Paulo Villalobos
La seguridad interna de la Universidad Nacional (UNA) cerró los 14 edificios de la sede Omar Dengo, en Heredia.
Ello para poder atender una protesta estudiantil contra una decisión del Ministerio de Hacienda, de redirigir ¢70.000 millones del Fondo Especial para la Educación Superior (FEES) a una transferencia de capital.
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La maniobra, reducida a la mitad por la Comisión de Hacendarios de la Asamblea Legislativa la noche del miércoles, obliga a los centros educativos superiores, a invertir esos recursos en infraestructura y equipo.
El incidente inició pasado el mediodía, cuando unos 20 alumnos encapuchados tomaron el edificio de la Rectoría.
Lo anterior luego de ingresar junto a representantes del Sindicato de Trabajadores (Situn), que entregó un pliego de solicitudes en ese inmueble, explicó el director de la Sección de Vigilancia, Bryan Baldí.
En este momento, decenas de estudiantes se mantienen sobre la principal vía de acceso a Heredia, lo que impide el paso de vehículos.
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Trece oficiales de seguridad interna de la Universidad resguardan la infraestructura. Otros dos realizan recorridos para cerrar las demás edificaciones, mientras se atiende las protestas.
Por el momento, las lecciones quedaron suspendidas, de acuerdo con el jefe del cuerpo de Vigilancia. El Observador intentó confirmar esta versión con el vicerrector administrativo, Pedro Ureña, pero no fue posible localizarlo.
Baldí indicó que la instrucción es resguardar las instalaciones de forma pacífica, sin intervenir la toma. Dos años atrás, un movimiento de este tipo se prolongó por cinco días. “Yo creo que vamos en una condición parecida en esta ocasión”, valoró.
Por ahora, la administración negocia con los manifestantes; algunos de los cuales se identifican con la Federación de Estudiantes (Feuna).
Paulo Villalobos
