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A dos años de la pandemia de covid-19: ¿qué pasó con la inmunidad de rebaño en Costa Rica?

En el 2020 pero con más fuerza en el 2021 cobró más fuerza el término conocido como la “inmunidad de…

Por Krissia Morris Gray

Tiempo de Lectura: 6 minutos
A dos años de la pandemia de covid-19: ¿qué pasó con la inmunidad de rebaño en Costa Rica?
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En el 2020 pero con más fuerza en el 2021 cobró más fuerza el término conocido como la “inmunidad de rebaño”. Era la meta a alcanzar para frenar la expansión del virus SARS-CoV-2, no solo en Costa Rica sino en el mundo.

La inmunidad de rebaño consiste en tener un alto porcentaje de la población inmunizada, lo cual dificulta la expansión de la enfermedad.

En su momento, se apostó por alcanzar la inmunidad de rebaño mediante dos formas: la natural, que es una exposición al virus SARS-CoV-2. Esto es que a través de los contagios de covid-19 los organismos generan anticuerpos para combatir la enfermedad.

Por otro lado, está la inmunidad que se alcanzaría mediante la vacunación.

Para lograr este objetivo, el país requería inmunizar un 80% de la población meta (personas mayores de 12 años).

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Esta ilustración resume la condición de la pandemia de covid-19, desde el punto de vista de la cantidad de casos (Crédito de ilustración: Alonso Solano/ El Observador).

¿Se logró o no?

Pero con el paso del tiempo, ese concepto se fue diluyendo y ese ideal quedó casi en el olvido.

Pero al final quedan algunas dudas todavía:

  • ¿Costa Rica alcanzó la inmunidad de rebaño?
  • ¿Se podrá lograr?
  • ¿Qué incidió en que se alcanzara o que no se lograra?
  • ¿La inmunidad colectiva es duradera?

Al respecto, en el marco de 24 meses de pandemia de covid-19, cuyo primer caso se detectó en Costa Rica el 6 de marzo del 2020, El Observador consultó al Ministerio de Salud y a expertos sobre el tema.

Daniel Salas, ministro de Salud, es del criterio que la inmunidad de rebaño pretende tener una cantidad importante de personas vacunadas para lograr así cortar las cadenas de transmisión.

“Con el virus del SARS-CoV-2 lo que se vio es que, por ejemplo, la última variante ómicron para lo que es infección, es que con dos dosis sí cayó la protección para transmisión.
Esa aspiración de que no iba a haber más transmisión con la vacuna sí cambió lo que se tenía esperado desde un inicio. Y lo que vimos es que se sostenía mucho la inmunidad contra la enfermedad grave”, afirmó Salas.

Acotó que dentro de las prioridades ministeriales se encuentran que los servicios de salud no se saturaran y que hubiera la menor cantidad de fallecidos posibles.

Complicado de alcanzar

Los especialistas coinciden que la inmunidad de rebaño es una pretensión que no se puede alcanzar.

Y que, con el avance de la pandemia, es un asunto que se dejó de lado, debido entre otros a los cambios rápidos del virus.

Agustín Gómez, investigador del Centro de Investigación de Observatorio del Desarrollo de la Universidad de Costa Rica (UCR), manifestó que en la actualidad ya no se habla de inmunidad de rebaño en ninguna de las formas: ni natural ni por vacunación.

Gómez justificó que “técnicamente el momento de hablar de inmunidad de rebaño ya pasó hace tiempo”.

“El problema de la inmunidad de rebaño es que en teoría todos los sujetos o todas las personas susceptibles tienen que ser inmunizadas. E idealmente en la menor cantidad de tiempo contra una misma variante o un mismo virus para poder evitar que el virus se siga propagando.

“Como nosotros duramos tanto en el proceso para poder llegar a un porcentaje relativamente alto de la población vacunada, ya el concepto de inmunidad de rebaño es complicado y es difícil de alcanzar”, argumentó Gómez.

Variantes y vacunación

A esto sumó que la aparición de nuevas variantes para las cuales las vacunas no tienen la misma efectividad, hace más complejo llegar a la tan ansiada inmunidad colectiva o de rebaño.

 “Nunca la vamos a poder materializar porque no estamos logrando vacunar a todo mundo al mismo tiempo en un plazo más corto a como lo hemos venido haciendo.
Y, segundo, también tenemos el problema de que las nuevas variantes impactan en la efectividad de las vacunas, porque no fueron diseñadas para eso”, dijo Gómez.

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Adujo que en la actualidad se toma en cuenta la cobertura de vacunación, ya sea de primeras, segundas o terceras, por lo que se monitorea el porcentaje de avance.

Manifestó que con las altas coberturas de vacunación se busca contribuir a que el virus no encuentre a personas susceptibles. “Y si las encuentra que tengan una menor probabilidad de contagio y de riesgo”.

Según información de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), la situación vacunal contra covid-19 es la siguiente:

La jornada de vacunación contra covid-19 arrancó el 24 de diciembre del 2020. Hasta el 28 de febrero anterior, se colocaron más de 9,3 millones de dosis (Crédito de ilustración: Alonso Solano/El Observador)

“Embarcada”

Para el demógrafo Luis Rosero muchos expertos o especialistas del sector salud se “embarcaron” en usar el concepto. Esto porque se pensó -dijo- que el SARS-CoV-2 se comportaba al igual que otros virus o infecciones como, por ejemplo el sarampión, varicela o polio.

En este sentido, explicó que el virus del nuevo coronavirus sufrió cambios y genera una cantidad importante de variantes, aspectos que lo hacen diferente a otros que provocaron pandemias en el pasado.

Fue claro al indicar que la población no está logrando inmunidad permanente ni con la vacuna ni con la infección.

“Sin embargo, por la experiencia de los hechos y con el pasar del tiempo demostraron que eso no es así, en dos aspectos fundamentales.

“Uno es que el virus comenzó a cambiar, entonces no estábamos lidiando con un único agente y para que se dé inmunidad de rebaño se tiene que dar un único agente.
“La otra cosa que salió mal son las vacunas e incluso la misma inmunidad natural, pues resulta que las vacunas sólo produjeron una inmunidad de pocos meses en la mayoría de la gente.

“(…) Las personas que se enferman de covid-19 se les desaparece la inmunidad, pues en muchos casos se dan reinfecciones”, adujo Rosero.

A esto remarcó que otras pandemias la infección sí produjo inmunidad y la vacuna también que la hace duradera y no de un corto plazo “y como eso no se da, entonces ya es posible llegar a ese concepto de inmunidad de rebaño”.

Estimó que, con el pasar del tiempo, se generarán variantes más contagiosas, pero menos letales.

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Inmunidad muy corta

Sobre el tema, Ronald Evans, epidemiólogo y coordinador de investigación de la Escuela de Medicina de la Universidad Hispanoamericana, externó que “el tema de inmunidad de rebaño ha pasado de moda”.

Sostuvo que tanto la inmunidad natural como la inducida por la vacunación resultó muy corta.

“Hemos visto, por lo regular no le dan más de 6 meses a la vacuna en su acción y también por la enfermedad se ha visto muchas reinfecciones en un mismo año.

“Este concepto ha ido variando. Fue aplicado con otras virosis o enfermedades infecciosas del pasado que sí tenían una inmunidad más prolongada y en este caso no ha sido así”, mencionó Evans.

Defendió que la persona, ya sea de manera natural (por infección o contagio) como por la vacunación, sí puede alcanzar una inmunidad contra el nuevo coronavirus, pues el organismo ya está expuesto al virus.

Vacunación INA Uruca

Según la CCSS, un 81,3% de la población tiene al menos una dosis, un 74,1% cuenta con las dos dosis y un 25% ya se colocó la tercera dosis. (Archivo/ El Observador)

No la suficiente

Asimismo, refirió que con los altos porcentajes de vacunación que tiene el país, tanto en primeras y segundas dosis como el 25% de la población con la tercera dosis, se cuenta con inmunidad inducida.

Estimó que, a nivel poblacional, más de 1,5 millones de personas fueron afectadas por el virus.

Para ello tomó en cuenta los más de 812.000 sintomáticos, así como aquellos que tuvieron la enfermedad, pero sin síntomas y los que presentaron pocos síntomas.

“Se puede llegar a la conclusión que un gran porcentaje de Costa Rica ya tiene inmunidad, pero no lo suficiente para erradicar la enfermedad”, puntualizó Evans.

El epidemiólogo recordó que, en la actualidad, existe una cantidad importante de personas que no han recibido ni una sola dosis de la vacuna contra covid-19.

Y que la poca prolongación de la acción inmunitaria de la vacuna incide en la dificultad de llegar a esa inmunidad de rebaño.

Concluyó que, de no presentarse una nueva variante, se estaría a las puertas de la siguiente fase que es la endemia.

Y agregó que “no es que va a desaparecer la enfermedad, pero quedará como una entidad patológica que llegará todos los años como llega la influenza. Pero estaremos preparados para recibirla”, esto debido a que habrá nuevas vacunas y la cobertura inmunitaria sería mayor.