Juan Pablo Arias
Graves consecuencias le esperarían al país de no concretarse el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que le proveería acceso a un empréstito por $1.750 millones.
Como parte de los riesgos que enfrenta la economía, el Banco Central estimó un escenario para medir las consecuencias de una eventual “no aprobación” del conjunto de medidas negociadas con el FMI o del financiamiento externo previsto.
Dicho panorama se contrapone al incorporado en el Programa Macroeconómico 2021-2022, presentado este viernes, en el que se da por un hecho la aprobación de las reformas que se negociaron con el organismo, las cuales todavía requieren de trámite legislativo.
Golpe al crecimiento
Según las previsiones del Banco Central, de no lograrse la aprobación del trato con el FMI, el acceso al crédito por parte del sector privado se restringiría en aproximadamente 2 puntos porcentuales en 2021 y en una magnitud similar en 2022.
Asimismo, el crecimiento económico sería alrededor de 1 punto porcentual más bajo que en el escenario base de cada año.
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Esto significa que, en lugar de un crecimiento de la producción de 2,6% y 3,6% -para este y el próximo año, respectivamente-, la variación interanual sería de 1,6% y 2,6%.
Al mismo tiempo, las presiones inflacionarias aumentarían en poco más de 3 puntos porcentuales por año.
“Las consecuencias, por supuesto, se irían acumulando en el tiempo más allá del 2022, con un impacto muy fuerte sobre la actividad económica y el empleo”, dijo Rodrigo Cubero, presidente del Banco Central en conferencia de prensa.
Agregó que las implicaciones macroeconómicas serían mucho peores si, como consecuencia de la ausencia de ajuste adicional y la pérdida de confianza, se diera una crisis de liquidez en el Gobierno.
Deuda más cara
Una de las primeras consecuencias de no aprobar el trato con el FMI sería un encarecimiento del crédito para el país, pues aumentaría la prima por riesgo, es decir, pagar más a los acreedores por prestar dinero a Costa Rica.
Mayores tasas de interés, menor acceso al financiamiento externo y pesimismo de los inversionistas también provocarían un estrujamiento al sector privado, dejando menos crédito disponible paras los hogares y las empresas.
Cubero explicó que, al cerrar las puertas al financiamiento externo, el Gobierno buscaría los recursos en el mercado domestico presionando las tasas de interés y reduciendo la cantidad de recursos disponibles.
Esto a su vez se traduciría en menor crecimiento de la producción y mayor desempleo.
“La aprobación de este ajuste fiscal es fundamental para mantener la senda de recuperación del crecimiento económico”, insistió el jerarca.
De lo contrario, dijo, se generaría “una bola de nieve de incertidumbre” con una afectación directa sobre el patrón de consumo e inversión de las familias y las empresas.
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Decisión legislativa
Pese a que el Banco Central da por descontado que se dará la aprobación legislativa a los proyectos negociados con el FMI, la posibilidad de que no obtengan una aprobación de los diputados es un riesgo latente.
Así lo considera un grupo de analistas de Bank of America, en un informe para inversionistas publicado el 27 de enero anterior.
El reporte lo advirtió pocos días después de que los bonos costarricenses mostraron un mejor desempeño en los mercados internacionales.
“Creemos que el reciente repunte de los bonos de Costa Rica está subestimando el riesgo de que el Congreso no apruebe el préstamo propuesto por el FMI, luego de un acuerdo a nivel técnico el 22 de enero”, indicó el informe.
Diputados de varias fracciones ya han manifestado su inconformidad con algunos de los proyectos de ley, como el denominado “Renta Global Dual”, por introducir cambios que no fueron acordados previamente.
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