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Melissa Rojas para El Observador
Un trauma dental o dentoalveolar se refiere a una lesión física o daño sufrido en dientes, encías o estructuras orales en general debido a un accidente. Estos traumas pueden variar en gravedad y por ende también su tratamiento va a depender del tipo de lesión.
¿Qué tan comunes son estos accidentes?
Los traumas dentales en los niños son más comunes de lo que se piensa, desde caídas, golpes con juguetes, golpes accidentales entre hermanos, resbalones en baños, mordeduras a objetos, entre otros.
La incidencia varía, pero se estima que entre el 15% y el 40% de los niños tendrán algún tipo de trauma dental durante su infancia.
Cuando esto sucede se requiere la intervención de un odontólogo con el fin de diagnosticar, tratar y controlar cualquier tipo de consecuencia que se dé a raíz del trauma.
Diferentes tipos de traumas dentales
Fractura dental: puede variar y va desde astillas pequeñas en el esmalte hasta fracturas más grandes que afectan el esmalte, la dentina e incluso la pulpa dental (nervio).
El tratamiento va desde restauración hasta la necesidad de un tratamiento de conducto si la pulpa dental está afectada. En algunos casos en niños muy pequeños se coloca un recubrimiento o si la fractura es muy pequeña se puede dejar sin reparar o limar dependiendo de la colaboración del paciente.
Avulsión dental: se produce cuando un diente se sale completamente de la boca debido a un golpe o lesión. Es fundamental hacer diferencia si es un diente temporal o uno permanente, ya que su tratamiento es distinto.
En dientes temporales el enfoque principal es controlar cualquier sangrado y proporcionar cuidados paliativos si es necesario, NUNCA se reposiciona el diente. Se puede colocar una prótesis mientras erupcionan los permanentes.
A diferencia de los dientes permanentes la reimplantación inmediata es fundamental, debe manipularse con cuidado, evitando tocar la raíz y manteniéndolo húmedo con leche, suero fisiológico o saliva.
Más casos
Luxación dental y subluxación: son los traumas más comunes y ocurre cuando un diente se mueve de su posición normal, ya sea empujado hacia adentro (intrusión), hacia afuera (extrusión) o hacia un lado (lateralización) o se desprende un poco sin abandono total del alveolo.
En dientes temporales se requiere una evaluación por el especialista para determinar el tratamiento ya sea extracción, reposición o solamente observación.
En dientes permanentes, se realiza una evaluación y reposicionamiento inmediato del diente muchas veces utilizando férulas (alambre de contención).
En resumen, los tratamientos se ajustan al trauma, la edad del niño y si el diente es temporal o permanente. Lo más importante es realizar una evaluación casi inmediata del caso por un odontopediatra u odontólogo con experiencia en traumas y mantener la calma, para transmitir tranquilidad al niño.
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