Sergio Arce
Desde finales de la semana pasada las redes sociales están más agitadas de lo usual con una polémica relacionada con el cobro que hacen algunos creadores de contenido para recomendar restaurantes, cafeterías y hasta sodas.
El dueño de un restaurante de comida argentina, ubicado en San José, criticó abiertamente a uno de los creadores. En videos que circulan en TikTok calificó al influencer de “chulo” por los montos que cobra por los posteos.
Sin embargo, también están los videos en esa misma plataforma de quienes defienden el quehacer de estos generadores de contenido, al tiempo que lamentan los ataques contra ellos.
¿Pero qué dicen los creadores de contenido? ¿cómo perciben estas críticas hacia su labor en virtud del número de seguidores que tienen en sus redes y las reproducciones que logran sus videos?
La voz de los influencers
Fabián Vargas, de Fabián Recomienda -quien cuenta con 160.000 seguidores en Instagram y casi 136.000 en TikTok- dijo sentirse confiado en que la polémica sirva para que la gente dimensione el trabajo y esfuerzo de quienes crean contenido y reciben una paga por ello.
En su caso relató que hace un año decidió monetizar su contenido, pero basado en varios filtros que aplica antes de lograr un acuerdo con un negocio.
Primero, no recomienda sitios donde la comida o el servicio no son buenos. Sin embargo, dijo que le gusta darle retroalimentación a esos locales para que mejoren su oferta.
En segundo lugar, los lugares donde él no tuvo una buena experiencia no aparecerán en sus redes. “No se trata de dañar o afectar a algún negocio. Todos tienen el derecho y la posibilidad de mejorar”, explicó.
Tercero, él cobra -por ejemplo- $120 por una publicación o post. Fabián reveló que hay negocios que han logrado recuperar su inversión con creces gracias a sus videos. Pero, además, él les da acompañamiento antes, durante y después.
Aseguró que trabaja con locales pequeños como sodas, hasta con otros más grandes y de cadena. Y si le gusta alguno, porque el sitio es “extremadamente bueno” o porque necesita una ayuda porque la está pasando mal, entonces él no cobra, confesó.
“Me pasó con un soda de Calle Fallas en Desamparados, que necesitaba ayuda. Yo no cobré por mi recomendación y después de eso me dijeron que no daban abasto”, mencionó.
Vargas agregó que posiblemente mucha gente no dimensiona que cada vez que un creador de contenido realiza un material -como en su caso- detrás hubo traslados (gasolina o pago de taxi o plataforma de transporte), luces, dron y celular de última generación.
Rolando Ramírez y Andrea Murillo, de Vamos por un café -con 200.000 seguidores en Instagram- aseguraron a este medio que ellos no cobran en efectivo, aunque llegan a un acuerdo de canje (pago en especie).
“Los negocios siempre nos buscan para que lleguemos a hacerles publicidad y darlos a conocer. Nosotros les hacemos el reel y lo manejamos por canje.
“Para nosotros ya ese es suficiente pago como para cobrarles aparte un monto extra. Somos emprendedores y sabemos lo que cuestan las cosas y siempre el blog de ‘Vamos por un café’ está pensado en una plataforma para ayudar”, expresaron ambos.
Este medio intentó conversar con Roberto Biassetti del perfil Jale a Comer (con 147.000 seguidores en Instagram y más de 325.000 en TikTok). Pero a cierre de edición no se logró su respuesta.
Roberto Biassetti (Jale a Comer), Fabián Vargas (Fabián Recomienda) y Rolando Ramírez y Andrea Murillo (Vamos por un café) son tres de los perfiles más seguidos en Costa Rica en cuanto a generación de contenido de restaurantes, sodas o cafeterías.
Los alcances legales
Andrés Corrales, abogado especialista en Tecnologías de la Información y redes sociales, defendió la posibilidad de ganar dinero mediante la generación de contenido, como las publicaciones relacionados con comida, viajes u hospedaje.
Incluso, indicó que está en cada administrador establecer los montos a cobrar a partir de su alcance o interacción de la comunidad.
“No podríamos decir que es incorrecto o inmoral. No debería existir conflicto por los montos porque existe una persona que los establece y otra que decide pagarlos.
“Esto es un negocio solamente entre partes y si es voluntad de ambas aceptar las condiciones, no veo que haya un conflicto en cómo se gestiona el contenido”, expresó Corrales.
El especialista, sin embargo, sí fue enfático en que los creadores o influencers deben avisarle a sus seguidores que el contenido que verán es comercial (publicidad) o no.
Esto -dijo- para no inducir a engaño al consumidor, en especial a la luz de la Guía para Promover la Veracidad de la Publicidad realizada por Influencers en Redes Sociales del Ministerio de Economía.
Esta guía ofrece pautas a los influenciadores o embajadores de marca sobre cómo se debería mostrar el contenido patrocinado.
“Lo más importante es que el perfil o el influenciador sean claros con sus seguidores en cuanto si una publicación es pagada o no”, puntualizó Corrales.
