Josué Alvarado
Un total de 399.439 hogares costarricenses perciben menos recursos de los que se necesitan para satisfacer las necesidades básicas, entre ellas alimentación, vivienda y salud.
De ellos 110.631 están en la categoría pobreza extrema y otros 288.808 en pobreza.
Esto representa el 23% de los hogares del país.
Así se desprende de la más reciente Encuesta Nacional de Hogares (Enaho), a cargo del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
Según ese reporte la línea de pobreza, que representa el monto mínimo requerido para que una persona pueda satisfacer las necesidades básicas, se fijó en esta ocasión en ¢120.136.
El monto varía si la zona es urbana (¢128.406) o si la zona es rural (¢99.140).
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Por otro lado, la línea de pobreza extrema se fijó en ¢58.951 por persona a escala nacional. Específicamente, en ¢59.744 en la zona urbana y ¢49.913 para la zona rural.
Se estima que cerca de 1.198.317 personas están bajo la línea de pobreza, o en pobreza extrema, si se toma en consideración que cada uno de los hogares en cuestión está conformado por tres integrantes.
Comparación con el 2021
El economista y director del Centro Internacional de Política Económica para el Desarrollo Sostenible (Cinpe) de la Universidad Nacional, Olman Segura, señaló que el porcentaje de personas cuyos recursos son menores a los que se necesitan se mantiene técnicamente invariable.
Para el año anterior el porcentaje de hogares pobres era exactamente el mismo: 23%.
Por otro lado, destacó el aumento de la pobreza que se está registrando en las zonas rurales del país.
Si el país se analiza en términos generales la pobreza es del 23%, pero en las zonas rurales aumenta a 28,3%, según la última estimación de la Enaho. Mientras tanto, en la urbana se ubica en 21,1%.
Segura señala que las cifras del 2022 en términos generales son mejores que las del 2021, pero muy similares a las del 2019, el periodo que se considera como previo a la pandemia.
Por otro lado explica que los registros de desempleo tienen un comportamiento similar, es decir, se acercan a las del periodo previo al covid-19. Debido a esto alerta que "no se han generado nuevas oportunidades".
"Urgen políticas claras para atender la problemática del empleo, así como programas de vivienda inclusivos para toda la población", señaló.
El economista Olman Segura expuso que este análisis se hizo tomando en consideración "el engorroso entorno económico y social que vive el mundo, con altas tasas de inflación y múltiples problemas globales".
