@Natalia Calderón para El Observador
Gritar y llorar, después de perder un juego, es algo normal en la condición humana (no sólo de los niños). Aunque NO es fácil, debemos enseñar a nuestros niños a perder y a ganar dignamente.
Lo importante es participar
Esta frase tan bonita y tan usada es muy difícil de cumplir en la vida real. A todos NOS gusta GANAR. Es muy complicado perder con una sonrisa. Y más aún para los niños.
Razón por la cual muchos niños cuando sienten que van a perder, se enojan, lloran o se retiran. Por eso debemos enseñar a los niños desde pequeños a que NO siempre se gana, sobre todo cuando se comparten juegos con otros niños. Ganar unas veces y perder otras es parte de jugar.
Saber ganar y perder
- NO le de todo lo que pida.
- Enséñele con su ejemplo: si le dice que lo importante es participar y pasar un buen rato y luego ve a su papá gritar delante del tv, mientras ve perder a su equipo de futbol, difícilmente hará caso.
- Cuando juegue con él, es bueno que lo deje ganar algunas veces, pero también que se acostumbre a perder.
- Explíquele lo que puede ocurrir si se enoja al perder. Lo más probable es que los demás NO quieran jugar con él.
- Vean espectáculos deportivos juntos y explíquele que los rivales no son enemigos y lo importante es pasar un buen rato.
- Enséñele a jugar limpio, con reglas que deben respetarse.
- Entrenar y entrenar es la clave de aprender a ganar y sobre todo, a manejar la frustración con inteligencia emocional. Ser empático y conectar con la emoción.
Es fundamental modelar que jugar es divertido (en familia) o con amigos, pero la idea del juego es aprender y divertirnos, no es ganar y ganar siempre.