y Lauren Gordon, coinciden que en Costa Rica se paga para matar, sin importar el entorno. De esta manera, si alrededor del objetivo hay personas, realizarán las descargas sin importar nada.

“Al sicario no le interesan los daños colaterales, no le interesa si asesina niños, adultos mayores, mujeres, personas inocentes, en tanto pueda eliminar a su objetivo porque recordemos que si no cumple con su trabajo, los mismos líderes, sus jefes en las organizaciones criminales podrían sancionarlo y a veces esa sanción es la muerte, entonces, esa presión que tiene el sicario por eliminar es muy grande”, explicó Villalba.

“En Costa Rica no tengo la impresión de que tengamos sicarios profesionales, yo sigo insistiendo que lo que tenemos son asesinos a sueldo y es justamente por esa situación, porque con una ráfaga donde disparan alrededor con hasta 15 (disparos)”, expuso Gordon.

Así las cosas, el 29 de setiembre, se registró el homicidio de un sujeto frente a la escuela Ujarrás, ubicada en Llanos de Santa Lucía. Una de las balas impactó una de las paredes del centro educativo, pero el Ministerio de Educación Pública confirmó que no hubo heridos. Eso sí, mucho susto entre estudiantes y personal docente y administrativo.

Anna Katharina Müller, ministra de Educación, destacó que hay un protocolo para que los docentes actúen si se encuentran en una situación de tiroteo.

Mientras tanto, el 18 de octubre asesinaron a un hombre en las afueras del hospital México. De acuerdo con el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), la víctima salía de una cita médica cuando fue atacado. Él falleció en el lugar.

Otro hecho en que los sicarios actuaron en vía pública y sin importar el entorno, sucedió el 20 de junio, cuando ingresaron a una escuela en Tortuguero y mataron a una mujer mientras recibía clases.

Esos son, solo algunos de los casos registrados este año, que ya registra 737 homicidios.

¿Qué hago si estoy en un tiroteo?

Gordon, recomendó a los adultos hablar con los menores sobre la situación actual que está viviendo Costa Rica con tal de que puedan comprender sin entrar en pánico.

De esta manera, se les debe externar que en cualquier momento en que sean llamados por su padre, madre o encargados, tienen que atender ese llamado.

En tanto, a los adultos les corresponde tener un plan de seguridad cada vez que salen de sus viviendas y detectar posibles áreas seguras.

Como ejemplo, expuso que si estamos en una plaza y diagonal hay un bar, lo mejor sería quedarse en otro costado porque previo a un evento de esta magnitud, podrían correr a resguardarse a otro lugar, como una iglesia o un salón comunal.

Cuando el tiroteo ya esté, manifestó que lo mejor es tirarse al suelo en vez de correr.

“Es lo ideal porque no sabemos hacia donde se va a dirigir la persona y podemos estar corriendo de manera paralela”, comentó.

Villalba coincide con que esta sería la mejor opción en caso de que estemos en medio de una balacera. Él se basó en manuales de la  Agencia Federal de Investigación e Inteligencia (FBI, por sus siglas en inglés) para emitir recomendaciones.

La primera, es huir del lugar si el enfrentamiento está a mínimo 20 metros de distancia. Esto, en vez de sacar el teléfono para grabar.

“Ese ha sido uno de los grandes fallos en nuestro país”, confesó.

En caso de haber quedado envuelto en el tiroteo y sea difícil huir -por ejemplo, dentro de un local comercial- lo mejor es esconderse y resguardarse lo más que pueda.

“Esto se hace inclusive tirándose al suelo, las probabilidades técnicas y científicas dicen que en un tiroteo se reducen las posibilidades de ser herido colateralmente si se mantiene uno en el suelo, al ras del piso”, puntualizó Villalba.

Finalmente, si de forma previa una persona ha sido amenazada y tiene conocimiento que es el objetivo del sicario, cada quien deberá combatir a su forma.

El experto amplió con que lo mejor es no estar cerca de personas que de previo ya se sabe que están inmersas en el crimen organizado o narcotráfico, dado que hay una posibilidad latente de que sea atacado y, ante una situación de este tipo, los sicarios podrían acabar con la vida de todos los presentes.

Adicionalmente, enfatizó que quienes están envueltos en narcotráfico o son líderes de una organización, tienen que tener presente que cada vez que salgan a un lugar público, a la banda rival no le interesará su familia.

“Si usted decidió que ese es su estilo de vida, su trabajo, haga lo que tenga que hacer, pero sepa que si un día está con su esposa o hijos, al sicario de la otra organización no le va a interesar, entonces estás exponiendo a la familia a los niños, mujeres, adultos, papá, mamá, la tía, el vecino, hasta al gato”, concluyó.

Al final, le tuve que decir al muchacho que estaba tomando fotos porque estaba trabajando y que estaba en el lugar para ver cómo estaba la situación después del domingo.

“Ah bueno, qué dicha, porque estábamos asustados”, me confesó, para luego sonreír, así como cuando se sonríe para aliviar.

Estas son parte de las fotografías recopiladas este martes. En este lugar, se dio la balacera el domingo. (Paula Ruiz/El Observador).