Sergio Arce
Raquel Artiñano para El Observador
Todos los años, Transparencia Internacional publica su “Índice de Percepción de la Corrupción”, que evidencia con una evaluación de 0 a 100 cuáles de los 180 países que se incluyen en este estudio son más “limpios”.
Los países que más puntaje tienen se presumen “limpios”. No porque no tengan corrupción del todo, sino que son de los que más estrategias, políticas y esfuerzos han realizado en pro de erradicarla de su sistema.
En el último Índice, correspondiente al 2019, Costa Rica cuenta con una calificación en esa percepción de 56, lo que la coloca dentro del puesto 44 de 180.
Aporte desde nuestras casas
Estos escenarios a menudo los solemos asociar con la política, con en el sector público y tenemos la idea de que se concentran únicamente ahí. No obstante, el sector privado y cada uno de nosotros como individuos, podemos y debemos emprender nuestros aportes en contener y erradicar todas las formas de corrupción.
En general podemos encontrar definida la corrupción como cualquier ofrecimiento, promesa, entrega, aceptación o solicitud de una ventaja de cualquier valor. Puede ser económico o no, directo o indirecto, que se haga como una recompensa ante la acción que desempeñe una persona como su labor.
Esta definición es muy genérica, y por ende, debe redefinirse al amparo de su negocio. Utilíce este punto de partida para hacer el análisis respecto de su empresa, y anote lo que puede implicar conductas corruptas dentre de su proceso y giro de negocio.
Esto rápidamente tomará forma como un análisis de riesgos y así tendrá un marco de referencia para su política anticorrupción.
Atención a las organizaciones
¿Cómo incorporo un sistema anticorrupción y soborno dentro de mi organización?
Hay que entender que la corrupción es un tema bastante complejo que muchas veces no se vislumbra a detalle. Y es que puede encontrarse en distintos niveles y de distintas formas.
Una política anticorrupción puede tomar como base los lineamientos de la norma ISO 37001, con sólo leer esta norma, se puede ir haciendo una lluvia de ideas de qué puedo y cómo incorporarlo dentro de mi empresa, dentro de cuál proceso, o qué voy a establecer desde cero.
Como toda política, debe ir acorde a su compañía, al tipo de negocio, para que llegue a ser un complemento de utilidad y que aporte valor, y no un simple procedimiento burocrático que nadie cumple.
Entonces, lo primero que hay que hacer, es identificar los tipos de corrupción a los que puede estar expuesta su organización, y con ello podrá desarrollar las acciones necesarias para prevenir y sancionar.
Un ejemplo muy común de corrupción dentro de las organizaciones, es las decisiones que se toman con respecto a proveedores.
Si un colaborador prefiere a un proveedor porque éste le da una comisión por ventas, estaría en una situación de abuso de su poder y eso, es una conducta corrupta.
Su política debería entonces identificar todas estas situaciones que puedan existir y que se tomen las acciones necesarias para evitarlas y sancionarlas.
Una vez que haya definido corrupción dentro de su negocio, entonces puede comenzar con la elaboración de la política y sus objetivos contra la corrupción. Siga el enfoque cíclico de Identificar, Planificar, Hacer, Verificar, Actuar, Corregir, y empiece a capacitar a su gente.
Esto sobre la necesidad de poner en práctica una política en contra de la corrupción, esto le aportará valor, buena reputación y por ende, un intangible valioso.
