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“Costa Rica se envejece como los países ricos”: pensiones y cuido sienten riesgo a medida que cambia la demografía

Los procesos de envejecimiento de la población que en Europa y Estados Unidos tomaron medio siglo, Costa Rica estaría atravesándolos…

Por Tomás Gómez

Tiempo de Lectura: 4 minutos
“Costa Rica se envejece como los países ricos”: pensiones y cuido sienten riesgo a medida que cambia la demografía
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Los procesos de envejecimiento de la población que en Europa y Estados Unidos tomaron medio siglo, Costa Rica estaría atravesándolos en cuestión de dos o tres décadas.

Así de drástica es la advertencia de los demógrafos y geriatras, quienes señalan que Costa Rica y su sociedad deben pasar por un proceso de adaptación para su nueva configuración.

Para dimensionar el escenario basta con ver que actualmente el país cuenta con cerca de medio millón de adultos mayores. Para el 2040 -en menos de dos décadas- la cifra podría ascender al millón y antes del 2060 sobrepasar el millón y medio.

“Costa Rica es en estos momentos en la región uno de los países que está experimentando el proceso de envejecimiento más rápido”, detalla Gilberth Brenes, del Centro Centroamericano de Población.

“En Costa Rica va más rápido porque el descenso de la fecundidad fue o ha sido muy muy rápido. Eso tiene efectos en el proceso de envejecimiento”, añadió.

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Estadísticamente más significativos

El demógrafo Luis Rosero explicó dos conceptos clave para entender mejor el tema.

Por un lado, está el envejecimiento biológico, que depende de un aumento en la esperanza de vida.

Sin embargo, también está el envejecimiento poblacional, que es más un tema de proporciones. Dado que cada vez hay menos niños y jóvenes, los adultos mayores irán representando un porcentaje mayor de la población.

A ello se suma que el grupo de más peso en Costa Rica es el de personas entre 40 y 60 años. Estas van rumbo a la adultez mayor, por lo que proporcionalmente seguirá aumentando.

“Ya para el 2050, 1 de cada 5 personas en Costa Rica van a ser adultos mayores. En el 2035 casi que 1 de cada 8 van a ser adultos mayores”, menciona Gilbert Brenes.

Las cosas que cambiaron

Una recomposición de la sociedad implicará también cambios en la estructura que se tenía hasta ahora.

Las pensiones son por excelencia un ejemplo en este caso. Aquí el sistema comienza a tambalearse y, nuevamente, de manera bastante acelerada.

Esto lo mide la “razón de soporte generacional”, que determina cuántos trabajadores hay por cada jubilado.

“Costa Rica tenía hasta hace no mucho tiempo como 10 personas en edad de trabajar por cada persona en edad de retiro”, expuso Rosero, al detallar que todo cambió rápidamente.

Según sus cifras, para el 2010 la razón era de 9 a 1. A la fecha vamos por 6 a 1 y para el 2030 habremos bajado a 5 a 1.

Esto abre las puertas a un punto crítico, pues cuando se llega a 4 a 1, los problemas se tornarán realmente serios.

Aquí se abre también otro debate y es el de la edad de retiro. Según Rosero, los cálculos se hicieron estimando una pensión a los 65 años. Pero si esta sube a los 70 años, se ganarían al menos 15 años para llegar a los niveles más graves.

Los recursos con que se llegue a la edad de adulto mayor también serán claves y los expertos llaman la atención sobre la necesidad de contar con ahorros adicionales a la pensión como el ROP (Archivo)

Otros retos para un país de adultos mayores

Aparejado a las lógicas preocupaciones económicas, los expertos llaman la atención también sobre un cambio de esquema en lo social.

Una población más madura conllevará más demanda de cuidados y calidad de vida, así como un ajuste en diversas actividades.

“Tenemos un proceso de envejecimiento muy de los países grandes”, indica el geriatra Fernando Morales, Decano de la Facultad de Medicina de la UCR y exdirector de Hospital Blanco Cervantes.

“Los países europeos se hicieron ricos y luego se envejecieron. Nosotros, siendo pobres, nos estamos envejeciendo”, agregó.

Según el experto, si bien tenemos un sistema de salud robusto, hay ajustes urgentes para enfrentar la nueva ola de edad que tendremos.

En primer lugar, señala que hay una diferencia entre las personas de 65 años a los 79 y los de 80 años en adelante, que requieren más atenciones. Eso sí, en general resalta que ya se ve un rezago.

“En plazos estamos ya en rojo, esto lo venimos diciendo hace muchos años”, mencionó.

“Entendemos que estamos en una crisis fiscal pavorosa. Pero resulta que los adultos mayores son los que han contribuido a hacer grande este país, ¿cómo les vamos a dar la vuelta ahora?”, cuestionó.

No tan mal

Pese a ese panorama, sí destaca que hay áreas en las que no estamos tan mal.

Un caso es que hay un geriatra para cada 4.000 adultos mayores, mientras que en el resto de América Latina es un especialista para cada 12.000 personas.

La meta óptima, aclaró, es un geriatra para 1000 personas mayores.

De momento advierte que se deberían fortalecer los servicios de salud especializados y empezar a hacer cambios en áreas como emergencias. Esto porque los adultos mayores son pasados por los mismos protocolos que el resto.

El médico hizo un apartado también para abordar la adultez mayor tras la pandemia. A su criterio, las medidas afectaron a esta población y además aumentó al grupo de adultos mayores en pobreza.

Ante ello, Morales cerró hablando sobre otras medidas claves para mantener la calidad de vida. Estas abarcan la salud preventiva, el apoyo comunitario y el fortalecimiento de las redes de cuido, que deberán ampliarse a medida que crece la demanda.

Actualmente la atención a los adultos mayores especializada se brinda en el Hospital Blanco Cervantes. La formación de geriatras en el país no arrancó hasta 1992 (Archivo)