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Una frase muy peligrosa: “Papá, ¿puede quedarse a dormir?”

Manuel Guisande para El Observador Te lo juro que llegué a pensar que había niños abandonados, que mi casa era…

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Tiempo de Lectura: 3 minutos
Una frase muy peligrosa: “Papá, ¿puede quedarse a dormir?”
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Manuel Guisande

Manuel Guisande para El Observador

Te lo juro que llegué a pensar que había niños abandonados, que mi casa era una ONG o un centro misionero; yo, el padre Guisande.

Y todo esto lo cavilaba porque, una semana sí y otra también, mis hijas me dicen: “¿Pueden Juan y Luisa quedarse a dormir?”.

Y era decirles que sí, y oye; o yo soy muy despistado o estos tíos muy listos, porque para mí que no pasaban ni cinco minutos y ya habían tomado la casa con sus bolsas de deportes, repartido las literas, organizado el día… Si yo sé que el mundo va muy deprisa, pero tanto…

Yo no digo nada, pero me he visto hablando por teléfono con más padres y madres… que al final es que me lío. Llamo a uno y me dice que no, que su hija no está en mi casa, que está en la suya, que esa Luisa de la que le hablo es otra Luisa, también compañera de clase de mi hija.

A este paso, me da que mis hijas se van a quedar sin amigos y que nunca más volverán de finde porque… ¿te imaginas que alguien te llama para decirte que si puedes dejar a tu hijo en su casa y contestarle que tu hijo no está en su casa, que está contigo tranquilamente viendo la tele?

¿Qué clase de persona, de padre, de ser humano, de cabeza (si la tiene) de familia es la que no sabe ni a quién tiene en casa?, ¿Dejarías a tu hijo pasar una noche con esa gente a la que, además, solo conoces por teléfono?

Yo, en principio no; pero claro, si le explico al padre que esto, más que una casa, los fines de semana parece el metro de Nueva York, que entra y sale uno y luego otro…

Y que ya no sabes bien quién es el que viene de visita o el que se queda a dormir… porque, claro, no vas a llevar un registro y que cuando llegue uno le digas: “Bienvenido joven, ¿se llama usted?, ¿de visita o a dormir?, ¿acompañado o solo?, ¿cama individual o doble?

¡¡Ah, bien!! tome, habitación 3, al fondo a la derecha. Por cierto, no se olvide, que el desayuno lo servimos a las 10”.

Los chavales de ahora son muy distintos

Es que, además, los niños de ahora son distintos. Tú antes preguntabas a tu padre o a tu madre si te dejaban ir a dormir a la casa de un amigo porque este, previamente, se lo había dicho a su padre, este te llamaba y lo normal era que lo dejaras.

Ahora te dicen que si Juanito se puede quedar a dormir, pero el angelito no se lo ha dicho a sus padres, con lo cual te ves llamando a familias y más familias como si tú tuvieras un interés bárbaro en que el chaval se quedara.

Y entonces, cuando no te confundes de crío, pues le dices al padre, lo clásico: que lo deje, que es bueno que los niños se conozcan, que se interrelacionen, que además en el campo están al aire libre, que hace buen tiempo, que no hay ningún peligro, que son muy amigos…

¡¡Vamos!!, acabas de conocer a un chicuelo que se llama Juanito y solo te falta decirle al padre que le tienes un cariño loco y que es el hijo que siempre añoraste tener. Le pones una ternura al asunto sin comerlo ni beberlo… cuando la realidad es que hay días que te sobran todos…

Se quedan a dormir y…

Si a mí, la verdad, en el fondo, que se queden a dormir no me importa; lo que no entiendo es que se queden a dormir y no duerman y, en cuanto te despistas, te encuentres a uno con un pie en la boca de otro o con la mano como si se la quisiera meter en la oreja o arrancarle los ojos e incluso alguno tirado en un sofá con la cabeza colgando.

Y te ves acarreando niños de aquí para allá, que aquello (porque nos conocen, te lo juro que nos conocen) pero que visto desde fuera… vamos, yo observo desde fuera a un tío portando niños al hombro de aquí para allá como si fueran fardos, y entro a la fuerza con fuego cruzado para salvarlo; que si me conozco, que como le hagan algo a un niño…


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Manuel Guisande