Tomás Gómez
La toma de algunos segundos donde se ve al presidente Rodrigo Chaves, rodeado de escoltas fuertemente armados, tiene implicaciones de seguridad pero también políticas, de imagen y hasta económicas.
Si bien el mandatario alegó que es parte de la protección que le brindan por las amenazas que ha recibido; los expertos consideran que hay una carga semiótica importante que acompaña este escena.
En términos generales destacan que no responde a la tradición pacifista del país, que se relaciona directamente con el estilo de liderazgo de Chaves y que a nivel internacional imágenes de este tipo no pasan desapercibidas.
“Desde el punto de vista de comunicación política lo que uno hace habla más fuerte de lo que uno dice. En este caso lo que está manifestando con sus hechos el presidente Chaves definitivamente está comunicando que hay una situación crítica en materia de seguridad para el país que es coherente con las estadísticas que tenemos”, apunta Fanny Ramírez, experta en comunicación política.
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- Kattia Benavides
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- Fanny Ramírez
La experta menciona que así como ha habido repercusión nacional, también está el efecto en el extranjero. Se estaría proyectando una imagen que podría acarrear incluso consecuencias económicas.
“Por ejemplo, el turismo es una de las principales fuentes de ingresos del país. Esto sumado a algunos hechos que se han dado en algunas zonas específicas que han sido foco de inseguridad, viene, desde el punto de vista de comunicación política a subrayar una situación problemática en materia de seguridad”, mencionó.
También está el tema de una marca país pacifista que ha llegado incluso a recibir un Nobel de la Paz y que ahora muestra otra cara.
¿Muchos años fuera del país?
El análisis de Ramírez abarca también la figura presidencial de Chaves.
Ver las armas aparecer de esa manera en escena -dijo- choca con una idiosincracia y valores sociales como la paz. Por eso cuestionó si los años que el mandatario pasó en el extranjero lo habrán distanciado de ese esquema.
“Se está manifestando un completo desconocimiento en el manejo de cuáles son los valores del ser costarricense. Me parece que tiene que ver con todo el tiempo que estuvo en otros países el presidente Chaves”, alegó.
A ello suma también la interrogante de cómo se relacionan la supuesta alta popularidad de Chaves con los riesgos denunciados.
“Si es el presidente con mayor respaldo popular, ¿cómo es posible que reciba tantas amenazas?”, indicó. “Presidentes que han estado mucho más expuestos ante la opinión pública no han recibido este tipo de amenazas, entonces qué es lo que está pasando aquí, que nos concuerda la historia. ¿Quién está manejando entonces esos números?”, acotó.
Finalmente, señaló que también hay rastros personalistas que salen a relucir.
“Pone de manifiesto algunas patologías que ya hemos observado desde el punto de vista de liderazgo como es el autoritarismo, el populismo, un egocentrismo exacerbado”, cerró.
Otro de los puntos analizados por Fanny Ramírez es la coyuntura. Ella expone que hay que revisar cómo aparecen las tomas con armas en momentos en que en teoría la delegación presidencial pasaba por el duelo de haber perdido a un escolta en el accidente de tránsito que sufrió el grupo del vicepresidente Stephan Brunner (Captura de pantalla)
Abrir puertas a otras discusiones
El análisis de los expertos recalca también que en medio del debate que abrió el tema de las armas, se abra el debate a nuevas políticas de seguridad; donde se sumen otros sectores e instituciones.
Ramírez y la analista Kattia Benavides coinciden en ello.
“Es un mensaje muy delicado por parte de la Presidencia de la República. Yo espero que ese tipo de imágenes lo que nos generen es abrir a la discusión una política pública integral en el tema de seguridad”, anotó Benavides.
A ello sumó que las lecturas que se puede generar por las imágenes no dejan de rozar con la forma de ser costarricense.
“Por un lado no estamos acostumbrados a ver funcionarios públicos armados debido a que no tenemos ejército y siempre hemos tenido un ambiente de paz. Por otro, genera la preocupación debido al aumento en los índices de criminalidad e inseguridad que enfrenta el país actualmente”, resaltó.
El actor inesperado en la crítica a las armas
Los videos donde aparecen las armas tuvieron un punto clave y fue cuando apareció la opinión del expresidente Óscar Arias.
El exmandatario contestó una publicación en Twiter señalando que los dispositivos eran repulsivos y que la escena no se enmarcaba en la idiosincracia costarricense.
De acuerdo con el estratega político Iván Barrantes, esa intervención fue un punto de quiebre clave para el debate. Primero por el rol que tiene Arias a nivel político y segundo porque la actual administración no siempre topa con contestaciones de ese nivel.
“Toca la fibra en lo que llamamos el “mensajero correcto”. Es un Nóbel de la Paz, hizo el acuerdo de las armas, es un tipo que tiene autoridad para decir lo que dijo”, acotó.
Barrantes insistió en que si bien todos los mandatarios cuentan con equipos de seguridad, el problema esta vez fue la ostentación de las armas.
Incluso comparó la escena con las realidades de otros países de Centroamérica donde se visibiliza más este tipo de equipos.
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Sobre el impacto comunicacional, indicó que si bien el Gobierno ha tenido una estrategia de “reality show” basada en ratings, con un despliegue así “se les pasó la mano”, sobre todo por haber tocado la fibra sensible del supuesto pacifismo del país.
“Es un gobierno que se construye más sobre el liderazgo mediático que sobre el liderazgo político. Ese tipo de cosas, videos, tiktoks y de un montón de instrumentos son el pan de cada día ahí porque están asumiendo de que la construcción de rating“, resaltó.
Sumado a ello llegó la respuesta presidencial que a criterio del experto también tuvo sus problemas tácticos.
“Todos los presidentes de todos los países del mundo reciben amenazas diarias, de algún loco, de algún inconforme. Para eso están los servicios de inteligencia para ir descartando”, apuntó.
“En un escenario donde la inseguridad se tomó el control, no se puede como Comandante en Jefe decir que hay amenaza de muerte y por eso se anda armado; por lo que eso puede generar”, continuó.
Según Barrantes, este tipo de escándalos son los que pueden ir minando la popularidad presidencial.
Finalmente, coincidió con los otros análisis en que la producción distaba de las construcciones culturales del país.
“Aquí hay como un repelente con respecto a ese tema, porque se ha ido construyendo una identidad en ese sentido, de que es un país pacífico. Si eso es cierto o no eso es otra historia, pero eso es lo que se ha construido en el tiempo”, concluyó.
