Video noticias

Video | Aguas Zarcas: la herida sigue abierta, una semana después de la avalancha

Facebook Twitter Whatsapp Telegram

Por: Marcela Delgado / Directora sancarlosdigital.com

Con toda su ropa llena de barro, una herida en una mano a causa de las condiciones del lugar y  con la esperanza de que todo pasará pronto, estaba don Lorenzo Vindas en la, ahora conocida, zona de desastre en Aguas Zarcas de San Carlos.

Él, es uno de los afectados por la avalancha que hace una semana les cambió la vida pues, en cuestión de minutos perdieron todo lo que les permitía generar ingresos para sus familias.

Don Lorenzo (derecha) intenta rescatar maquinaria de su negocio destruido hace una semana. (Marcela Delgado para El Observador)

Su familia es la propietaria de lo que hasta el domingo anterior, era el taller Más que Llantas.

“Han sido días difíciles pero con optimismo de rescatar lo poquito que nos quedó. Hemos logrado sacar varias cosas como llantas, equipo, equipo pesado, incluso rescatamos la máquina para reparar las llantas y llantas en buen estado”, contó.

Olor a esperanza

A una semana, la zona del desastre huele a esperanza.  Millones de metros cúbicos de barro siguen ahí pero de pronto se transformaron en una fuerza de magnitudes tan impresionantes, casi como la misma avalancha.

Es la fuerza de la solidaridad que convirtió una zona devastada en un espacio de esperanza y hasta alegría, en medio del dolor de perder todo.

(Marcela Delgado para El Observador)

Desde Horquetas de Sarapiquí, comunidad que está a una hora y 30 minutos de Aguas Zarcas,  8 hombres que pertenecen a la Iglesia Vuelo de Águila llegaron con fiel intención de ayudar a remover los escombros.

Horas de trabajo, con el barro hasta la cintura y sentimientos encontrados fueron parte de lo vivido por ellos.

“Esto se llama empatía y nosotros nos ponemos en el lugar de los afectados, entonces nos conmueve la misericordia para venir a ayudar. Hay partes donde uno se para y no se agarra de algo cae ahogado en el barro”, relató don Manuel Antonio Sarmiento.

 

Manos solidarias

Lo que hasta el domingo 23 de julio era uno de los restaurantes más concurridos: “Qué rico”, ahora es el espacio común donde la mano solidaria de cientos de vecinos que llegan a colaborar descansan, y donde hay un rinconcito para el café, los refrescos, el pancito y hasta el arroz con pollo.

Los alimentos llegan desde familias locales, iglesias y hasta los mismos afectados que ponen de lo suyo.

“He cocino hasta para 60 personas por día por que aquí se le reparte a todas las personas que están trabajando. Para mí ha sido un placer poder cocinar para todas estas personas, me siento muy bendecida”, apuntó Olga Piedra, madre de uno de los afectados.

 

En medio de todo, entre escombros, barro, cositas rescatadas y esperanza, está la incertidumbre. Las pérdidas son multimillonarias y los recibos del fin de mes empezaron a llegar.

Lo que no llega es la ayuda estatal o municipal pues el trabajo lo hacen por su cuenta, con maquinaria que prestó una empresa privada y algunas personas, hasta fuera del cantón, que hicieron su aporte.

(Marcela Delgado para El Observador)

“El dolor no se nos quita porque estar aquí es revivir el momento. Lo más difícil fue el primer día, cuando teníamos que ver la maquinaria de la municipalidad llevándose las cosas de nosotros al botadero municipal, eso fue lo más indignante y ahora, no se aparecen”, relató doña Nazira Quesada, propietaria de Soda Williams.

Poca ayuda del Estado

De momento, el Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS) solo gestionó ayudas para ocho familias que vivían en los apartamentos atrás de los locales comerciales.

Al menos seis comerciantes ahora, deben velar por su cuenta con lo que perdieron y sin ayuda gubernamental.

Una oficina de seguros, un gimnasio, un taller, dos restaurantes y una cevichera son parte de lo que quedó en nada en cuestión de cinco minutos.

Apartamentos afectados por avalancha en Aguas Zarcas (Marcela Delgado para El Observador)

Ahora solo apuran el paso para sacar sus pertenencias del lugar, antes de que una nueva avalancha arrase con eso. Al menos, eso es lo que las autoridades advierten ante tapones de material arriba del cauce en el río Aguas Zarcas.

Si quiera hay claridad sobre la cantidad de material que se desprendió en el sector del Parque Nacional Juan Castro Blanco pues aunque la Comisión Nacional de Emergencias  (CNE) advierte que se trata de 40 hectáreas, el Observatorio Vulcanológico y Sismológico (Ovsicori) registró 70, en solo dos kilómetros del deslizamiento.

Don Freddy Benavides recupera uno de los vasos de una de las sodas destruidas. (Marcela Delgado para El Observador)

Todo esto, más posturas políticas que se aprovechan del dolor ajeno, mantienen la herida abierta: se nota en las fotos aéreas de la zona del deslizamiento y también en los rostros de decenas de personas que vuelven todos los días al sitio donde salvaron sus vida pero, perdieron el esfuerzo de todo una vida.

OBSERVE MÁS: Ovsicori señala que deslizamiento en Aguas Zarcas fue de 70 hectáreas, 30 más de lo indicado previamente por CNE