Mariana Mena
Los vecinos afectados por el agua contaminada con hidrocarburos de Tibás, Moravia y Goicoechea enfrentan un verdadero calvario por la emergencia.
Según indicaron a El Observador, están en una condición de desesperación, una de las cosas que más les molesta es la falta de comunicación sobre donde y cuando llegan los camiones abastecerlos.
“Hay una falta de comunicación muy grande por parte de la institución, hay promesas que no se cumplen, por ejemplo, nos dicen a tal hora pasa y no sucede”, manifestó Gabriela Espinoza, vecina afectada.
“Además del gasto extra, porque como no se si van a llegar, la poca agua que tengo la rindo y no puedo cocinar, si no me quedan los platos todos sucios y es peor, hay que comprar comida y también agua. Esto es terrible”, lamentó.
Hay personas que en sus hogares tienen una semana sin que les llegue agua de la llave, situación que repercute en todas las actividades diarias.
“Es caótico desde el primer día, hablamos desde el lunes anterior que olía y sabía mal el agua, entonces tuve que correr a comprar agua, cortaron el agua y no nos avisaron nada, ni para dejar, aunque sea para los baños”, señaló Oldemar Ruiz, afectado por la emergencia.
“Mi rutina diaria se terminó, yo iba al gimnasio, pero ahora no lo puedo hacer porque no tengo como llegar a bañarme, es muy muy difícil a veces siento como estar en una condición de indigencia, te limita completamente y afecta mentalmente”, indicó.
Los afectados coinciden en que resienten las medidas adoptadas por Acueductos y Alcantarillados (AyA) sobre las distribuciones del agua, debido a que consideran mucho desorden para repartir el líquido vital.
“Yo soy taxista y tengo que trabajar o no como, me levanto temprano para ir a buscar donde llega un camión y recoger agua, de la llave no sale nada. Que yo le diga nos avisan con tiempo no. Una hermana y mi mamá, me pasan llamando para que les avise si veo un carro y así ayudarles a llevar agua”, comentó Henry Calvo.
Negocios
Dueños de negocios reportan bajas en las ventas, gastos extra en agua y cero ayudas por parte de los camiones cisterna.
“Yo tengo una soda pequeña, vivo en Coronado y lo que he hecho es traer agua de la casa para tener acá y comprar, le puedo decir que un camión cisterna por aquí no pasa”, indicó Patricia Solís.
“Es frustrante porque es una soda y el agua se necesita para todo, comprar el agua es muy caro y las ventas no han estado buenas, más bien a la baja”, resaltó Solís.
Al igual que Patricia, don Francisco Espinoza tiene un puesto en Guadalupe donde vende frutas y batidos y desde que surgió la emergencia su negocio se ha visto afectado.
“Imagínese lo que me afecta, yo vendo batidos y las personas no quieren comprar porque les da miedo, yo el agua la traigo de Coronado e incluso compro, pero es una situación muy crítica que uno esperaba que no tardaran tanto en resolver”, opinó Espinoza.
“Además hablan de camiones cisterna, que son muy importantes, pero no para nosotros los pequeños negocios, también necesitamos y nos vemos afectados por la situación, de la llave no sale ni una gota de agua”, agregó el comerciante.
OBSERVE MÁS: Salud: usted podrá bañarse y lavarse las manos en estos lugares afectados por contaminación del agua
Fuente de contaminación
El Ministerio de Salud y Acueductos y Alcantarillados (AyA) informaron que ya se localizó la fuente de contaminación del agua que provocó una crisis en los cantones de Moravia, Tibás y Goicoechea.
De acuerdo con Mary Munive, ministra de Salud, de las cuatro fuentes de agua que abastecen estas localidades solo una tiene problemas.
“La Quebrada Honda 2 es la que se determinó hoy que es la fuente de la contaminación, aproximadamente a un kilómetro de la captación”, indicó Munive. Este sitio se ubica entre los cantones de Moravia y Coronado.
“Ahí se encuentran los equipos multidisciplinarios haciendo un rastreo para ubicar exactamente cuál es el problema y de la mezcla de hidrocarburos el tipo y poder atacarlo”, agregó.
Para saber cuánto tiempo tardarán las intervenciones, la ministra mencionó que se está generando la articulación, para que cuando las muestras salgan negativas se va a aperturar al consumo.
Mayor fiscalización
Según indico el presidente ejecutivo del AyA, Juan Manuel Quesada, parte del trabajo que tiene en la institución es mejorar la fiscalización.
“No descarto que en esta situación se dio una mano peluda, debemos mejorar la fiscalización de como muchas personas se deshacen de los desechos, debido a que ponen en riesgo la vida de la personas”, señaló.
Asimismo menciono que la prioridad en la presidencia ejecutiva será darle una prioridad a la situación y mejorar la comunicación.
AyA cuenta con un presupuesto de $1.500 millones para ejecutar proyectos.
