Paula Ruiz
Su rostro ya era conocido en los hogares costarricenses. Un funcionario siempre abierto a dar información. Siempre dispuesto a hablar con la empresa. Un hombre serio y amable en cuyos hombros pesaban los casos más importantes de investigación y crimen del país.
El jueves 8 de setiembre en las afueras del salón de expresidentes de la República ubicado en el Congreso, atendió a un equipo de El Observador de manera amable y atenta, como era usual en él.
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No es de extrañar entonces que su partida repentina de este mundo impactara a propios y extraños.
Walter Espinoza, Director del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), será recordado en el Poder Judicial por su capacidad de liderazgo y humildad.
“En el Organismo de Investigación Judicial ha sido admirado por el personal de la institución por sus altos valores, transparencia, integridad y alta moral”, consignó la oficina de prensa.
Era un herediano con las tres “h”, ya que nació en esa provincia, allí mismo vivía y a la vez, un seguidor del Club Sport Herediano.
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Esa provincia lo vio nacer el 31 de enero de 1968, hijo de Walter Espinoza (q.e.p.d) y de Virginia Espinoza.
San Rafael lo vio crecer a través de la escuela Pedro María Badilla y el colegio Carlos Pascua. Ahora, sus honras fúnebres se realizarán en ese mismo cantón, a partir de las 2:00 p.m. de este jueves en la Iglesia católica.
Luego, continuó sus estudios en la Universidad de Costa Rica, casa de enseñanza donde obtuvo la Licenciatura en Derecho y especialidad en Notariado Público, ambas en 1991.
Posteriormente, formó parte de la Escuela Judicial en el programa de formación de fiscales entre 1991 y 1992.
La sed de aprendizaje lo hizo volver a las aulas para cursar economía y finanzas en 1997.
Luego, después de incorporarse al Poder Judicial, obtuvo un posgrado en administración de justicia penal por la Universidad Nacional en el año 2000.
El 8 de setiembre, Walter Espinoza participó en un evento como invitado en la Asamblea Legislativa. Él no dudó en ir a saludar a Rodrigo Arias, presidente del Congreso. (Paula Ruiz/El Observador).
Una vida de éxito y sacrificio
Cuando era un veinteañero ingresó al Poder Judicial como agente fiscal entre 1990 y 1994. En ese periodo, su labor estaba dedicada a tramitar asuntos judiciales en todo tipo de delito.
Su desempeño en este puesto lo llevó al cargo de Fiscal Coordinador a partir de 1994 y hasta 1999.
Su curriculum, destaca que en dicho lapso fue “director funcional de investigaciones de tráfico de drogas y legitimación de capitales a nivel nacional e internacional, a cargo de los fiscales de investigación de la estructura fiscal”.
Para ese momento, don Walter ya había recorrido todos los pasillos del Poder Judicial. Ya sabía el “teje y maneje” y particularmente, en el Ministerio Público.
No es casualidad que por ese conocimiento llegara a la Fiscalía Adjunta de Narcotráfico donde estuvo dos años.
Aquí su labor se centró en dirigir el equipo de fiscales nacionales y territoriales por casos relacionados con drogas y lavado de dinero.
“En el año 2000, fue nombrado Fiscal Adjunto contra el Narcotráfico, asumiendo las investigaciones de lavado de dinero, conociendo todas las investigaciones renombradas en el país y las de trascendencia internacional con relación a este tipo de delitos”, destacó el OIJ.
Antes de llegar a ser el Director General del OIJ, se desempeñó como Fiscal Adjunto Coordinador de Delincuencia Organizada entre 2011 y 2015.
En este cargo, fue el “responsable de coordinar y dirigir investigaciones, casos y proyectos en el área de Delincuencia Organizada.
“En particular en los asuntos que conocen las Fiscalías Adjuntas de Fraudes, Legitimación de Capitales, Trata de Personas, Facdo (Narcotráfico, Robo de Vehículos, Homicidios, Secuestros) y Delitos Económicos, Tributarios y Aduaneros.
“Al mando de un equipo de aproximadamente ciento veinte personas”, destaca su curriculum.
El 1 de diciembre
A partir del 1 de diciembre de 2015, la vida laboral de don Walter, lo llevó a tomar las riendas del Organismo de Investigación Judicial como décimo Director General.
“Funcionario con amplia experiencia en investigación y resolución de asuntos judiciales en materia penal.
“También con marcada orientación a la prosecución y presentación de casos vinculados con Delincuencia Organizada, Tráfico de Drogas, Lavado de Dinero, Trata de Personas Robo de Vehículos y otros comportamientos criminales de estructura compleja”, destaca su curriculum.
Uno de los casos recientes donde Espinoza estuvo atento a todas las diligencias, sucedió el año pasado con el caso Cochinilla y con el caso Diamante.
Tan solo hace un año, estaba sentado frente a las cámaras, explicando qué dio origen al nombre de “Diamante” en la investigación que sacudió alcaldes y municipalidades.
Llama la atención que en ese momento, Espinoza describió que el comportamiento y probidad de un funcionario público debe ser “como un diamante” por ser “transparente, duro, difícil de alterar y que no admite rayaduras”.
El entrecomillado anterior, es lo dicho por Espinoza y, con base en la descripción que este jueves revelan desde el OIJ, muestran que él pudo ser un diamante.
Fue este miércoles, cuando la oficina de prensa del OIJ informó sobre su deceso por causa de un fallo cardiaco. Él falleció en el hospital San Vicente de Paúl según el Registro Civil. Su trascendencia sucedió el Día de Muertos, tradición celebrada en algunos países de Latinoamérica.
Le sobreviven su esposa y tres hijos de 19 y 14 años de edad, estos últimos, gemelos. Este jueves, se realizó un homenaje en el vestíbulo del edificio en el Primer Circuito Judicial de San José.
Las sirenas de las patrullas y las camisas negras en las afueras del inmueble, reflejaban el dolor que hoy embarga a la institución.
