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Tela con la parejita museo

En estas fechas hay muchos tipos de personajes, pero el que no falla es aquel para el que las vacaciones es un encuentro con la cultura, con el saber.

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Tela con la parejita museo
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Manuel Guisande

Manuel Guisande para El Observador

En estas fechas hay muchos tipos de personajes, pero el que no falla es aquel para el que las vacaciones es un encuentro con la cultura, con el saber.

Este tío o tía, más que un ser humano es una carpeta de windows de 4.000 millones de gigas, y en ella mete de todo con tal de que sea algo intelectualoide… padentro.

Decir que el tipo es así o asá, pues no porque no se puede generalizar; pero los que he conocido… ¡joé los que he conocido!, ni que hubieran salido de una fábrica y tuvieran código barras consecutivas, igualitos, pero igualitos.

Vestidos de color gris

¿Y cómo son los que conocí? Pues digamos que suelen tener sobre 70 años, están casados, no tienen hijos ni perro, siempre van vestidos de color gris o marrón y están pálidos….

Pálidos están que si te los encuentras en un museo de las Edades del Hombre no lo tienes claro si son visitantes o acaban de salir de alguna vitrina, unos caretos de antiguos…

Estos no pisan la playa en la vida, y a lo mejor ni saben que existe, pero lo que son basílicas, catedrales, museos, castillos, monasterios y exposiciones… todas.

Estos van a Senegal, y ni allí les coge un rayo de sol; salen del hotel, cogen un taxi, se van a cualquier edificio histórico, entran, y si es una iglesia solo se van cuando ya el párroco de turno les dice que van a cerrar o si quieren empezar el noviciado, que hay vacantes.

Muy lánguidos

A mí, la verdad, estos tipos, en el fondo, me dan envidia porque son capaces de permanecer ante una figura de una virgen del siglo XIII, pues lo mismo que ella, 13 siglos, y mientras la ven, hablan de lo bien cinceladas que están las manos, los dedos, que el rostro es impresionante y la policromía…

Vamos la policromía, “¡qué maravilla!”; y tú piensas: “pena que no saltara un trocito de pintura y se les pegara en la cara, a ver si cogían color”, que es verlos y solo te viene a la mente féretros y más féretros.

Yo no sé si estos que parecen que no rompen un plato, luego por la noche en el hotel se montan un bacalao erótico XXL, que eso ya es un tema privado y no me meto. Pero a las 8 a.m.  ya están despiertos y ansiosos para ir a otro evento cultural.

Tú les dices que los invitas a tomar unas copas, por eso de que has tenido un momento bajo, y te ven como raro. Si van, si por un milagro van, pues piden un agua mineral o un descafeinado “que me desvelo”.

Y al final das gracias a Dios que hayan pedido eso, que llegan a pedir un café solo o una copa y no pegan ojo, pues que los tienes hablando toda la noche de los godos, y eso, pues como que gode mucho, fastidia, quiero decir.

Manuel Guisande