Juan Pablo Arias
El 19 de agosto pasado, el tipo de cambio del dólar registró su valor promedio más bajo del año, en ¢565,88. A esa cifra llegó en el mercado de Monedas Extranjeras (Monex) tras registrar contantes caídas desde inicios de febrero.
Pero en el último mes la dirección cambió y desde entonces y hasta la fecha, el precio de la divisa se ha incrementado en unos ¢18.
El mismo comportamiento se ha replicado en las ventanillas de los bancos y otras entidades financieras, donde la cotización ya ronda los ¢590.
¿Es un incremento coyuntural o una tendencia de largo plazo?
Para el economista Alberto Franco, socio de la firma Ecoanálisis, este repunte es normal y no es significativo hasta ahora.
“La explicación podría estar en factores estacionales propios de esta época, en la que aumenta la demanda por divisas para pagar por importaciones de cara a la Navidad y, una menor oferta de divisas por ser estas semanas las de menor visitación de turistas”, explicó
Pese a esto, Franco resaltó que, más que el balance de cuenta corriente de la balanza de pagos, es el balance de la cuenta financiera la que ha venido definiendo comportamiento del tipo de cambio en el mercado local. “En esta última cuenta destaca el financiamiento externo al Gobierno vía capitales especulativos”, dijo.
Los movimientos del tipo de cambio han sido dirigidos por las fuerzas del mercado. Entre el 24 de abril y ayer, el Banco Central efectuó una única operación de venta de divisas para estabilización cambiaria por presiones excesivas en la demanda. El monto de la intervención fue de $80.000 y se realizó el 3 de setiembre.
¿Qué se espera hacia el final del año?
La posible entrada de recursos de los préstamos del Gobierno con entidades multilaterales ($850 millones) y la emisión de eurobonos por $1.500 millones alertan sobre una nueva disminución en el tipo de cambio hacia el final del año.
Así lo explicó Orlando Soto, director general de Grupo Financiero Acobo, quien estima que el precio de la divisa se mantendrá bajo, al menos hasta el primer trimestre del 2020.
Otra razón que contribuiría para que el dólar no suba será una menor demanda de dólares para importar por parte de los empresarios en vista del actual panorama económico. Soto considera que el comercio no prevé consumo desmedido y, por el contrario, muchos negocios aún tienen exceso de inventarios que no han logrado vender.
A todo lo anterior, Soto suma que el precio del petróleo es relativamente bajo, por lo que el Estado costarricense necesitaría menos dólares para comprar combustible, evitando presiones en el mercado mayorista.
Exportadores y operadores de turismo
Uno de los factores que causa mayor angustia entre los empresarios es la pérdida de competitividad como resultado de una caída de sus ingresos por tipo de cambio.
Ambos sectores resintieron la caída en el precio del dólar por un periodo continuo de siete meses. Las principales afectadas fueron empresas sin incentivos fiscales.
“En el régimen definitivo tenemos 2.400 empresas, la mayoría pymes y de zonas rurales. A eso le sumamos que el sector agro tiene una tendencia a la baja desde diciembre”, dijo en julio Laura Bonilla, presidenta de la Cámara de Exportadores de Costa Rica (Cadexco).
El temor ha sido compartido por las empresas del sector turístico. “Cualquier variación del tipo de cambio brusca o prolongada afecta la estructura de costos de las empresas y sobre todo a las nuestras, que enfrentaron la temporada alta con contratos que se pactaron desde mucho antes”, explicó en aquella fecha Shirley Calvo, directora ejecutiva de la agrupación.
