Allan Arroyo
Los principales indicadores del mercado laboral costarricense registran una baja significativa.
Así se desprende de la Encuesta Continua de Empleo del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC). El reporte del trimestre móvil agosto, setiembre y octubre 2023 se publicó este jueves.
La población desempleada se estimó en 172.000 personas, con una tasa de 7,7%. De ellas, 103.000 eran hombres y 68.000 mujeres.
“En comparación con el mismo periodo del año anterior la población desempleada nacional disminuyó en 112 mil personas y en las mujeres la reducción fue de 93 mil personas, ambas reducciones fueron estadísticamente significativas”, dice el informe.
Menos empleos
Así como baja el número de personas sin trabajo, también disminuye la fuerza de trabajo y la ocupación.
La población en la fuerza de trabajo es de 2,23 millones de personas. Se refiere a las personas de 12 años o más que durante el período de referencia participaron en la producción de bienes y servicios económicos o estaban dispuestas a hacerlo.
“Este indicador presentó una disminución estadísticamente significativa de 245 mil personas a nivel nacional”, revela el INEC, al comparar los datos actuales con el mismo periodo del año pasado.
La tasa neta de participación ( el porcentaje de la fuerza de trabajo con respecto a la población de 12 años o más) también baja y se ubica en 53,7 %.
Para el último trimestre evaluado, la población ocupada nacional fue de 2,06 millones de personas. El indicador también es menor en 133.000 personas a nivel nacional, comparado con el último año.
Las ramas de la economía con más trabajadores son:
- Comercio y reparación: 354.000 personas
- Industria manufacturera: 251.000 personas
- Enseñanza y salud: 218.000 personas
Se reduce la informalidad
Otros indicadores también muestran reducciones significativas.
Por ejemplo, el subempleo “se estimó en 4,5 %. Por sexo, la tasa de subempleo masculina se estimó en 3,9 %, mientras que la femenina en 5,5 %”
El indicador se refiere a las personas que trabajan menos de las horas semanales mínimas de ley y que tienen ingresos inferiores al mínimo. Comparado con el año pasado, la baja es de 5,6 p.p..
En el caso del empleo informal, la disminución también es significativa de 5.3 puntos porcentuales.
“Para el trimestre agosto, setiembre y octubre 2023 del total de personas ocupadas, el 37,9 % se clasificó con empleo informal.
“Del total de hombres ocupados, el 38,8 % estaba dentro de la informalidad y del total de mujeres el 36,4 %”, amplia el INEC.
“Por otra parte, la población ocupada independiente con un empleo informal se estimó en 84,3 % y en el caso de la población ocupada dependiente fue el 23,4 %”, finaliza.
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Alerta con salida del mercado
Durante el año, la salida de más personas del mercado laboral, es decir aquellas que ya no buscan empleo, ha sido tema de análisis y discusión.
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) y el Programa Estado de la Nación (PEN) alertan sobre la cantidad de empleos que se están perdiendo en poblaciones jóvenes.
Ambas entidades recomiendan un análisis profundo de la conformación de la población que está saliendo de la fuerza de trabajo, de tal forma que le permita a los distintos actores sociales trazar estrategias específicas para cada segmento.
De lo contrario, aseguran que el país seguirá perdiendo personas ocupadas, fuerza de trabajo y, bajo el escenario actual, eso no es ninguna noticia positiva.
Por el contrario, refleja el poco dinamismo del mercado laboral.
Por ejemplo, Pilar Ramos del INEC explicó que, según su análisis, de abril 2022 a abril 2023 no hubo una reducción significativa en la población con seguro.
Esto quiere decir que quienes salieron de la fuerza de trabajo no contaban con seguro, por lo tanto, se podría concluir que cuando tenían empleo no era un puesto de calidad, o bien, pertenecía al sector informal.
Las posibles razones
Las expertas mencionan varias posibilidades, aunque coinciden en que los análisis deben ser más exhaustivos y profundos para poder encontrar las verdaderas razones.
Algunas de ellas podrían ser que la pandemia destruyó del todo algunos oficios informales que no se lograron recuperar. Por ejemplo, las ventas ambulantes de comidas en las cercanías de zonas empresariales.
El aumento en el costo de la vida pudo haber provocado que algunos hogares recortaran la inversión en el pago a empleadas domésticas, lo que tampoco estaría considerando el gobierno.
Micro, pequeñas y medianas empresas pudieron haber cerrado en pandemia y su operación no ha regresado. Los emprendedores podrían estar esperando un mejor momento para volverlo a intentar.
La disminución en inversión social frente al aumento de la pobreza podría estar dejando en desventaja a una población históricamente afectada: las mujeres.
Como es sobre ellas en quienes la sociedad recarga el cuido de los menores y de las personas con discapacidad una cobertura igual o menor de los programas sociales les impide colocarse en el mercado. O si lo hacen, tampoco son puestos de calidad.
La investigadora del PEN señala que la tendencia a la baja en la población ocupada que ha seguido el país durante los últimos “pasa más por un tema de oportunidades”.
