Hermes Solano
En cinco días Carlos Alvarado dejará la Presidencia de la República y la entregará a Rodrigo Chaves.
Será el adiós político del PAC para los próximos cuatro años, luego de quedarse sin representación en la Asamblea Legislativa.
En una entrevista que concedió al programa 7 Días y que fue publicada este lunes, Alvarado hizo un repaso por los cuatro años de gestión, que le dejaron ser el mandatario más impopular de América Latina.
Durante la conversación con el programa televisivo, el presidente lanzó fuertes críticas contra la Defensoría de los Habitantes y también contra la Contraloría General de la República.
“Lo veo en la Defensoría, que tiene que ver con los derechos humanos, pero últimamente actúa como un órgano de control político. Se desvió de su función”, dijo sobre la labor que lidera Catalina Crespo.
Mientras tanto, sobre el ente contralor indicó también que se desvió de su función y que lo que ha hecho es dar órdenes a las instituciones.
“La Contraloría no es un control ya de la finanza o gasto público; ahora coadministra, así no más”, señaló Alvarado.
“No debe coadministrar, pero lo hace cada vez que dispone qué tiene que hacer cada institución, les ordena”, siguió en su respuesta.
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Cerca de la quiebra
Alvarado reconoció que hubo un par de noches, en cuatro años, en las que no pudo dormir debido a la angustia sobre lo que estaba pasando con el país.
Una de ellas fue cuando se estuvo a punto de entrar en “default”; es decir, que hubo un momento donde no había dinero para pagar salarios y pensiones.
“Se usaron las Letras del Tesoro, que ese es el último recurso que hay”, indicó, recordando que fue gracias a la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas que el país no quebró.
“Lo que salvó al país de la crisis fue esa la ley, no sé si es un acierto, era algo que había que hacer”, añadió.
Otro de los momentos oscuros para él fue el de las manifestaciones de 2020 debido al tema del crédito con el Fondo Monetario Internacional, pero principalmente, dice, cuando varios sectores se negaron a ser parte de la mesa de diálogo.
UPAD y ministros
Uno de los grandes pecados que tuvo el presidente saliente fue firmar el decreto de la UPAD, que días después se derogó tras las presiones políticas.
Eso tiene en un proceso judicial a Alvarado, aunque para él eso tiene más repercusión personal, que un tema país.
“En UPAD hay un error en el decreto, eso se reconoció, que desencadenó todo un tema político desacerbado”, dijo.
“Tiene más repercusión personal, porque tendré que seguir en la ruta judicial que eso conlleva”.
Por último, reconoció que hubo ministros que lo defraudaron, principalmente por pérdida de confianza. Aunque no quiso dar nombres, sí fue enfático en que ya no estaban en su gabinete.
“Eso me lo dejo para mí”, finalizó.
